– Bien, chicos -dijo Ren-, estoy preparado para una noche de marcha. Isabel, ?por que no vienes a la villa despues de ducharte? A menos que estes muy cansada.

Aborrecia que alguien por encima de los veintiun anos utilizase la palabra «marcha» en lugar de «fiesta». Es mas, aborrecia el modo en que el la estaba haciendo sentir fuera de lugar.

– No estoy cansada en absoluto. De hecho, no puedo esperar mas. Venga, marcha a tope.

Ren miro hacia otro lado.

Cuando llego a casa, Isabel se dio un bano. Luego se tumbo para echar una rapida cabezadita, pero cayo profundamente dormida. Cuando se desperto, eran mas de las nueve. Se sacudio la modorra y empezo a vestirse. Dado que no podia competir con las mujeres del departamento de tias buenas, ni siquiera lo intento. En lugar de eso, se puso un sencillo vestido negro, se cepillo el pelo con esmero, se puso el brazalete, cogio el chal y salio hacia la villa.

Se sentia una invitada, asi que llamo a la puerta en lugar de entrar como lo hacia siempre. La musica salio a su encuentro cuando Anna abrio la puerta.

– Me alegro de que haya venido, Isabel -dijo, y su rostro evidenciaba desagrado-. Esas personas… -Hizo un gesto de fastidio.

Isabel sonrio comprensivamente y siguio el rastro de la musica hacia la parte trasera de la casa. Cuando llego al arco que daba paso al salon del fondo, se detuvo.

El agente de Ren yacia de bruces sobre la alfombra con Pamela a horcajadas sobre su espalda, con el vestido por encima de los muslos mientras le daba un masaje. Las luces estaban bajas, y la musica atronaba. Habia comida abandonada por todas partes, y un sujetador negro colgaba del busto de Venus. Junto a el, el adonis Tad se lo estaba montando con la chica de la tienda de cosmeticos del pueblo. Ben, el otro adonis, tenia una varita en la mano que hacia servir de microfono para cantar borracho al ritmo de la musica.

Ren bailaba con Savannah y no parecio percatarse de la llegada de Isabel, quiza porque los pechos de la pelirroja estaban aplastados contra su propio pecho y ella le rodeaba el cuello con los brazos. Un vaso de cristal con algo de aspecto letal se balanceaba entre los dedos de Ren, pues la mano estaba apoyada en la cintura de Savannah. La otra mano se deslizaba por la redondeada cadera de la chica.

Asi que…

– ?Hola! -Pamela la saludo desde su posicion sobre la espalda de Larry Green-. Larry adora los trios. ?Te animas a masajearle los pies?

– Creo que no, gracias.

Ren se volvio languidamente al oir su voz, y Savannah se movio con el. Tenia un elegante aspecto de depravacion con sus pantalones negros a medida y su camisa de seda blanca abierta mas de lo necesario. Se tomo su tiempo para apartarse de Savannah.

– Hay comida en la mesa si tienes hambre -le indico.

– Gracias.

Un mechon de pelo le cayo sobre la frente mientras volvia a llenarse la copa con una botella de licor que habia sobre una bandeja de plata. Bebio un sorbo y despues encendio un cigarrillo. El humo envolvio su cabeza como un halo sin brillo.

– Crei que no vendrias.

Isabel se quito el chal y lo dejo sobre el respaldo de una silla.

– ?Y perderme una noche de marcha? Ni hablar. Solo dime si aun queda alguna botella para mi.

El la repaso con la mirada, con el humo saliendole por la nariz. Savannah, la de expresion altiva y piernas inacabables, estudio el sencillo vestido de Isabel con frio asombro. Pamela rio y se aparto de la espalda de Larry Green.

– Isabel, eres muy divertida. Cuando estabas en la universidad ?practicaste alguna vez aquel juego que consistia en dar un trago cada vez que Sting cantaba Roxanne?

– Creo que eso me lo perdi.

– Probablemente estabas estudiando mientras yo pasaba el rato en el bar. Queria ser veterinaria porque adoraba los animales, pero las clases eran muy duras y acabe dejandolo.

– ?Las mates son un rollo! -exclamo la Reina de las Zorras.

– Yo no podia con la quimica organica -explico Pamela. El adonis Ben dejo su varita-microfono y se puso a tocar una guitarra de aire.

– Ven aqui y hazme el amor, Pammy. Soy un animal.

Pamela rio entre dientes.

– Cuida de Larry, Isabel. ?Lo haras?

Savannah se enrosco en Ren como si de una serpiente piton se tratase.

– Bailemos, carino.

El se coloco el cigarrillo en la comisura de los labios y se encogio de hombros mirando a Isabel. Apoyo las manos en la zona lumbar de Savannah y empezo a frotarla muy despacio.

Larry alzo la vista para mirar a Isabel desde el suelo.

– Te dare cien pavos si acabas lo que Pam ha dejado a medias.

– Primero tendriamos que ver si somos compatibles.

Ren resoplo.

Larry gruno y se incorporo.

– Tengo jet-lag. Ellos durmieron en el avion pero yo no. -Le tendio la mano-. Soy Larry Green, el agente de Ren. Estaba hablando por telefono cuando nos presentaron. No he leido ninguno de tus libros, pero Pam me ha puesto al tanto de tu carrera. ?Quien te lleva?

– Hasta hace poco, Ren.

Larry rio, y ella comprobo que tenia una mirada perspicaz pero no carente de amabilidad. El ritmo de la musica se enlentecio y Ren deslizo la mano unos centimetros por debajo de la cadera de Savannah.

Larry senalo con la cabeza hacia la mesa de los licores.

– ?Una copa?

– Vino estaria bien. -Se sento en el sofa. Habia comido por ultima vez hacia ocho horas, pero habia perdido el apetito.

Ahora sonaba a una balada romantica, y Savannah no dejaba de restregarse contra todos los rincones del cuerpo de Ren. Larry le tendio la copa a Isabel y se sento a su lado.

– He oido que tu carrera se ha ido al traste.

– Por completo.

– ?Que piensas hacer al respecto?

– Esa es la pregunta del millon.

– Si fueses mi cliente, te diria que te reinventases. Es la manera mas rapida de recuperar la energia. Crea un nuevo personaje.

– Buen consejo, pero por desgracia me temo que soy persona de un unico personaje.

El sonrio, y empezaron a hablar de sus respectivas carreras al tiempo que ella intentaba no mirar a Ren y Savannah. Le pregunto a Larry por su trabajo como agente, y el le pregunto sobre el circuito de conferencias. Ren dejo de bailar para ensenarle a Savannah algunas de las antiguedades de la estancia, incluida la pistola que habia atemorizado a Isabel durante su primera visita. Para su alivio, Ren se aparto de ella y se acerco a Larry para preguntarle:

– ?No has traido algo de hierba? -Su voz sono pastosa.

– No. Tengo un miedo irracional a las prisiones extranjeras. ?Y desde cuando tu…?

– La proxima vez trae algo de jodida hierba. -Volvio a llenar su vaso, sin advertir que derramaba la mitad en la bandeja. Bebio un trago, fue en busca de Savannah y coloco las manos en sus caderas. Empezaron una nueva y lenta danza sexual. Isabel se dijo que era bueno que no hubiese comido, porque podria haber vomitado.

– ?Quieres bailar? -pregunto Larry, en gran medida porque sentia pena por ella, le parecio a Isabel, mas que por tener ganas de moverse del sofa. Nego con la cabeza.

Ren acaricio con una mano el trasero de Savannah. Ella, por su parte, ladeo la cabeza y entreabrio los labios. Esa era la insinuacion que Ren necesitaba, y la correspondio.

Ya era suficiente. Isabel se puso en pie y cogio su chal. Entonces hablo lo bastante alto para que se la oyese por encima de la musica.

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