Riley volvio a estudiar a la perra.

– Tiene mas pinta de Puffy.

Blue no pudo seguir manteniendose dura con la perrita perdida por mas tiempo.

– Vamos a ver si encontramos algo de comer para Puffy.

– Dame el telefono del contratista -le dijo Dean a April-. Quiero hablar con el.

– Ya lo he intentado yo. Pero no coge el telefono.

– Entonces sera mejor que le haga una visita personal.

April queria que Puffy pasara por el veterinario, y de alguna manera convencio a Jack de que se llevara a la perra cuando Riley y el fueran a Nashville. Blue sabia que al final se quedaria con la perra. A pesar de lo que Jack habia prometido, Blue no creia que fuera a regresar con Riley. Le dio un fuerte abrazo a la nina cuando se fue.

– No dejes que nadie te mangonee, ?me oyes?

– Lo intentare -respondio Riley con un deje interrogativo.

Blue queria hacer autostop para ir al pueblo a buscar trabajo, pero April necesitaba ayuda, asi que se paso el dia intentando pagarse el sustento limpiando alacenas, colocando platos y ordenando armarios. Dean le envio un e-mail a April diciendole que el contratista habia desaparecido. Una «emergencia familiar» segun un vecino.

Al caer la tarde, April la obligo a que tomara un descanso, y Blue se fue a explorar. Vago por el bosque, siguiendo el riachuelo hasta el estanque y estuvo fuera mas tiempo del que habia pensado. Cuando regreso se encontro una nota de Dean esperandola en la encimera de la cocina.

Carino:

Estare de regreso el domingo por la noche. Mantenme la cama caliente.

Tu carinoso novio

PD: ?Por que dejaste que Jack se llevara a mi perra?

Tiro la nota a la basura. De nuevo, una persona a la que habia tomado carino, se habia largado sin avisar. Bueno ?y que? No le importaba lo mas minimo.

Era viernes. ?Donde habria ido? Un terrible presentimiento se apodero de ella. Rapidamente subio las escaleras y corrio hasta su dormitorio. Cogio el bolso, y saco la cartera. Por supuesto, los cien dolares que le habia dado la noche anterior habian desaparecido.

Su carinoso novio queria asegurarse de que ella siguiera alli cuando el estuviera de vuelta.

Annabelle Granger Champion miro a Dean desde el otro extremo de la sala de la espaciosa y moderna casa que compartia con su marido y sus dos hijos en el Lincoln Park de Chicago. Dean estaba aun tumbado en el suelo tras una pelea a vida o muerte con su hijo Trevor de tres anos que ahora echaba la siesta.

– Me estas ocultando algo -le dijo Annabelle desde el amplio sofa.

– Te oculto bastantes cosas -replico el-, y pienso seguir haciendolo.

– Soy casamentera profesional. Ya he oido eso antes.

– Vale. Entonces no necesitas oir nada mas. -Se levanto y camino hacia las ventanas que daban a la calle. Tenia un vuelo nocturno a Nashville, y no pensaba perderlo. No lo iban a echar de su propia casa, y siempre que tuviera a Blue como amortiguador, podria soportarlo.

Pero Blue era mas que un amortiguador. Era…

No sabia lo que era. No era exactamente una amiga, aunque lo comprendia mejor que las personas que lo conocian desde hacia anos, y le divertia tanto como cualquiera de ellas, quiza mas. Ademas, no queria follar con sus amigos, y, definitivamente, queria follar con ella.

Bueno. Era un autentico semental. Recordar su mortificante papel del jueves por la noche le ponia los pelos de punta. Habia estado jugueteando con ella, calentandola, pero entonces habia oido esos gemidos guturales, la habia sentido correrse, y habia perdido el control. Literalmente. Blue habia estado provocandolo desde el momento que se conocieron. Asi que Speed Racer, ?eh? La proxima vez, iba a hacer que se comiera esas palabras.

Annabelle estaba mirandolo fijamente.

– Te pasa algo -dijo ella-, y creo que tiene que ver con una mujer. Lo he sentido durante toda la tarde. Es algo mas que otra de tus relaciones sin sentido. Has estado demasiado distraido.

El arqueo una ceja.

– ?Te has convertido en vidente o algo asi?

– Las casamenteras tienen que tener algo de vidente. -Ella miro a su marido-. Heath, vete. No me contara nada si estas aqui. -Annabelle habia conocido al agente de Dean no mucho despues de heredar el negocio de casamentera de su abuela cuando Heath la habia contratado para buscarle una esposa bella y sofisticada. Annabelle no era ninguna de esas cosas. Pero sus grandes ojos, su personalidad arrolladora y aquel pelo rojizo y rizado lo habian cautivado, y tenian uno de los mejores matrimonios que Dean habia visto nunca.

Heath, al que apodaban La Piton, por su costumbre de acabar con todos sus enemigos con aquella sonrisa viperina en la boca, era un tio guapo, casi de la altura de Dean. Se habia licenciado en una de las mejores universidades del pais y tenia la mentalidad de un perro callejero.

– Boo me lo cuenta todo, Annabelle. Ya sabes que es uno de mis mejores amigos.

Dean solto un bufido.

– Tu verdadera amistad, Heathcliff, radica en cuanto dinero genero para Champion Sports Management.

– Te tiene calado, Heath -dijo Annabelle jovialmente. Y luego, dirigiendose a Dean anadio-: Entre nosotros, lo vuelves loco. Eres demasiado imprevisible.

Heath acomodo a su hija recien nacida, que acababa de dormirse, en el hueco del cuello.

– Venga, venga, Annabelle, nada de conversaciones intimas con mis clientes inseguros.

Dean adoraba a esos chicos. Bueno, adoraba a Annabelle, pero sabia que su carrera profesional no podia estar en mejores manos que las de Heath.

Annabelle era como un sabueso cuando sentia que estaba tras la pista de algo interesante.

– Estas totalmente distraido, Dean. He perdido dos kilos y ni siquiera te has dado cuenta. ?Que te pasa? ?Quien es ella?

– No me pasa nada. Si quieres fastidiar a alguien, metete con Bozo. ?Sabes que piensa pedir el quince por ciento de las ventas por ese anuncio de colonia?

– Ya le he dicho a Heath que iba a poder regalarme un coche nuevo -dijo ella-. Ahora deja de marear la perdiz. Has conocido a alguien.

– Annabelle, me fui de Chicago hace menos de dos semanas, y hasta que llegue a la granja, pase la mayor parte del tiempo en el coche. ?Como hubiera podido conocer a alguien?

– No se como, pero se que lo has hecho. -Annabelle bajo los pies descalzos al suelo-. Oh, yo deberia estar alli para supervisarlo todo. Te dejas llevar demasiado por las apariencias. No digo que seas superficial, porque no lo eres, pero te van las chicas superficiales, y luego te llevas un buen chasco cuando ninguna esta a la altura de tus expectativas. Al menos me queda el consuelo de que he conseguido varios enlaces con las mujeres que has desechado.

Dean veia hacia donde se dirigia exactamente esa conversacion, e intento

Вы читаете Nacida Para Seducir
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату