fotografos que actuan como gusanos no estan tan lejos. ?O quizas es eso lo que quieres?
Algunos fotografos miraron con desagrado al interpelante, pero eso no evito que mantuvieran las camaras preparadas por si Bram perdia el control. Una imagen de Bram propinando un punetazo a un periodista les reportaria miles de dolares, y al agredido la posibilidad de conseguir una sustanciosa indemnizacion legal.
– No tenia intencion de golpearlo -le dijo Bram a Georgie cuando por fin se abrieron paso entre los fotografos-. No soy tan estupido como para cometer semejante gilipollez.
– Sera por todas las veces que la cometiste en el pasado.
El volvio la cabeza hacia los
– Demosles la imagen del millon.
– ?Que es…?
– Ya lo veras.
La cogio de la mano y tiro de ella a lo largo de la acera mientras los
Capitulo 13
La tiendecita con su fachada de fuerte color mostaza le hizo pensar a Georgie en una antigua merceria inglesa. Encima de la puerta habia la imagen de una mujer de estilo
Georgie le habia oido hablar de aquel
– Excelente idea -comento.
– ?Y yo que pensaba que te pondrias en plan mojigato!
Bram le apoyo la mano en el trasero.
– Hace anos que no soy mojigata.
– Podrias haberme enganado con facilidad.
El mantuvo la puerta abierta para que ella pasara y entraron en la perfumada tienda acompanados por los gritos de los fotografos y el chasquido de las camaras. La ley les impedia entrar en la tienda, asi que se pelearon para conseguir la mejor posicion y poder fotografiarlos a traves del escaparate.
El interior de estilo eduardiano consistia en unas paredes color amarillo mostaza suave y unas molduras de madera que proporcionaban una sensacion de calidez. Unas plumas de pavo real pintadas en el techo rodeaban la lampara de arana, y unos dibujos eroticos de Aubrey Beardsley con marcos dorados decoraban las paredes. Georgie y Bram eran los unicos clientes, pero ella supuso que eso cambiaria en cuanto se corriera la voz de que estaban alli.
La tienda proporcionaba una exhibicion variada de fantasias sexuales. Bram se encamino directamente a la coleccion de lenceria erotica, mientras que Georgie no podia apartar la vista de una exposicion artisticamente dispuesta de consoladores colocados delante de un espejo antiguo. Georgie se dio cuenta de que llevaba observandolos demasiado tiempo cuando los labios de Bram le rozaron la oreja.
– Me encantara dejarte el mio.
A ella se le encogio levemente el estomago.
La dependienta, una mujer de mediana edad, largo pelo moreno y vestida con una elegante y ajustada camiseta y una falda vaporosa, los reconocio y enseguida se acerco. El tacon de aguja de sus zapatos se clavo en la moqueta del suelo.
– Bienvenidos a Provocativa.
– Gracias -contesto Bram-. Interesante lugar.
Impactada por la excitacion que le producia tener a dos celebridades en su tienda, la dependienta empezo a enumerar las peculiaridades del lugar:
– Al otro lado de aquel arco tenemos una sala con articulos sadomasoquistas. Unos latigos preciosos, palmetas, pinzas para pezones y algunas ataduras realmente lujosas. Os sorprendera lo comodas que son. Todos nuestros juguetes son de gran calidad. Como podeis ver, disponemos de una amplia variedad de consoladores, vibradores, anillos para penes y… -senalo un escaparate de cristal- una maravillosa coleccion de cuentas anales nacaradas.
Georgie hizo una mueca. Habia oido hablar de las cuentas anales, pero no se le ocurria como se utilizaban ni para que servian.
Cuando la dependienta se dio la vuelta para examinar las estanterias, Bram le susurro a su esposa:
– Vista una, vistas todas. Aunque no contigo.
A ella se le volvio a encoger el estomago.
La dependienta le dijo:
– Acabo de desempaquetar un envio de pelucas pubicas con adornos de bisuteria. ?Alguna vez te has puesto una?
– Dame una pista.
La mujer esbozo una sonrisa repelente y apoyo las manos en la cintura adoptando la pose de un guia de un museo de arte.
– Las pelucas pubicas las llevaban originariamente las prostitutas para ocultar la perdida de vello pubico o las marcas de la sifilis. Las versiones modernas son mucho mas sexys y, con tantas mujeres depiladas hoy en dia, se han vuelto muy populares.
Georgie se oponia, tanto erotica como ideologicamente, a depilarse por completo el vello pubico. La idea de renunciar a algo tan intrinseco de las mujeres para parecer ninas preadolescentes le sonaba a pornografia infantil. Sin embargo, la vendedora ya habia abierto un escaparate y sacado un objeto triangular adornado con destellantes cristales de colores purpura, azul y carmesi. Georgie lo examino y descubrio una pequena abertura en forma de uve situada en el angulo inferior del triangulo y que, obviamente, estaba pensada para mostrar la rendija correspondiente.
– Naturalmente, todas nuestras pelucas pubicas vienen con su adhesivo.
Bram cogio la peluca para examinarla y despues se la devolvio.
– Creo que pasamos. Algunas cosas no necesitan una decoracion extra.
– Comprendo -contesto la mujer-, aunque esta viene con unos cubre-pezones de bisuteria a juego.
– Se interpondrian en mi camino.
El sonrojo de Georgie le indico a la dependienta que estaba metiendose en problemas.
– Tenemos una lenceria preciosa -le explico a Bram-. Nuestros sujetadores de tres petalos son muy populares. Su esposa puede llevarlos con todos los petalos levantados o solo con los laterales. O puede soltarlos todos.
Georgie sintio un hormigueo en los pechos.
– Muy eficiente.
Bram deslizo la mano por debajo del pelo de Georgie y le acaricio la nuca produciendole piel de gallina.
– ?Habeis oido hablar de nuestro probador VIP?
A Georgie le vino a la memoria una conversacion que habia mantenido con April en cierta ocasion. Intento parecer reflexiva.
– Yo… Esto… Creo que una amiga me comento algo.
– Tiene una mirilla en la pared posterior. Si quereis, podeis abrirla. Al otro lado hay un probador mas pequeno para tu marido.
Bram se echo a reir, una de las pocas risas genuinas que Georgie le habia oido desde que aparecieran las fotografias del balcon.
– Si mas hombres conocieran este lugar, dejarian de decir que odian ir de compras.
La vendedora le sonrio a Georgie con complicidad.
– Disponemos de una exotica coleccion de tangas para hombre y la mirilla funciona en ambos sentidos. -De pronto, la dependienta ya no pudo contenerse mas-: Tengo que deciros que me encantasteis en