—Ya puedes quitarte de la cabeza eso… todo eso que te conto tu madre —estaba diciendo Colin con aspereza—. No tienes ninguna anormalidad fisica o mental, ?no? Bueno, pues entonces… deja de preocuparte y no le des mas vueltas. Igualmente, tu orientador te ayudara con todo eso…)

Tessa sofoco los sollozos con el panuelo empapado y penso en lo poco que habia hecho por Krystal, muerta en el suelo del cuarto de bano… Habria supuesto un alivio que san Miguel bajara de su reluciente vitral y los juzgara a todos, decretando con exactitud que parte de culpa le correspondia a ella, por las muertes, por las vidas truncadas, por aquel cataclismo… Al otro lado del pasillo, un revoltoso nino de los Tully se bajo de un brinco del banco, y una mujer tatuada tendio un firme brazo para agarrarlo y volverlo a sentar. Los sollozos de Tessa se vieron interrumpidos por un leve jadeo de sorpresa: estaba segura de haber reconocido su propio reloj perdido en aquella gruesa muneca.

Sukhvinder, que oia los sollozos de Tessa, sintio lastima por ella, pero no se atrevio a volverse. Parminder estaba furiosa con Tessa. Su hija no habia podido explicar las cicatrices en sus brazos sin mencionar a Fats Wall. Le habia rogado a su madre que no llamara a los Wall, pero entonces habia sido Tessa quien habia telefoneado a Parminder para decirle que Fats asumia toda la responsabilidad por los mensajes del Fantasma de Barry Fairbrother en la pagina web del concejo, y Parminder le habia contestado con tal virulencia que desde entonces no se hablaban.

A Sukhvinder le habia parecido extrano que Fats hiciese algo asi, que asumiera la culpabilidad de su mensaje; penso que se trataba de una manera de disculparse. Fats siempre habia parecido capaz de leerle el pensamiento… ?Sabia acaso que ella habia atacado a su propia madre? Se pregunto si podria confesarle la verdad a ese nuevo orientador en quien sus padres parecian depositar tanta confianza, y si podria contarselo alguna vez a la nueva y contrita Parminder…

Sukhvinder intentaba seguir el oficio religioso, pero no le estaba siendo de mucha ayuda. Se alegraba del remo y el osito de crisantemos que habia hecho la madre de Lauren; se alegraba de que Gaia y Andy hubiesen asistido al funeral, asi como las chicas del equipo de remo, pero habria querido que las gemelas Fairbrother no se hubiesen negado a ir.

(—Es que le dariamos un disgusto a mama —le dijo Siobhan—. Ella cree que papa le dedicaba demasiado tiempo a Krystal, ?sabes?

—Ah —repuso Sukhvinder, desconcertada.

—Ademas —anadio Niamh—, a mama no le gusta la idea de tener que ver la tumba de Krystal cada vez que visite la de papa, porque es muy probable que la pongan muy cerca.

A Sukhvinder, esas objeciones le sonaron triviales y mezquinas, pero le parecio un sacrilegio aplicar terminos como esos a la senora Fairbrother. Las gemelas se alejaron, absortas la una en la otra como estaban siempre ultimamente; a Sukhvinder la trataban con frialdad por haber trabado amistad con la forastera, Gaia Bawden.)

Sukhvinder seguia esperando que alguien se levantara y hablara de la verdadera Krystal y de sus logros en la vida, como habia hecho el tio de Niamh y Siobhan en el funeral del senor Fairbrother, pero el parroco, aparte de breves referencias a «unas vidas tragicamente cortas» y «una familia con profundas raices en Pagford», parecia decidido a saltarse los hechos.

Y asi, se puso a pensar en el dia en que el equipo habia competido en las finales regionales. El senor Fairbrother las habia llevado en el minibus a remar contra las chicas del St. Anne. El canal atravesaba los jardines privados del colegio, y estaba previsto que se cambiaran en el gimnasio del St. Anne y la regata partiera de alli.

—Es muy antideportivo, por supuesto —les habia dicho Fairbrother por el camino—. Supone una ventaja para el equipo de casa. Intente que lo cambiaran, pero se negaron. No os dejeis intimidar y ya esta, ?de acuerdo?

—Pues yo no tengo miedo, jo…

—Krys…

—Que no tengo miedo.

Pero, cuando entraron en el recinto del colegio, Sukhvinder si sintio miedo. Amplias extensiones de cesped impecable y un gran edificio simetrico de piedra dorada, con agujas y un centenar de ventanas: no habia visto nada igual en toda su vida, excepto en postales.

—?Es como el palacio de Buckingham! —chillo Lauren desde el asiento de atras, y la boca de Krystal formo una «o» perfecta; a veces mostraba la naturalidad de un nino.

Los padres de todas, y la bisabuela de Krystal, las esperaban en la linea de meta, donde fuera que estuviese. Sukhvinder tuvo la certeza de que no era la unica que se sentia pequena, asustada e inferior cuando se acercaban a la entrada del precioso edificio.

Una mujer con toga salio a recibir a Fairbrother, que llevaba su chandal.

—?Deben de ser Winterdown!

—Pues claro que no lo somos —solto Krystal en voz alta—, ?le parecemos un puto edificio o que?

Todos supieron que la profesora del St. Anne lo habia oido, y Fairbrother se volvio para mirar a Krystal con el cejo fruncido, pero advirtieron que en realidad le habia parecido divertido. El equipo entero empezo a reir por lo bajo, y aun soltaban bufidos y se burlaban cuando Fairbrother las dejo en la entrada de los vestuarios.

—?Haced estiramientos! —les recordo cuando se alejaban.

El equipo del St. Anne estaba dentro con su entrenadora. Los dos grupos se observaron por encima de los bancos. Sukhvinder se quedo impresionada por el pelo de sus rivales. Todas tenian melenas naturales y relucientes: podrian haber protagonizado anuncios de champu. En su equipo, Siobhan y Niamh llevaban cortes a lo paje, y Lauren a lo chico; Krystal siempre se recogia el pelo en una coleta alta, y la propia Sukhvinder lo tenia aspero, grueso y rebelde como crin de caballo.

Le parecio que dos chicas del St. Anne intercambiaban susurros y sonrisitas burlonas, y la confirmacion de que asi era le llego cuando Krystal se irguio de pronto en toda su estatura, las miro furibunda y solto:

—Supongo que vuestra mierda huele a rosas, ?no?

—Perdona, ?que has dicho? —quiso saber la entrenadora.

—Solo era una pregunta —repuso Krystal con tono suave, y se volvio para quitarse los pantalones de chandal.

No habian podido aguantarse la risa, y mientras se cambiaban se oyeron bufidos y carcajadas. Krystal se alejo un poco haciendo el payaso, y cuando la fila de chicas del St. Anne paso por delante de ella, les enseno el culo.

—Encantador —comento la ultima en salir.

—?Gracias! —exclamo Krystal—. Despues te dejo echar otro vistazo, si quieres. ?Ya se que sois todas tortilleras, encerradas aqui dentro sin un solo tio!

Holly se reia tanto que se doblo por la cintura y se dio un cabezazo contra la puerta de la taquilla.

—Joder, ten cuidado, Hol —dijo Krystal, encantada con el efecto que estaba causando en todas—. Vas a necesitar la cabeza.

Cuando desfilaban hacia el canal, Sukhvinder comprendio por que el senor Fairbrother habia querido cambiar el sitio donde se celebraba la regata. Ellas solo lo tenian a el para animarlas en la salida, mientras que el equipo del St. Anne contaba con montones de amigas que chillaban y aplaudian y saltaban, todas con las mismas melenas largas y brillantes.

—?Mirad! —exclamo Krystal senalandolas al pasar—. ?Es Lexie Mollison! Eh, Lex, ?te acuerdas de cuando te hice saltar los dientes?

Sukhvinder se rio tanto que le dolio el estomago. Se sentia contenta y orgullosa de ir con Krystal, y noto que las demas pensaban lo mismo. La forma que Krystal tenia de enfrentarse al mundo las protegia a todas de las miradas, las banderitas que ondeaban y el edificio como un palacio que habia al fondo.

Pero cuando subieron a la embarcacion, Sukhvinder advirtio que incluso Krystal acusaba la presion. Esta se volvio hacia ella, que siempre remaba detras, para ensenarle algo que tenia en la mano.

—Mi amuleto de la suerte —dijo.

Era un llavero con un corazon de plastico rojo, y dentro habia una fotografia de su hermanito.

—Le he dicho que le llevaria una medalla —anadio Krystal.

—Si —respondio Sukhvinder con una oleada de confianza y temor—. Se la llevaremos.

—Aja —repuso Krystal mirando al frente de nuevo, y volvio a meterse el llavero en el sujetador. Y, en voz

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