Carl salio de la oficina. Era jueves por la manana. La habian arrestado el domingo, y habia estado trabajando en el mural del pasillo de la carcel desde la tarde del lunes. Tambien habia hecho lasana para el personal en la cocina de la carcel y habia estado contestando el telefono un par de horas cuando Lorraine, la secretaria, habia pillado una infeccion de orina. Hasta ahora la habian visitado April, Syl, Penny Winters, Gary, el peluquero, Monica, la administradora de Dean, y Jason, el camarero del Barn Grill. Todos le mostraron su simpatia, pero salvo April nadie queria que saliera de la carcel hasta que Nita hubiera firmado los papeles accediendo a las mejoras del pueblo. Esa era la primera condicion que habia impuesto Nita en la mesa de negociaciones. Blue estaba tan furiosa con ella que ni siquiera podia expresarlo con palabras.

La unica persona que no la visito fue Dean. La habia advertido de que no iria tras ella, y no era hombre que amenazara en vano.

El jefe Wesley asomo la cabeza en el pasillo.

– Blue, acabo de hablar con Lamont Daily, pasara por aqui para tomar una taza de cafe.

– ?Y quien es ese?

– El sheriff del condado.

– Ya lo capto -Dejo el pincel en el suelo, se limpio las manos, y volvio a la celda sin cerrar. En ese momento era la unica ocupante de la carcel, aunque Ronnie Archer habia pasado un par de horas despues de que Carl lo hubiera pillado conduciendo con un carnet caducado. A diferencia de Dean, Karen Ann habia pagado la fianza a su amante. Pero claro, la fianza de Carl era solo de doscientos dolares.

La celda de la carcel habia resultado un buen lugar para pensar en su vida y tomar decisiones. Syl le habia enviado un sillon y una lampara de pie. Monica le habia llevado un par de libros y algunas revistas. Los Bishops, el matrimonio que queria poner el Bed & Breadfast, le habian llevado ropa de cama decente y toallas. Pero Blue no podia dejar de pensar en Dean. Al dia siguiente, se iria a entrenar. Habia llegado el momento de escapar de la carcel.

Una luna en cuarto menguante brillaba en el cielo sobre la casa de la granja. Blue aparco en el granero, que habia sido pintado recientemente, y se dirigio hacia la puerta lateral, para descubrir que estaba cerrada con llave, asi que se encamino hacia la puerta trasera. Una idea horrible cruzo por su cabeza. ?Y si Dean ya se habia ido? Pero cuando llego al patio trasero, oyo el chirrido del balancin del porche, y pudo distinguir una silueta de anchos hombros alli sentada. La puerta mosquitera estaba abierta. Entro. El tintineo de unos cubitos de hielo atrajo su mirada hacia la figura. Dean la vio, pero no dijo ni una sola palabra.

Ella se retorcio las manos.

– No he robado el collar de Nita.

El balancin volvio a chirriar.

– Nunca crei que lo hubieras hecho.

– Ni tu ni nadie, incluyendo a Nita.

El apoyo el brazo en el respaldo del balancin.

– Ya he perdido la cuenta de cuantos de tus derechos constitucionales han pasado por alto. Deberias poner una denuncia.

– Nita sabe que no lo hare. -Ella se acerco a la pequena mesa de hierro forjado que habia al lado del balancin.

– Yo lo haria.

– Eso es porque no te sientes tan cerca de la comunidad como yo.

Dean estuvo a punto de perder los nervios.

– Y si eso es asi, ?por que diablos quieres marcharte?

– Porque…

– Ah, cierto. -Dejo el vaso encima de la mesa con un golpe seco-. Huyes de todo lo que te importa.

Ella no encontro la energia necesaria para defenderse.

– La verdad es que soy una cobarde. -Odiaba sentirse tan vulnerable, pero ese era Dean, y ella le habia hecho dano-. Muchas personas buenas se han preocupado por mi a lo largo de los anos.

– Y todas pasaron de ti. Eso ya lo se. -Por la expresion de su cara dedujo que eso a el le traia sin cuidado. Blue agarro rapidamente el vaso de Dean, tomo un largo trago, y se atraganto. Dean jamas bebia nada mas fuerte que cerveza, pero eso era whisky.

El se levanto y encendio la lampara de pie nueva del porche, como si no quisiera estar solo con ella en la oscuridad. Tenia la barba descuidada y mas crecida de lo que estaba de moda, el pelo aplastado de un lado y una mancha de pintura en el brazo, pero aun podria haber posado para un anuncio de Zona de Anotacion.

– Me sorprende que te hayan dejado libre -dijo el-. Oi por ahi que eso no ocurriria hasta que Nita aprobara formalmente el proyecto del pueblo la semana que viene.

– No me han dejado libre exactamente. Mas bien me he fugado.

Eso capto la atencion de Dean.

– ?Que quieres decir?

– No creo que nadie lo descubra, siempre que devuelva el coche del jefe Wesley antes de que regrese. Entre nosotros, creo que ha ido a algun tipo de redada.

Le arrebato el vaso.

– ?Te has escapado de la carcel y has robado el coche patrulla?

– No soy tan estupida. Es el coche particular del jefe Wesley. Un Buick Lucerna. Y solo lo he tomado prestado.

– Sin decirselo. -Dean tomo un trago.

– Te aseguro que no le importara. -La sensacion de abandono salio a la superficie. Ella se sento en el sillon de mimbre frente al balancin-. Y gracias por venir corriendo a pagar la fianza.

– Te han fijado una fianza de cincuenta mil dolares -dijo el secamente.

– Casi lo que te gastas en productos capilares.

– Si, pero habia un alto riesgo de que te fugaras. -Volvio a sentarse en el balancin.

– ?Te ibas a marchar a Chicago sin ir a verme? ?Ibas a dejar que me pudriera alli?

– No veo que lo hayas pasado tan mal. -Se reclino en los cojines-. He oido que el jefe Wesley te consiguio pinturas al oleo ayer por la manana.

– Me concedio una especie de tercer grado. -Entrelazo las manos sobre el regazo-. Te alegraste de que me arrestaran, ?verdad?

El tomo un pequeno sorbo como si considerara la idea.

– Y que mas da. Si Nita no hubiera hecho eso, tu ya habrias desaparecido a estas alturas.

– Me gustaria que al menos me hubieras visitado.

– Dejaste muy claros tus sentimientos la ultima vez que hablamos.

– ?Y has dejado que esa pequenez te detuviera? -le pregunto con la voz entrecortada.

– ?Por que estas aqui, Blue? -Dean sonaba cansado- ?Acaso quieres hundir un poco mas el cuchillo?

– ?Es eso lo que piensas que hice?

– Supongo que hiciste lo que debias. Ahora es mi turno.

Ella levanto las piernas hasta apoyarlas en el balancin.

– Admito que tengo un pequeno problema de falta de confianza.

– Tienes problemas de falta de confianza, problemas de autoestima, problemas de feminidad y no olvidemos tu pequeno problema con la moda, no, espera, eso ya entra en la categoria de

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