feminidad.

– ?Estaba a punto de regresar al pueblo cuando el jefe Wesley me detuvo! - exclamo ella.

– Claro.

– Es verdad. -No se le habia ocurrido que el no pudiera creerla-. Tu tenias razon. Lo que me dijiste en el callejon. -Inspiro profundamente-. Te amo.

– Lo que tu digas. -Los cubitos de hielo tintinearon cuando el se termino el whisky de golpe.

– Te amo. De verdad.

– ?Entonces por que parece como si estuvieras a punto de vomitar?

– Es que me estoy haciendo a la idea. -Amaba a Dean Robillard, y sabia que tenia que lanzarse al vacio-. He tenido… he tenido un monton de tiempo para pensar ultimamente, y… y…-Se le quedo la boca seca y tuvo que forzar las palabras-. Ire a Chicago contigo. Viviremos juntos un tiempo. Veremos como van las cosas.

Sobre ellos se extendio un silencio pesado. Ella comenzo a ponerse nerviosa.

– Esa proposicion ya no esta en pie -dijo el en voz baja.

– ?Si solo han pasado cuatro dias!

– No eres la unica que ha tenido tiempo para pensar.

– ?Sabia que ocurriria esto! Lo que siempre te dije que pasaria. -Se puso de pie-. No he sido mas que una novedad para ti.

– Y tu has probado mi teoria. La razon de por que no debo confiar en ti.

Ella quiso arrojarlo del balancin.

– ? Como puedes decir eso? ?Si soy la persona mas leal del mundo! Solo tienes que preguntarles a mis amigos.

– ?A esos amigos con los que solo hablas por telefono porque jamas permaneces en la misma ciudad que ellos mas que unos meses?

– ?No acabo de decir que iria a Chicago contigo?

– No eres la unica que necesita sentirse segura. He tardado mucho tiempo para enamorarme. Por que de ti, no lo se. Una de esas ironias del destino, supongo. Pero te dire una cosa. No estoy dispuesto a despertarme cada manana preguntandome si todavia estas conmigo.

Ella se sintio mareada.

– ? Entonces, que?

Dean la miro con una expresion terca.

– Tu diras.

– Ya te lo he dicho. Empezaremos yendo a Chicago.

– ?Es eso lo que quieres? -Practicamente se lo escupio a la cara-. Tu solo eres feliz viajando. Son las raices las que te molestan.

Ahi habia dado en el clavo.

Dean se levanto.

– Supongamos que vamos a Chicago. Te presento a mis amigos. Nos lo pasamos en grande. Nos reimos. Discutimos. Hacemos el amor. Pasa un mes. Luego otro. Y luego… -Se encogio de hombros.

– Y luego tu te despiertas una manana y yo me he ido.

– Paso bastante tiempo fuera durante la temporada. Imagina como te sentara eso. Y lo de las mujeres. Se lanzan sobre cualquiera que lleve uniforme. ?Que haras cuando encuentres lapiz de labios en el cuello de mi camisa?

– Mientras no lo encuentre en tus calzoncillos de Zona de Anotacion, creo que podre soportarlo.

El no le rio la gracia.

– No lo comprendes, Blue. Las mujeres me persiguen todo el tiempo, y no esta en mi caracter mandarlas a paseo sin dedicarles al menos una sonrisa, o decirles que me gusta su pelo, o sus ojos, o cualquier otra jodida cosa bonita que tengan, porque eso las hace sentirse bien, y hace que yo tambien me sienta bien, yo soy asi.

Un autentico encanto. Amaba a ese hombre

– Jamas te haria dano intencionadamente. -Bajo la mirada hacia ella-. Porque eso tampoco forma parte de mi manera de ser. Pero, ?como vas a creerlo, cuando siempre estaras buscando la prueba de que no te amo… algo que te convenza de que soy como todos los demas que te han dejado tirada? No puedo vigilar cada cosa que hago, no puedo medir cada palabra que digo por temor a que te vayas a las primeras de cambio. No eres la unica que tiene miedo.

La irrefutabilidad de su logica la asusto.

– Se supone que tengo que hacerme un hueco en el equipo Robillard, ?es eso?

Ella esperaba que lo negara, pero no lo hizo.

– Bueno, supongo que si.

Blue se habia pasado la infancia intentando hacerse digna del amor de otras personas. El resentimiento casi la ahogo. Ahora Dean le pedia que hiciera justo eso, pero algo en la expresion de el la detuvo. La profunda vulnerabilidad del hombre que lo tenia todo. En ese momento comprendio lo que tenia que hacer. Quiza le costaria caro, o quiza no. Tal vez estaba a punto de alcanzar un nuevo nivel de angustia.

– Me quedare aqui.

Dean inclino la cabeza, como si no la hubiera oido con claridad.

– El equipo Bailey se queda aqui-dijo ella-. En la granja. Sola. -Su mente trabajaba a marchas forzadas-. No quiero que vengas a visitarme. No nos veremos hasta… -se detuvo buscando una fecha significativa- hasta el Dia de Accion de Gracias. Y si todavia estoy aqui. Si tu todavia me quieres… - Trago saliva-. Observare como los arboles cambian de color, pintare; por supuesto, torturare a Nita por todo lo que me ha hecho. Podria ayudar a Syl a montar la nueva tienda de regalos, o… -Su voz se quebro-. Para serte sincera, puede que me entre el panico y me largue.

– ?Viviras en la granja?

«?Lo haria?» Asintio bruscamente con la cabeza. Tenia que hacer eso por ellos, pero principalmente tenia que hacerlo por si misma. Estaba cansada de no echar raices, asustada de la persona en la que podria llegar a convertirse si seguia viviendo como lo habia hecho hasta ahora, con toda su vida en una maleta.

– Lo intentare.

– Lo intentaras. -La voz de Dean sono cortante.

– ?Que quieres de mi? -gimio ella.

El hombre de acero echo hacia delante la mandibula.

– Quiero que seas tan fuerte como das a entender que eres.

– ? Crees que esto no esta siendo suficientemente dificil para mi?

El apreto la boca. Un ominoso presentimiento la invadio.

– No, no es lo suficientemente dificil -dijo el-. Sera el todo por el todo. -Se cernio sobre ella-. El equipo Robillard no visitara la granja, pero tampoco te llamara, ni siquiera te enviara un misero correo electronico. El equipo Bailey tendra que vivir a base de fe. -Apreto las tuercas aun mas, desafiandola a sucumbir-. No sabras donde estoy o con quien estoy. No sabras si te echo de menos, o si ya paso de ti, o si estoy pensando en como dejarlo. -Por un momento, Dean guardo silencio. Cuando volvio a hablar, su agresividad se habia desvanecido, y sus palabras le acariciaron la piel-. Llegaras a creer que me estoy alejando de ti como todos los demas.

Blue percibio la ternura en su voz, pero no le sirvio de consuelo.

– Tengo que regresar a la carcel. -Se dio la vuelta para irse.

– Blue… -le toco el hombro.

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