– En eso tienes razon -rio Molly-. Estare encantada de declararlo por escrito.

– Caramba, gracias.

– Gracias a ti -le dijo, y su sonrisa se disipo-. Por todo. La verdad es que me siento mejor.

– Me alegro.

Molly continuo mirandolo. Estaban haciendo el amor, como habia dicho Dylan, y era cierto. Era mas que sexo, y eso le hacia sentirse especial. Pero le tocaba a ella hacerle disfrutar. Se tumbo sobre la cama y lo insto a que la siguiera.

– Ven -susurro-. Entra dentro de mi.

De nuevo, Dylan se arrodillo entre sus piernas. Molly estaba mas que preparada para el, necesitaba sentirlo en su interior. Todavia experimentaba el placer de la liberacion y queria que el tambien lo sintiera.

La penetro lentamente, llenandola hasta que la presion empezo a crecer y Molly supo que solo era cuestion de tiempo que volviera a llegar al climax. El rostro de Dylan se puso tenso y gimio. Alli estaban, perfectamente unidos.

– No creo que pueda contenerme mucho -dijo entre dientes. Empezo a moverse, penetrandola una y otra vez y la presion crecio aun mas.

– No necesito mucho tiempo.

Se movieron juntos y sintio la tension en el cuerpo de Dylan a medida que se acercaba cada vez mas al extasis. Molly lo siguio, llevada por el milagro que era aquella union. En el ultimo segundo posible, cuando su cuerpo se preparaba para llevarla otra vez al paraiso, abrio los ojos y lo sorprendio mirandola.

– Ahora -susurro.

Molly se dejo ir y sintio que el hacia lo mismo. Por primera vez en la vida, entendio el concepto de dos seres convertidos en uno.

Capitulo 12

Por segunda vez en dos dias, Molly se desperto consciente de que habia pasado la noche en los brazos de Dylan. Era, penso todavia somnolienta, una forma maravillosa de empezar la manana.

En aquella ocasion todavia estaba a su lado, dormido, tumbado boca arriba y con la cabeza apoyada en la almohada junto a la suya. Irradiaba tanto calor que, de estar en invierno, no habria necesitado manta electrica. Que pensamiento tan bonito, se dijo, y se pregunto si se atrevia a fantasear sobre lo que seria despertarse cada manana junto a Dylan.

Se puso de costado y lo miro, fijandose en su perfil marcado, la nariz recta y los labios firmes, y la barba incipiente que cubria su menton y las mejillas. Sabia que no estaba destinado a ser suyo, nunca lo habia sido. Debido a una serie de circunstancias que no podia explicar ni confiaba en que se repitieran, habian acabado alli, juntos. Era solo por un corto periodo de tiempo, pero no importaba. Habia sido tan amable con ella. Incluso antes de conocer sus secretos, habia sido un buen amigo. No podia pedirle mas.

Asi que aquello le bastaria, aunque tardaria un poco en aceptarlo. Despues de todo, era una mujer normal y odiaba tener que renunciar al mejor hombre que habia conocido. Pero con tiempo lo veria todo con una nueva perspectiva y recordaria lo maravilloso que habia sido todo.

Molly se estiro y noto un dolor placentero en varios musculos. Sonrio. Debia de ser la falta de practica. La noche anterior habia sido… indescriptible. Como si hubiesen descubierto una forma diferente de hacer el amor. Ya habia estado con hombres antes. Bueno, solo dos, pero no era virgen. Y aparte de las nociones basicas, lo que Dylan y ella habian hecho no se parecia casi en nada a las demas experiencias de su vida.

Habia sido tan tierno. Y no solo por la herida del pecho. La habia tratado como si fuera alguien especial, como si su cuerpo fuera muy preciado, casi sagrado, y mereciera adoracion. Todavia no podia creer que la hubiese… bueno, besado alli. Nadie lo habia hecho antes. Habia leido al respecto y le habia parecido extrano, pero despues de haberlo experimentado, reconocia su atractivo.

Habian vuelto a hacer el amor durante la noche. Despues de dormitar durante un rato, se habia despertado y lo habia sorprendido acariciandola. En aquella ocasion no habia luz y habian tenido que guiarse solo por el tacto. Molly habia disfrutado del misterio y los descubrimientos. Si los gemidos de placer, la respiracion entrecortada de Dylan y la forma en que habia pronunciado su nombre una y otra vez servian de indicacion, el tambien habia disfrutado. Sonrio al recordarlo.

– Se ve que estas contenta por algo -dijo Dylan. Molly lo miro y vio que estaba despierto-. Buenos dias, ?que tal has dormido?

– Estupendamente.

Dylan se movio para rodearla con un brazo y atraerla hacia el. Molly se acerco docilmente. Suponia que debia sentirse avergonzada por todo, pero no lo estaba. Dylan la habia conciliado consigo misma. Con el habia aprendido que su cuerpo no dejaba de ser bonito y que las partes importantes funcionaban.

– Yo tambien -Dylan miro la hora en el reloj de la mesilla-. Parece que nos hemos quedado dormidos.

– ?Te sorprende?

– No -la beso en la frente-. Despues de todo, me mantuviste despierto la mitad de la noche.

– ?Yo? ?De que estas hablando?

– No te hagas la inocente -bromeo-. No hacias mas que abrazarme y acariciarme, sacandome del sueno profundo para saciar tus apetitos.

– Ese fuiste tu -protesto Molly, y se aparto lo suficiente como para empezar a hacerle cosquillas.

Dylan la agarro de las manos para detenerla. Ella se solto y continuo el ataque.

– No quiero hacerte dano -la advirtio.

– Que miedo -Molly continuo, en aquella ocasion yendo a por sus pies.

Dylan grito y salto de la cama.

– Esto no es necesario -dijo en tono firme.

– ?Desde cuando pones tu las normas? -rio Molly.

– Siempre lo he hecho. Controlo perfectamente la situacion.

La luz suave de la manana se filtraba por las contraventanas. Dylan estaba tan hermoso alli de pie, con su cuerpo delgado atletico… Mientras lo miraba, vio como empezaba a excitarse.

– Si, controlas la situacion -dijo Molly-. No ocurre nada sin tu expreso consentimiento. Es bueno saberlo - Dylan bajo la vista.

– Maldita sea. Traicionado por mi propio cuerpo -declaro, y se abalanzo sobre ella.

Molly no lo habia previsto. Trato de bajar por el lado opuesto de la cama, pero era demasiado tarde. Dylan la agarro por un tobillo y la arrastro de nuevo hacia el. Cuando logro someterla sobre la cama, le aparto suavemente el pelo de la cara y le sonrio.

– Me alegro de que estes asi.

– ?A que te refieres?

– Temia que te arrepintieras de lo de anoche. De que fueramos amantes.

Aquella palabra le hizo estremecerse. Amantes. Era bonito, implicaba que volverian a hacerlo, que la noche anterior solo habia sido el principio.

– No me arrepiento de nada -le dijo.

– Sabia que te habia impresionado.

Tardo un segundo en ver el brillo jocoso en sus ojos, pero luego deslizo una mano hacia su virilidad y, al instante, su propio cuerpo volvio a la vida.

– ?No! -dijo Dylan rapidamente, y se puso en pie. La tomo de la mano y tiro de ella hasta sentarla al borde de la cama-. Pienso hacerte el amor una y otra vez, pero quiero que finjamos que vamos a levantarnos y a empezar el nuevo dia.

– Si insistes -rio Molly. Lo acaricio una ultima vez, de forma lenta y sensual, haciendo que contuviera el aliento-. Podemos empezar duchandonos.

– Buena idea -repuso Dylan, y la condujo de la mano al pequeno cuarto de bano.

Cinco minutos despues, estaban bajo el chorro de la ducha, enjabonandose el uno al otro. Mientras ella le frotaba el pecho, el le frotaba el suyo. Tuvo cuidado de no rozarla junto a la herida. Aun asi, no hacian mas que

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