volvio a echar una ojeada alrededor y, a continuacion, subio a su coche y se marcho.

Georgie condujo sin rumbo fijo, con una sensacion de vacio interior. Todavia estaba furiosa, no se sentia en paz, pero ahora sabia con exactitud quien era. Al final, acabo en un sordido barrio de Lincoln Boulevard, en Santa Monica, un barrio poblado de salas de masaje y sex-shops. Aparco delante de un taller de reparaciones que ya habia cerrado, saco del maletero la bolsa que contenia su camara de video y camino por la acera. Nunca habia estado sola por la noche en un barrio peligroso, pero no se le ocurrio asustarse.

No tardo mucho en encontrar lo que estaba buscando, una adolescente con el pelo decolorado y la mirada apagada. Se acerco a ella con cuidado.

– Me llamo Georgie -dijo con dulzura-, y soy cineasta. ?Puedo hablar contigo?

Chaz aparecio en la casa de la playa dos dias mas tarde. Georgie llevaba toda la manana sentada frente al ordenador, mirando sus grabaciones, y ni siquiera se habia duchado. En cuanto Aaron abrio la puerta, se desencadeno una pelea.

– ?Me has seguido! -oyo que exclamaba Aaron-. ?Ni siquiera soportas conducir hasta el colmado mas cercano y me has seguido hasta Malibu?

– Dejame entrar.

– Ni hablar -replico el-. Vuelve a tu casa.

– No ire a ninguna parte hasta que haya hablado con ella.

– Tendras que pasar por encima de mi.

– ?Ja! ?Como si pudieras detenerme!

Chaz paso junto a Aaron como una exhalacion y pronto encontro la habitacion donde Georgie habia instalado su equipo. Iba vestida de negro justiciero de la cabeza a los pies.

– ?Sabes cual es tu problema? -le dijo sin mas-. Que los demas no te importan.

Georgie apenas habia dormido y estaba demasiado cansada para manejar aquello.

– Bram no ha dormido en casa las dos noches pasadas. -Chaz siguio atacando-. Esta fatal, y todo por tu culpa. No me extranaria que volviera a tomar drogas. -Como Georgie no respondia, la rabia de Chaz dio paso a la incertidumbre-. Se que estas enamorada de el, ?verdad, Aaron? ?Por que no regresas con el y ya esta? Asi todo volveria a estar bien.

– Chaz, deja de darle la lata -dijo Aaron poniendose detras de ella.

Georgie nunca se habria imaginado que Aaron se convertiria en su acerrimo guardian. Su perdida de peso parecia haberle imbuido mas confianza en si mismo. Un martes, cuando el relato de Mel Duffy acerca de la llamada de Georgie salio a la luz, Aaron contraataco y transmitio una vigorosa negativa publica sin siquiera consultarselo a ella. Georgie le dijo que la historia de Mel era cierta y que no le importaba que la publicara, pero Aaron se nego a escucharla.

Georgie decidio que era mas facil atacar las debilidades de Chaz que pensar en las suyas.

– ?Sabes que pasa con la gente que siempre mete las narices en la vida de los demas? Pues que normalmente lo hacen porque no quieren enfrentarse a sus propias frustraciones.

Chaz se puso a la defensiva.

– ?En mi vida todo esta bien!

– Entonces, ?por que no estas ahora mismo en una escuela de cocina? Por lo que se, ni siquiera has dado una hojeada a los libros de texto para sacarte el graduado escolar.

– Chaz esta demasiado ocupada para estudiar -dijo Aaron-. Si no, preguntaselo a ella.

– Creo que tienes miedo de que, si te alejas de la seguridad que te proporciona tu situacion actual, acabaras de nuevo en las calles. -En cuanto las palabras salieron de su boca, se dio cuenta de que acababa de traicionar la confianza de Chaz y sintio nauseas-. Lo siento, yo…

Chaz fruncio el ceno.

– ?Vamos, deja de poner esa cara! Aaron ya lo sabe.

?Ah, si? Eso Georgie no se lo esperaba.

– Si Chaz no estudia -intervino Aaron-, no tiene que preocuparse por si catea. Tiene miedo.

– Eso es una chorrada.

Georgie se rindio.

– Estoy demasiado cansada para hablar de esto. Vete.

Naturalmente, Chaz no se movio, sino que la miro con desaprobacion.

– Tienes pinta de estar perdiendo peso otra vez.

– Ahora mismo, nada me sabe bien.

– Eso ya lo veremos.

Chaz se dirigio a la cocina hecha una furia. Una vez alli, anduvo de un lado a otro con paso decidido, dando portazos con los armarios y abriendo y cerrando la nevera. Al poco rato, volvio con una ensalada y unos suculentos macarrones con queso. La comida casera era reconfortante, pero no tanto como tener a Chaz ocupandose de ella.

Georgie insistio mucho en que Chaz tomara prestado uno de sus banadores y fuera a la playa.

«A menos que tengas miedo del agua.» Georgie se lo dijo con sorna, como retandola a ponerse el banador. Sabia que Chaz odiaba ensenar su cuerpo y decidio que aquello seria una especie de terapia. Sintiendose desafiada, Chaz se puso el banador y despues hurgo entre los trapos de Georgie hasta que encontro un albornoz corto de toalla con el que taparse.

Aaron estaba tumbado en una toalla de playa, leyendo una patetica revista de videojuegos. Cuando lo conocio, el ni siquiera se acercaba al agua, pero ahora llevaba puesto un banador blanco ribeteado de azul marino. Todavia necesitaba perder unos cuantos kilos, asi que no estaba semibueno, pero habia empezado a hacer ejercicios con pesas y se le notaba. Tambien gastaba dinero en cortes de pelo decentes y en las lentes de contacto.

Chaz se sento al final de la toalla, de espaldas a Aaron. El albornoz ni siquiera le llegaba a la mitad de los muslos y ella metio las piernas debajo de la tela de algodon lo mejor que pudo.

Aaron dejo a un lado la revista.

– Hace calor. Vamos a banarnos.

– No me apetece.

– ?Por que no? Una vez me dijiste que antes nadabas mucho.

– Si, pero ahora mismo no me apetece. Eso es todo.

El se sento a su lado.

– ?Eh, que no voy a abalanzarme sobre ti solo porque vayas en traje de bano!

– Ya lo se.

– Tienes que superar lo que paso, Chaz.

Ella jugueteo con la arena con un palo.

– Quiza no quiera superarlo. Quiza quiera asegurarme de que no lo olvido nunca para no volver a caer en lo mismo.

– Nunca volveras a caer en algo asi.

– ?Como lo sabes?

– Por pura logica. Supongamos que vuelves a romperte un brazo, o incluso una pierna. ?De verdad crees que Bram te echaria? ?O que Georgie no se ocuparia de ti, o que yo no te dejaria quedarte en mi apartamento? Ahora tienes amigos, aunque, por tu forma de tratarlos, uno nunca lo diria.

– He conseguido que Georgie coma, ?no? Y no deberias haberle dicho lo de que tengo miedo de suspender.

– Tu eres inteligente, Chaz. Lo sabe todo el mundo menos tu.

Ella cogio una concha rota y deslizo la yema del pulgar por el borde.

– Podria haber sido inteligente, pero me perdi la mayor parte de la escuela.

– ?Y que? Para eso esta el examen libre de graduado de secundaria. Y ya te dije que te ayudaria a estudiar.

– Yo no necesito ayuda.

Si Aaron le ayudaba, se enteraria de lo poco que ella sabia y dejaria de respetarla.

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