mujeres de encima sin tener que recurrir a una prometida imaginaria, pero al parecer debia de estar hastiado de que todas esas mujeres se lanzaran a por el. Tenia que admitir que estaba sorprendida.
A Monica le habia cambiado la expresion de la cara, pero se esmero en ocultar su decepcion tras unos rapidos parpadeos y una evaluadora mirada a la apariencia de Blue. La administradora miro la camiseta de camuflaje que Blue se habia llevado de la lavanderia de su bloque de apartamentos despues de que pasara un mes sin que nadie la reclamara.
– Eres una chica guapa, ?no?
– Eso es lo que dice Dean -dijo Blue con modestia-. Yo aun no me explico como logro que superara mi aversion a los trogloditas machistas.
Con un apreton de advertencia Dean casi le sepulto la cara en su axila que olia deliciosamente a uno de esos desodorantes caros para hombres que venian en botes falicos de algun famoso disenador. Permanecio asi unos segundos antes de apartar finalmente la cabeza.
– Cuando entramos en el pueblo me fije en un letrero que anunciaba la venta del pueblo. ?Va en serio?
Monica fruncio sus labios bien perfilados.
– Es cosa de esa mujer odiosa, Nita Garrison. Algunas personas no merecen que se hable de ellas. Mejor hablamos de otra cosa.
– Pero, ?es cierto? -pregunto Blue-. ?De verdad ha puesto el pueblo a la venta?
– Supongo que dependera de lo que consideres el pueblo.
Blue iba a preguntarle que consideraba el pueblo, pero Monica ya estaba llamando a las personas que habian quedado rezagadas en los pasillos para poder presentarlas.
Lograron escabullirse diez minutos despues.
– Rompo el compromiso -gruno Blue mientras seguia a Dean al coche-. Das demasiados quebraderos de cabeza.
– No te preocupes, carino, nuestro amor es lo suficientemente fuerte para sobrevivir a 1os duros golpes de la vida. -Se detuvo junto a una maquina expendedora de periodicos.
Presentarme como tu prometida te ha hecho parecer ridiculo a ti, no a mi. -dijo ella-. Esa gente no es ciega. No pegamos ni con cola.
– Tienes serios problemas de autoestima, Blue. -Busco cambio en el bolsillo.
– ?Yo? Vuelve a intentarlo. Nadie se creera que un cerebrito como yo se sienta atraida por un cabeza de chorlito como tu. -La ignoro y compro un periodico. Blue se le adelanto-. Antes de ir al supermercado, necesito buscar trabajo. ?Por que no almuerzas mientras miro algo por ahi?
El se metio el periodico bajo el brazo.
– Ya te lo he dicho. Trabajas para mi.
– ?Haciendo que? -Lo miro con los ojos entornados-. Y, ?cuanto pagas, por cierto?
– Eso no debe preocuparte.
El llevaba toda la manana de un humor pesimo y eso empezaba a molestarla. No era culpa suya que la madre de Dean se estuviera muriendo. Bueno, si, era culpa suya, pero el no lo sabia, y no deberia pagarlo con ella.
Cuando llegaron al supermercado, hubo mas presentaciones de gente que le daba la bienvenida al pueblo. El se mostraba cordial con todo el mundo, desde el dependiente con espinillas a un pobre viejo lisiado con una gorra de los veteranos de guerra. Los ninos estaban en la escuela, pero acaricio cabecitas de bebes, tomo punitos llenos de babas entre sus grandes manos, y converso con una adorable nina de tres anos que se llamaba Reggie y no queria usar el orinal. Dean era a la vez la persona mas egocentrica y decente que habia conocido, aunque la parte decente de el parecia pasar olimpicamente de ella.
Mientras Dean ejercia de relaciones publicas, ella aprovecho para hacer las compras en el supermercado. No habia mucho donde escoger, pero si tenian lo necesario. Se encontro con el en la caja, donde tuvo que permanecer con la boca cerrada mientras el sacaba la VISA. No podia continuar asi. Tenia que ganar algo de dinero.
Dean descargo las compras y dejo que Blue decidiera donde ponerlas mientras el metia el coche en el granero. Ni siquiera Annabelle conocia la verdadera identidad de su padre, pero Blue la habia descubierto en solo cuatro dias. Era la persona mas intuitiva que habia conocido nunca, por no mencionar esa mente retorcida que lo mantenia en guardia para ser el mas listo del juego.
Despues de despejar un espacio en el granero para su coche, busco una pala y un azadon en el cobertizo y comenzo a arrancar la maleza que rodeaba la casa. Mientras aspiraba el olor a madreselva, recordo por que habia comprado ese lugar en vez de la casa en el sur de California que pensaba adquirir. Porque estar alli lo hacia sentir bien. Le encantaban los antiguos edificios y las colinas que resguardaban la granja. Le encantaba saber que esa tierra habia durado mas que un partido de futbol americano. Pero sobre todo, le encantaba la privacidad. Ninguna abarrotada playa del sur de California podria ofrecerle eso, y si en algun momento anoraba el aire del oceano, siempre podia volar a la costa.
Apenas sabia lo que era disfrutar de privacidad. Primero, habia crecido en internados, luego habia pasado a una universidad donde su carrera deportiva lo habia convertido en el centro de atencion. Despues de eso, hizo del futbol su profesion. Por ultimo, debido a esos malditos anuncios de Zona de Anotacion, lo reconocian incluso los que no seguian el futbol americano.
Se tenso al oir el tintineo de unas pulseras. Sintio que la amargura le retorcia el estomago. Ella estaba intentando cargarse ese lugar como se habia cargado todo lo demas.
– Pensaba contratar un equipo de jardineros -le dijo su madre.
El clavo la pala en la maleza.
– Ya me ocupare de eso cuando sea necesario. -No le importaba cuanto tiempo llevara sobria. Cada vez que la miraba, recordaba el maquillaje corrido por las lagrimas, sus palabras balbuceantes, y el
– Siempre te ha gustado estar al aire libre. -Ella se acerco-. No se mucho de plantas, pero creo que estas a punto de arrancar una mata de peonias.
Considerando la vida que habia llevado, su madre deberia parecerse a Keith Richards, pero no lo era asi. Su cuerpo era esbelto, la linea de la mandibula era demasiado firme para ser totalmente natural. Incluso le ofendia ese pelo largo. Tenia cincuenta y dos anos, por el amor de Dios. Era una edad apropiada para cortarselo. Cuando era adolescente, se habia metido en mas de una pelea con sus companeros de clase por haber dado una descripcion demasiado detallada de su culo o de cualquier otra parte del cuerpo que ella hubiera decidido ensenar en alguna de sus raras visitas.
Ella desenterro una lata con la punta del zapato.
– No me estoy muriendo.
– Bueno, de eso ya me di cuenta anoche. -Y Blue pagaria por esa mentira.
– Ni siquiera estoy enferma. Lamento que no lo puedas celebrar.
– Quizas el ano que viene.
Ella no se inmuto.
– Blue tiene un gran corazon. Es una persona interesante. Distinta a lo que hubiera esperado.
Al parecer April habia ido a recabar informacion, pero ya se podia ir olvidando.
– Por eso le pedi que se casara conmigo.
– Tiene los ojos inocentes de una nina, pero ademas hay algo sexy en ella.
Como un libro de rimas infantiles de Mama Ganso no apto para menores.
– No es que no sea guapa -continuo April- aunque podria mejorar. No se. Sea lo que sea, ella no parece consciente de ello.