La manana del sabado amanecio soleada. Faith se sentia descansada y lista para trabajar. Penso que, si habia dormido tan bien, era porque ese fin de semana no tendria que trabajar con el doctor Universo. El habia salido de su vida y ella ya no tenia preocupaciones.
Pero, entonces, llamo Guy diciendo que estaba enfermo. Y la recepcionista. Y Cat tambien.
Los tres estaban con gripe, posiblemente, lo mismo que habia tenido ella a principios de la semana. Faith hablo con cada uno de ellos por telefono, y les aseguro que se las arreglaria bien. Les recordo que bebieran te de echinacea y descansaran mucho.
Despues, colgo el telefono y miro a Shelby.
– Tenemos un problema.
– Quiza deberia empezar a cancelar las citas de los clientes.
Lo que les faltaba, justo en el momento en que comenzaban a ganar clientela…
Se abrio la puerta trasera y, como si lo hubieran enviado del cielo, entro Luke.
– Buenos dias -dijo el. Al ver que seguian mirandolo, levanto la taza de cafe humeante que llevaba en la mano y dijo- Se que no es te de hierbas, y que lo he comprado en la tienda, pero el chico tiene sus vicios.
– ?Has venido a trabajar? -pregunto Shelby-. Porque, si asi es, te besare ahora mismo.
– He venido a trabajar, si, si no te importa. No hace falta que me beses.
– ?Si nos importa? -rio ella-. ?Nos importa, Faith?
Ella permanecio en silencio.
– De acuerdo, no va a admitirlo porque es una cabezota -confeso Shelby-. Pero te dire una cosa, andamos cortos de personal y tenemos muchos pacientes.
– ?De veras? -dijo Luke sin apartar la vista de Faith.
– Si, y otra cosa que no te dira es que, si no llegas a aparecer, habriamos tenido que cancelar algunas citas.
– ?Vaya!
– Vaya -convino Shelby, y miro a Faith-. Mira que hora es. Sera mejor que nos pongamos en marcha.
Faith observo marchar a Shelby y miro a Luke.
– De acuerdo, ?a que has venido?
– Lo ultimo que se es que soy un medico dispuesto a trabajar.
– Si, pero ya no tienes que trabajar aqui, ?lo recuerdas?
– Lo recuerdo -dijo el-. Pero tambien recuerdo que tengo que pagar mis deudas.
– No tienes ninguna deuda conmigo.
– Si, la tengo -suspiro-. Mira, aunque los periodicos exageraran lo que dije, hable sin saber cuando me referi a este sitio. Y si crees que eso es facil de admitir, te equivocas. Todavia creo en la medicina convencional, en que lo que yo hago, y lo que se hace en el hospital, no puede reemplazarse por metodos de medicina alternativos. Pero puedo admitir que…
– ?Si?
– Que lo que haces aqui tiene su funcion. Que es importante para los pacientes que tu tratas. Y que te cause grandes perjuicios al restarle importancia. La gente nos escucha, me escuchan. Asi que en vista de eso, quiero seguir trabajando aqui durante los dos meses que faltan. O lo que sea.
– Dos meses y una semana.
– Dos meses y una semana -repitio el-. Durante ese tiempo, la gente podra ver que creo en lo que haces.
– ?Aunque no creas en ello?
– ?Por que no te alegras de verme?
– A lo mejor si me alegro -susurro ella, y tuvo la satisfaccion de dejarlo sin habla.
Trabajar con Luke, no era como antes. Antes no hablaban entre ellos. Ni se tocaban. Ni se besaban.
Pero sin embargo, ese dia, cada vez que se cruzaban en el pasillo, o se rozaban de manera accidental, todo era diferente.
Cada vez habia mas tension entre ellos y, a medida que pasaba el dia, empeoro. Al ir a atender a una mujer con artritis severa, sus hombros se rozaron en la puerta. Faith se quedo sin respiracion, tanto asi, que no recordaba como debia tratar a la paciente.
Despues, al salir de la consulta de una mujer embarazada, sus manos se rozaron…
Faith sintio que se le tensaban las piernas. Y los pezones.
?El se habria percatado?
Era dificil decirlo, pero ella habria jurado que Luke respiraba de otra manera cada vez que la pillaba mirandolo.
Probablemente, solo fuera que se arrepentia por haber regresado. Tenia que ser eso. Faith decidio que se mantendria lo mas alejada posible de el.
Entro en el almacen para tratar de organizarlo un poco.
Pero se encontro con que Luke tambien estaba alli. El le retiro las toallas limpias que llevaba en la mano y, despues, con la boca tensa, la sujeto por los hombros y la acorralo contra la pared.
– ?Que estas haciendo?
– Lo que deberia haber hecho hace mucho -dijo el, y la beso en la boca.
Capitulo 6
Durante todo el dia, un intenso calor se habia forjado entre ellos. Tanto que, al sentir la boca de Luke sobre la suya despues de haber sonado con ello, Faith se desato y no le importo que estuvieran en una habitacion con la puerta abierta mientras se acariciaban de manera apasionada. De pronto, Luke se retiro y la miro:
– ?Que diablos esta pasando?
– No tengo ni idea…
Se acerco de nuevo a Faith. Ella se lo permitio. Lo deseaba.
– Mas.
– Si -Luke la agarro por la cadera, la empujo contra una estanteria y acerco su cuerpo al de ella-. Mas.
De nuevo, cuando necesitaron aire, se separaron para respirar y volvieron a juntarse. Una pila de batas de papel cayo sobre ellos, despues otros repuestos, pero nada les importaba. Aquello era delicioso y Faith necesitaba mas, mucho mas. Movio a Luke de forma que el quedara contra la estanteria y asi poder presionar su cuerpo contra el de el. Le acaricio el pecho, el cuello… el cabello.
Cayeron mas materiales. A ella no le importaba. Habria trepado por su cuerpo si hubiera podido y, a juzgar por el ruido que hacia Luke, el habria hecho lo mismo.
Faith levanto una pierna y trato de rodear a Luke por la cintura. El la agarro y la volteo para que quedara apoyada en la pared.
– Si -le sujeto el muslo y la sostuvo contra su miembro erecto.
Faith echo la cabeza hacia atras y golpeo la pared.
El le devoro el cuello, con mordiscos calientes y humedos que la hicieron gemir de placer. Ninguno hablo. Las palabras no eran necesarias.
Obedeciendo al mas puro deseo, ella se dejo llevar y disfruto del beso salvaje que compartian. Le entrego todo lo que tenia y metio las manos bajo su camisa para acariciarle la piel suave de su espalda musculosa.
Luke abrio la bata de laboratorio que ella llevaba y, tras meter la mano bajo la blusa, le acaricio el vientre y la curva inferior de los senos.
Faith sintio que se le endurecian los pezones y que le ardia la entrepierna. Se arqueo contra su cuerpo, y al sentir las caricias de su lengua en el interior de la boca, gimio de placer.
Despacio, el continuo besandola, esparciendo el calor entre su vientre, los pechos y la entrepierna.
Pero, entonces, se retiro una pizca y la miro como si no la hubiera visto nunca. Ella se sentia de la misma manera.
– No… no se de donde ha salido todo esto.
