– Con todo mi corazon -contesto el joven-. He estado ahorrando dinero y comprando camellos. Con su dote, podremos comprar tres mas y tener un rebano de buen tamano. Le aseguro que puedo mantenerla.

– No pienso darle dote -contesto el padre de Aisha-. No te pienso entregar la dote de mi hija a ti. Farid es un marido mucho mejor.

– Sobre todo para ti -intervino Murat-. Que te den camellos a cambio de tu hija en lugar de tener que pagarlos tu hace que Farid te guste mucho mas.

El padre de la muchacha no contesto.

Murat se quedo mirando atentamente a Farid y se fijo en que tenia unas ojeras terribles y unos cercos grisaceos alrededor de los ojos.

– ?Tienes hijos? – le pregunto.

– Si, Alteza, seis.

– ?Y estan todos casados?

– Dos, no.

Ahora Murat empezaba a entenderlo todo.

– ?Cuanto tiempo te queda?

El hombre se sorprendio, pero contesto.

– Un ano como mucho.

– ?De que demonios esta hablando? -se extrano el padre de la chica.

Murat nego con la cabeza.

– De nada que a ti te incumba -contesto poniendose en pie y haciendole una senal a su esposa-. Por favor, acompaname.

– ?Que esta ocurriendo? -pregunto Daphne una vez fuera de la tienda-. ?Que va a ocurrir? ?Vas a obligar a Aisha a casarse con ese hombre?

– A ese hombre le queda menos de un ano de vida.

– Vaya, lo siento mucho, pero eso quiere decir que la chica tenia razon, que lo unico que quiere es que lo cuide. Si es verdad que tiene tanto dinero, ?por que no contrata a una enfermera?

– Porque este asunto no es por su salud sino por su fortuna. Farid tienes seis hijos y dos de ellos no estan casados. Segun nuestras leyes, debe dividir su fortuna a partes iguales, lo que no es la mejor manera de mantenerla. ?Que pasaria si los hijos no se llevaran bien? Si muere estando casado, podria dejarle el cuarenta por ciento de sus pertenencias a su mujer y el resto tendria que dividirlo entre sus hijos. Yo creo que lo que quiere es que uno de los hijos que no esta casado se case con Aisha para que, asi, se puedan hacer cargo del negocio familiar juntos.

Daphne lo miro indignada.

– Perfecto. Asi que no la van a vender una vez sino dos. Genial.

– Daphne, no te estas enterando. Farid no la quiere para el.

– Claro que me estoy enterando. Me da igual que la quiera para el o no. Lo que esta en juego aqui es la vida de una joven que esta enamorada de otro hombre.

– Sera una viuda rica en unos cuantos meses y, entonces, no estara obligada a casarse con ninguno de los hijos de Farid si no quiere.

– ?Me estas diciendo que deberia casarse con el? ?Me estas diciendo que lo que tendria que hacer es casarse con Barak cuando herede? Eso es terrible.

Murat sacudio la cabeza.

– En el matrimonio, Daphne, lo unico que importa no es el amor. El matrimonio tambien es una union politica y financiera.

– Ya veo que asi es como funcionan las cosas aqui. ?Que vas a hacer?

– ?Que quieres que haga?

Daphne lo miro con las cejas enarcadas.

– ?Me dejas decidir?

– Si, consideralo un regalo de boda.

– Quiero que Aisha pueda seguir los designios de su corazon. Quiero que se case con Barak si ese es su deseo.

– ?A pesar de lo que te acabo de contar?

– No a pesar de eso sino precisamente por eso.

– Y, dentro de unos anos, cuando Barak y ella no tengan dinero para alimentar a los varios hijos que tendran, ?no crees que mirara atras y se arrepentira de lo que va a hacer?

– Si lo ama de verdad, no.

– El amor no te da de comer.

El amor no era practico. ?Por que las mujeres lo consideraban tan importante?

– Quiero que se case con Barak -insistio Daphne.

– Como tu quieras.

A continuacion, Murat y Daphne volvieron al estrado y se sentaron en sus tronos. Aisha estaba llorando y su padre parecia furioso. Farid parecia resignado y el joven Barak intentaba parecer seguro de si mismo a pesar de que le temblaban las rodillas.

Murat miro a la chica.

– Has elegido bien porque Daphne es mi esposa y no puedo negarle nada, asi que puedes casarte con tu amado, pero escuchame bien. Estas enfadada con tu padre porque te queria vender a un hombre mucho mayor que tu. Solo piensas en hoy y en manana, pero deberias considerar un futuro a mas largo plazo. Farid es un hombre de honor. ?No quieres considerar la posibilidad de casarte con el?

La chica nego con la cabeza.

– Yo estoy enamorada de Barak -insistio.

Murat miro al chico y rezo para que fuera digno de tanta devocion.

– Muy bien. Aisha puede casarse con Barak.

El padre de la chica protesto, pero Murat lo miro con dureza haciendolo callar.

– Para celebrar su boda, les regalo tres camellos y les deseo que su union sea duradera y sana.

Aisha se puso a llorar de nuevo y Barak se arrodillo ante el principe varias veces, abrazo a su prometida y le dijo algo al oido.

– A ti tambien te doy tres camellos como compensacion por lo que has perdido -continuo Murat dirigiendose al padre de la chica.

Sabia que Farid le habia ofrecido cinco, pero no estaba dispuesto a darle mas de lo que les iba a dar a los novios.

– Cuando llegue la hora de tu muerte, tu familia puede hacerte enterrar en el monte de los reyes -concluyo dirigiendose a Farid.

Aquello levanto una exclamacion general pues semejante honor no era facilmente concedido.

– Muchas gracias, principe. No sabe usted cuanto me gustaria vivir para verlo ser rey -contesto el enfermo.

– A mi tambien me gustaria que fuera asi. Ve en paz, amigo -lo despidio Murat-. Siguiente.

Daphne estuvo callada durante la cena porque Murat parecia tenso e incomodo. Estaba asi desde que habian vuelto de la carpa.

Cuando los sirvientes recogieron el ultimo plato, Daphne dejo la servilleta y sonrio.

– Te quiero dar las gracias por lo que has hecho hoy.

– Yo prefiero no hablar de ello.

– ?Por que no? Has hecho feliz a Aisha.

– Lo que he hecho ha sido acceder a los deseos de una nina malcriada, una chica demasiado joven para saber realmente lo que quiere en la vida. ?De verdad crees que amara a ese chico para siempre? ?Y que ocurrira cuando ya no sea asi? Entonces, sera pobre y odiara a su marido. Por lo menos, su padre buscaba asegurarle el futuro.

Daphne no se podia creer que Murat creyera de verdad que casarse a los dieciseis anos con un hombre de casi sesenta fuera algo bueno.

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