Blue sonrio.
– Yo tambien. ?No es genial? Los bichos raros son las personas mas interesantes, ?no te parece? Todos los demas son aburridos. Trinity, por ejemplo. Puede que sea guapa, pero es aburrida, ?no?
Riley parpadeo.
– Lo es. Todo lo que quiere es hablar de chicos.
– ?Puaf! -Blue arrugo la cara mas de lo necesario.
– O de ropa.
– Que asco.
– Mira quien habla -mascullo el.
Pero Riley ya le seguia el juego a Blue.
– O de que vomitar es lo mejor para no engordar.
– Estaras de broma -Blue arrugo su pequena nariz afilada-. ?Como sabe eso?
– Vomitar es muy importante para tia Gayle.
– Lo he pillado. -Blue le dirigio a Dean una rapida mirada-. Supongo que tia Gayle es tambien guapa y aburrida.
– Si. Siempre me llama «carino» cuando me ve y me quiere dar un beso, pero todo es pura hipocresia. Tambien piensa que soy un bicho raro ademas de gorda. -Riley tiro con fuerza del dobladillo de su camiseta intentando cubrir el pequeno michelin que sobresalia por la cinturilla de los pantalones.
– La gente asi me da pena -dijo Blue con seriedad-. La gente que siempre cree tener razon. Mi madre, que es una mujer de fuertes convicciones, me enseno que no puedes sacar provecho de la vida si te pasas el tiempo criticando a los demas porque no son ni se comportan como una piensa que deberian hacerlo.
– ?Y tu madre… esta… viva?
– Si. Esta en Sudamerica ayudando a unas chicas. -El semblante de Blue se volvio sombrio.
– No parece aburrido -dijo Riley.
– Es una mujer impresionante.
«Una mujer impresionante -penso Dean- que habia dejado que su unica hija se criara con desconocidos.» Pero al menos Virginia Bailey no se habia pasado las noches colocandose y follando con estrellas del rock.
Blue paso por su lado para coger su movil de la mesa.
– Necesito que hagas algo por mi, Riley. Entiendo que no quieras darle a Dean tu numero de telefono, y comprendo tu privacidad hasta cierto punto. Pero tienes que llamar a Ava para decirle que estas bien. -Le tendio su telefono.
Riley lo miro, pero no lo cogio.
– Hazlo. -Aunque Blue parecia una fugitiva del Reino de las Hadas, podia comportarse como un sargento de artilleria si la situacion lo requeria, y Dean no se sintio sorprendido cuando Riley cogio el telefono y marco el numero.
Blue se sento a su lado. Pasaron varios segundos.
– Hola, Ava, soy yo, Riley. Estoy bien. Estoy con adultos responsables, asi que no te preocupes por mi. Dale recuerdos a Peter. -Colgo y le devolvio el telefono a Blue. Sus ojos, tan llenos de anhelo, se volvieron hacia Dean-. ?Te gustaria ver el album?
No queria herir los sentimientos de esa nina tan fragil dandole falsas esperanzas.
– Quiza despues -dijo bruscamente-. Tengo cosas que hacer. -Miro a Blue-. Dame un abrazo antes de que me vaya, carino.
Ella se levanto, sin protestar por primera vez desde que la conocia. La aparicion de Riley era un obstaculo en su plan para ocuparse de la mentira que le habia contado de April, pero solo de momento. Se acerco al centro de la caravana para no darse con la cabeza en el techo. Ella le rodeo la cintura con los brazos. El se propuso conseguir algo mas, pero ella debio de leerle el pensamiento porque le pellizco por encima de la camiseta.
– Ay.
Ella le sonrio cuando se aparto.
– ?Me echaras de menos, bomboncito?
El le dirigio una mirada torva, paso por su lado y abandono la caravana.
Tan pronto como estuvo fuera de la vista, metio la mano en el bolsillo trasero y cogio el movil que ella habia metido alli. Reviso rapidamente los menus, volvio a marcar el ultimo numero y comprobo que era el contestador de una compania de seguros de Chattanooga.
Esa nina no tenia ni un pelo de tonta.
Ahora que tenia el movil de Blue, aprovecho para examinar con rapidez las llamadas recibidas hasta llegar a la fecha que queria. Entro en el buzon de voz y metio la contrasena que le habia observado marcar un par de dias antes. Blue no habia vaciado el buzon de voz y Dean escucho el mensaje de su madre con autentico interes.
Dentro de la caravana, Blue observaba como Riley volvia a meter lentamente el album en la mochila.
– No sabia que era tu novio -dijo ella-. Pensaba que eras la mujer de la limpieza o algo asi.
Blue suspiro. Incluso a los once anos, esa nina sabia que las Blue Bailey del mundo no estaban a la altura de los Dean Robillard.
– Le gustas un monton -dijo Riley con tristeza.
– Es aburrido.
April metio la cabeza en la caravana.
– Me he olvidado algo en la casita de invitados. ?Os gustaria venir conmigo? Es un paseo agradable.
Blue todavia no se habia duchado, pero mantener a Riley alejada de Dean parecia una buena idea, y sospechaba que esa era la intencion de April. Ademas, queria conocer la casita de invitados.
– Claro. A los bichos raros nos gustan las aventuras.
April arqueo una ceja.
– ?Bichos raros?
– No te preocupes -dijo Riley cortesmente-. Eres demasiado bonita para ser un bicho raro.
– Alto -dijo Blue-. No podemos tener prejuicios solo porque sea guapa. Ser un bicho raro es un estado de animo. April tiene mucha imaginacion. Y tambien tiene corazon de bicho raro.
– Me siento honrada -dijo April con sequedad. Y luego le dirigio a Riley una sonrisa forzada-. ?Quieres ver mi estanque secreto?
– ?Tienes un estanque secreto?
– Te lo ensenare.
Riley agarro la mochila, y ambas siguieron a April fuera de la caravana.
9
La pequena casa de invitados se asentaba detras de una cerca de estacas