regazo.

– Perdon, Tio Ari -sollozo, sus ojos llenandose de lagimas instantaneas… uno de sus mejores trucos-. ?Ha sido un accidente, realmente lo ha sido!

Las lagrimas salieron sobre sus pestanas inferiores y chorrearon un poco por sus mejillas mientras se concentraba para no estremecerse ante la mirada de esas envolventes gafas de sol negras.

– Te quiero, Tio Ari -suspiro, girando la cabeza hacia arriba para dejar ver su lastimosa expresion, una expresion que habia copiado de una vieja pelicula de Shirley Temple-.Te quiero, y desearia que fueras mi papa.

Onassis rio entre dientes y dijo que esperaba no tener que enfrentarse nunca a ella en una mesa de negociaciones.

Despues Francesca se marcho, volvio a su camarote, pasando por el espacio de ninos donde tomaba sus lecciones durante el dia en una mesa amarilla brillante posicionada directamente delante de un fresco parisiense pintado por Ludwig Bemelmans.

El fresco la hizo sentirse mejor como si hubiera dado un paso en uno de sus libros de Madeline… menos mejor vestida, por supuesto.

El cuarto se habia disenado para dos hijos de Onassis, pero desde que estaba a bordo, Francesca lo habia tenido para ella sola. Aunque era un lugar bonito, preferia realmente el bar, donde una vez al dia le permitian sentarse en la barra a tomar una gaseosa de jengibre servido en copas de champan junto con una sombrillita de papel y una cereza de marrasquino.

Siempre que se sentaba en la barra, bebia su gaseosa en pequenos sorbitos para hacerla durar mientras observaba embelesada la maqueta a escala con luz de un mar repleto de barcos que se podian mover por medio de unos imanes.

Los reposapies de los taburetes del bar eran de dientes de ballena pulidos, que ella solo podia rozar con los dedos de los pies de sus diminutas sandalias italianas hechas a mano, y la tapiceria de los asientos se sentia sedosa y suave en la parte de atras de sus muslos.

Ella se acordaba de una vez que su madre habia chillado de risa cuando Tio Ari les habia dicho a todos que se sentaban encima del prepucio de un pene de ballena. Francesca se habia reido, tambien, y habia llamado tonto a Tio Ari… porque no habia dicho que eran cacahuetes de elefante?

El Christina tenia nueve compartimentos, cada uno con su propio espacio elaboradamente decorado y areas de dormitorio asi como un bano rosa de marmol que Chloe catalogo 'en la frontera entre lo opulento y lo hortera'.

Los compartimentos llevaban los nombres de islas griegas, que estaba escrito en un opulento medallon de pan de oro aherido a las puertas. El Senor Winston Churchill y su esposa Clementine, frecuentes huespedes del Christina, ya se habia retirado por la noche en su camarote, Corfu. Francesca paso por el, y fue en busca de su isla particular… Lesbos.

Chloe se habia reido cuando las habian asignado en Lesbos, diciendole a Francesca que varios hombres de la docena que habia no creian demasiado apropiada la eleccion. Cuando Francesca habia preguntado por que, Chloe le habia dicho que ella era demasiado joven para entenderlo.

Francesca odiaba cuando Chloe la contestaba de esa manera, asi que habia escondido la cajita de plastico azul que contenia el Diu de su madre, su objeto mas precioso le habia dicho su madre una vez, aunque Francesca no podia entender realmente por que.

No lo habia devuelto,… no hasta que Giancarlo Morandi la habia sacado de sus lecciones cuando Chloe no miraba y la amenazo con tirarla por la borda y permitir que los tiburones se comieran sus ojos a no ser que le dijera donde lo habia puesto. Desde entonces Francesca odiaba a Giancarlo Morandi y trataba de permanecer muy lejos de el.

En el momento en que llego a Lesbos, Francesca oyo la puerta de Rodas que se abria. Levanto la mirada y vio a Evan Varian caminando por el pasillo, y sonrio en su direccion, permitiendo verle sus dientes bonitos y rectos y el par identico de hoyuelos de las mejillas.

– Hola, princesa -dijo, hablando en el tono grave que utilizaba cuando hacia de oficial de contraespionaje, el picaro John Bullett en la pelicula estrenada recientemente y fenomenalmente exitosa de espia de Bullett, o apareciendo como Hamlet en el Old Vic.

A pesar de su aspecto de hijo de una maestra irlandesa y un albanil gales, Varian tenia las caracteristicas finas de un aristocrata ingles y el corte de pelo casualmente largo de un dandy de Oxford.

Llevaba una camisa polo color lavanda con una chalina de cachemira y pantalones blancos. Pero lo mas importante para Francesca, llevaba una pipa… una maravillosa pipa de padre de madera jaspeada.

– No estas levantada muy tarde? -pregunto.

– Me acuesto tan tarde todos los dias -contesto ella, con un pequeno movimiento de cabello y toda la presuncion que pudo congregar-. Solo los bebes se acuestan temprano.

– Ah, ya veo. Y tu definitivamente no eres un bebe. ?Sales furtivamente a encontrarte con tu admirador secreto, tal vez?

– No, tonto. Mi mama me desperto para que subiera a hacer el numero del caviar.

– Ah, si, el numero del caviar -El aplasto el tabaco en el tazon de su pipa con el pulgar-. ?Te tapo los ojos para hacer la prueba del sabor esta vez o fue una identificacion sencilla con la vista?

– Simplemente con la vista. No me tapa los ojos con un panuelo ya, porque la ultima vez monte un pequeno escandalo -ella vio que el se preparaba para marcharse, y actuo rapidamente-. ?No crees que mi mama estaba terriblemente hermosa esta noche?

– Tu mama siempre esta hermosa -cogio un punado de tabaco y lo metio en la pipa.

– Cecil Beaton dice que ella es una de las mujeres mas hermosas de Europa. Su figura es casi perfecta, y por supuesto es una anfitriona maravillosa -Francesca estaba buscando algo en su mente que lo impresionara-. ?Sabes que mi madre hizo el curry sin haber leido nada ni saber como hacerlo?

– Un golpe legendario, princesa, pero antes de que sigas enumerandome las virtudes de tu mama, no olvides que nosotros nos despreciamos el uno al otro.

– Bah, ella le querra si yo se lo digo. Mi mama no me niega nada.

– Estoy advertido -observo el secamente-. Sin embargo, incluso aunque lograras cambiar la opinion de tu madre, que pienso es muy poco probable, no cambiarias la mia, asi que me temo que tendras que lanzar las redes para pescar un padre en otra parte. Y tengo que anadir que solo de pensar que me pongo los grilletes para soportar los ataques neuroticos de Chloe me estremezco.

Nada estaba saliendo como Francesca queria esa noche, y hablo malhumoradamente.

– ?Pero tengo miedo que ella se case con Giancarlo, y si lo hace, todo sera un desastre! El es una mierda terrible, y yo lo odio.

– Dios, Francesca, utilizas un vocabulario espantoso para una nina. Chloe te deberia zurrar.

Las nubes de la tempestad llegaron a sus ojos.

– ?Pero que bestialidad acabas de decir! ?Pienso que tu eres una mierda, tambien!

Varian tiro de las perneras de sus pantalones para no arrugarlos cuando se arrodillo al lado de ella.

– Francesca, mi querubin, tienes que sentirte contenta de que yo no sea tu padre, porque si lo fuera, te encerraria en un armario oscuro y no te sacaria hasta que estuvieras momificada.

Unas lagrimas genuinas salieron de los ojos de Francesca.

– Yo te odio -lloraba cuando le dio una patada en la espinilla. Varian se levanto con un grunido.

La puerta de Corfu se abrio de repente.

– ?Es demasiado pedir que a un hombre viejo le permitan dormir en paz! -el grunido del Senor Winston Churchill lleno el corredor-. ?Podria realizar usted sus negocios en otra parte, Sr. Varian? ?Y usted, senorita, vayase a la cama inmediatamente o nuestro juego de naipes esta anulado para manana!

Francesca correteo hacia Lesbos sin una palabra de protesta. Si no podia tener un papa, por lo menos podia tener un abuelo.

* * *

Cuando los anos pasaron, los enredos romanticos de Chloe seguian tan complejos que aun Francesca acepto el hecho de que su madre nunca se decidiria por un hombre para sentar cabeza.

Вы читаете Pantalones De Lujo
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×