– Solo para refrescarte la memoria… -Le rozo el trasero bajo la camiseta-. Dijiste que yo no te excitaba.
Ella le mordio la clavicula,
– Y no me excitas… por lo menos no excitas a mi parte racional. Por desgracia, tambien tengo una parte de mujerzuela. Y a esa parte de mi, la vuelves loca.
El no pensaba discutirselo, sino que se propuso acceder a esa parte de mujerzuela una vez mas, pero ella rodo sobre el entre la maleza.
– No podemos quedarnos aqui fuera fornicando toda la noche.
El sonrio ampliamente. Fornicando, no cabia duda.
Blue aun llevaba puesta la camiseta, pero por lo demas estaba desnuda. Se inclino para buscar las bragas, y Dean tuvo una magnifica vista de su trasero mientras le hablaba.
– Riley es la unica persona de esa casa que no sabe lo que hemos estado haciendo.
Blue encontro las bragas, se incorporo para ponerselas y tuvo el descaro de sonreirle con desden.
–
Era la mujer mas pirada que habia conocido nunca. Cogio los pantalones cortos de Blue antes que ella.
– ?Y que consigo yo a cambio de la humillacion de ser utilizado?
La sonrisa desdenosa reaparecio.
– Me consigues a mi. El objeto de tus deseos.
El fingio considerar la idea.
– Anade mas cenas como la de hoy, y cerramos el trato. -Metio un dedo bajo el borde de las bragas-. En todos los sentidos.
Jack se sento en una silla de la cocina de la casita de invitados y comenzo a afinar su vieja Martin. Habia compuesto «Nacido en pecado» con ella, y en ese momento deseaba no haber sido tan impulsivo como para regalarla. Esos sonidos y rasgueos representaban los ultimos veinticinco anos de su vida. Pero saber que Marli no habia dejado que Riley se acercara a sus guitarras lo habia sacado de qui cio. Deberia haberse dado cuenta de cosas asi, pero se habia mantenido deliberadamente al margen.
Riley cogio otra silla, sentandose tan cerca que sus rodillas casi se tocaban. Con los ojos llenos de admiracion miro el desafinado instrumento.
– ?Es mia de verdad?
El pesar se evaporo.
– Es tuya.
– Es el mejor regalo que me hayan hecho nunca.
La expresion sonadora de la cara de Riley le puso un nudo en la garganta.
– Deberias haberme dicho que querias una guitarra. Te habria enviado una.
Ella mascullo algo que el no pudo entender.
– ?Que?
– Te lo dije -dijo ella-. Pero estabas de gira y no me hiciste ni caso.
El no recordaba que hubiera mencionado nunca una guitarra, pero rara vez prestaba atencion a esas tensas conversaciones telefonicas. Aunque enviaba a Riley regalos con frecuencia - ordenadores, juegos, libros, CD's-, jamas habia escogido personalmente ninguno de ellos.
– Lo siento, Riley. Supongo que se me paso.
– No importa.
Riley tenia la costumbre de decir que no importaba cuando en realidad si lo hacia, algo en lo que no se habia fijado hasta ahora. Esa era una de las muchas cosas que habia pasado por alto. Con pagar las facturas y asegurarse de que asistia a una buena escuela, habia creido que cumplia con su parte. No habia querido ver mas alla porque involucrarse mas a fondo habria interferido en su vida.
– Se algo mas que los acordes basicos -dijo ella-. Pero el acorde de Fa es muy dificil de tocar. -Observo con fijeza como Jack afinaba la guitarra, memorizando todo lo que el hacia-. Busque en Internet, y, durante un tiempo, Trinity me dejo practicar con su guitarra. Pero luego me hizo devolversela.
– ?Trinity tiene guitarra?
– Una Larrivee. Solo fue a cinco clases antes de dejarlo. Piensa que tocar la guitarra es aburrido. Pero te apuesto lo que quieras a que la tia Gayle la obliga a ir de nuevo. Ahora que mama ha muerto, tia Gayle necesitara una nueva pareja, y le dijo a Trinity que podian ser algun dia como las Judd, solo que mas guapas.
Jack habia visto a Trinity en el entierro de Marli. Incluso cuando era bebe, habia sido irresistible, un querubin de mejillas sonrosadas con tirabuzones rubios y grandes ojos azules. Por lo que el recordaba, rara vez lloraba, dormia cuando debia y mantenia la leche en el estomago en lugar de expulsarla como un proyectil como hacia Riley. Cuando Riley tenia un mes, Jack habia salido de gira, feliz de tener una excusa para alejarse de un bebe con cara de luna que no paraba de llorar y un matrimonio que era un craso error. Durante anos llego a pensar que el habria sido mejor padre si hubiera tenido una nina tan encantadora como Trinity, pero los ultimos diez dias le habian abierto los ojos.
– Un detalle por su parte dejarte su guitarra -dijo el-, pero apuesto cualquier cosa que fue a cambio de algo.
– Hicimos un trato.
– Me gustaria oirlo.
– Mejor no.
– Cuentamelo, Riley.
– ?Tengo que hacerlo?
– Depende de si quieres que te ensene una manera mas facil de tocar el acorde de Fa.
Ella clavo los ojos en el traste de la guitarra donde Jack tenia los dedos.
– Le dije a tia Gayle que Trinity estaba conmigo cuando estaba con su novio. Y tuve que comprarles tabaco.
– ?Si tiene once anos!
– Pero su novio tiene catorce y Trinity es muy adulta para su edad.
– Ah, ya veo, muy adulta. Gayle deberia vigilar a esa nina, se lo dire en cuanto tenga ocasion.
– No puedes hacer eso. Si lo haces, Trinity me odiara todavia mas.
– Genial. Asi se mantendra apartada de ti. -Como aun no habia resuelto los detalles, se contuvo de decirle a Riley que no veria demasiado a la princesita Trinity. Habia decidido que no iba a dejar a Riley bajo el dudoso cuidado de Gayle. A Riley no le gustaria ir a un internado, pero planificaria las fechas de sus conciertos para pasar las vacaciones con ella, asi no se sentiria abandonada.
– ?Como conseguiste los cigarrillos? -le pregunto.
– Por un tio que trabajaba en casa. El me los compro.
Riley, por lo que el habia observado, habia convertido el soborno en una tecnica de supervivencia. Se sentia avergonzado.
– ?Alguien ha estado pendiente de ti en algun momento?
– Se cuidarme sola.
– No deberias tener que hacerlo. -El no podia creer que Marli y el le hubieran negado algo tan basico como una guitarra-. ?Le dijiste a tu madre que querias aprender a tocar la guitarra?
– Lo intente.
De la misma manera que habia intentado decirselo a el. Pero, ?como podia
