– Soy un hombre -contesto Ben tan descorazonado que Rachel no pudo menos de echarse a reir-. Necesito que me lo deletrees.

– Bueno, podriamos empezar por Asada.

A Ben le basto oir aquel nombre para sentir en la boca el sabor de la culpa.

– Que esta muerto.

– No en mis suenos…

– Rach…

– No, lo siento -Rachel echo la cabeza hacia atras y miro hacia el techo-. Tambien es Emily. Ya no me necesita y yo… acabo de darme cuenta de que mis demostraciones de fuerza con ella son solo una farsa.

– Eres una madre increible.

– Gracias, es solo que…

– ?Solo que, Rach?

– Que manana no estaras aqui -sonrio con tristeza-. Y esta vez puedo admitir que voy a echarte de menos.

Ben alargo la mano hacia ella y tomo el lapiz que tenia entre los dedos.

– Yo tambien voy a echarte de menos. Y mucho. Pero estaremos en contacto, y el cielo sabe que estare en todo momento dentro de ti -le hizo levantarse para abrazarla-. Ninguno de nosotros puede tener lo que realmente quiere -le susurro al oido-, ?pero no seria maravilloso poder disfrutar de otra noche juntos?

– Ben…, ?que estas haciendo? -le pregunto cuando abrio la boca para lamerle el lobulo de la oreja.

– Intentar estar contigo en el unico lugar en el que ambos podemos ser felices.

– ?Te refieres al sexo?

– Si eso es lo unico que podemos tener, ?que tiene de malo?

– Acabas de hablar como un autentico macho -replico Rachel entre risas.

Inclino ligeramente el rostro y cuando el rozo su boca, abrio los labios y deslizo lentamente la lengua en el interior de su boca.

– Mel esta aqui -le advirtio-, se ha ido de compras.

– Esta muy bien irse de compras.

– Pero eso no cambiara nada -succiono ligeramente el cuello de Ben, haciendo que le temblaran las rodillas-, nada en absoluto.

– No -se mostro de acuerdo Ben, conteniendo la respiracion. Casi se puso bizco cuando Rachel acaricio sus muslos. Tuvo que hacer un serio esfuerzo para recordar que estaban en la cocina-. ?Vamos al piso de arriba?

– ?Al dormitorio? -pregunto Rachel entre risas-. Y yo que pensaba que eras un aventurero…

– Ya te dare aventuras en la cama.

Cuando llegaron alli, Ben la tumbo en la cama y se tumbo sobre ella, apoyando los brazos a ambos lados de su cabeza.

Se coloco entre sus muslos y la miro a los ojos. A aquellos hermosos ojos. En aquel momento, llenos de lagrimas. El corazon se le desgarro al verla.

– Ah, no, Rach…

– Hagamos el amor, Ben. No digas nada y hagamos el amor. Pero esta sera la ultima vez. Despues de esto, ya no podre hacerlo otra vez. No puedo -contuvo la respiracion-, no puedo seguir viendote.

– Sss.

Ben inclino la cabeza para darle un beso, llenandose las manos con sus senos y deleitandose en aquella suavidad, en los gemidos que escapaban de su garganta, en el sabor de su piel…

Rachel estaba ardiendo, dispuesta y mas que anhelante cuando Ben comenzo a recorrer con la boca cada centimetro de su cuerpo.

– Ben, por favor, ahora…

– Si -ahora, se mostro de acuerdo Ben, y poso los labios en el centro de su sexo.

Rachel se arqueo, adoptando una posicion perfecta. Abrazandola, Ben la tomo lentamente, utilizando la lengua, los dientes, excitandola con suaves y pequenas caricias y cuando la oyo gemir, continuo presionando con sus caricias languidas hasta hacerle gritar de placer.

Moviendo la cabeza contra la almohada y con los dedos enredados en su pelo, Rachel lo retenia contra ella.

– Desahogate -susurro Ben-, aqui en mi boca -deslizo un dedo entre los suaves pliegues de su sexo.

– No te detengas -le suplicaba Rachel arqueandose sin inhibicion alguna contra su mano-, no te detengas, por favor, no…

– No lo haria por nada del mundo -le prometio Ben mientras la veia deshacerse ante el.

Cuando Rachel dejo de estremecerse, Ben se puso de rodillas y, a duras penas, consiguio ponerse un preservativo.

Estando Rachel suspirando todavia de placer, se hundio en ella.

Al sentirse rodeado de aquel humedo calor, la pasion y el deseo se fundieron, la abrazo con fuerza y se hundio completamente en Rachel, que parecia enloquecer bajo sus caricias.

Observandola, oyendola, con su sabor todavia en los labios, volvio a empujar, absorbiendo cada uno de sus gemidos con la boca.

Una embestida mas y su cuerpo comenzo a tensarse, a contraerse, palpitando de ganas de liberarse. Otra vez y se perdio a si mismo en aquel aterciopelado y humedo calor, estallando en un nirvana mientras se dejaba ir dentro de Rachel.

Aturdido, bajo la mirada hacia su rostro. Ya no tenia ninguna duda.

Habia vuelto a enamorarse de ella.

Capitulo 19

Rachel permanecia de lado en la cama, sintiendo una fuerte presion en el pecho, que resulto ser el peso del propio Ben.

Con un gemido, Ben alzo la cabeza.

– ?Te has dado cuenta de lo que nos ha pasado?

– No te preocupes, ya vas camino de Africa -contesto Rachel sin pensar y, por supuesto, se arrepintio inmediatamente-. Ben…

– No, no pasa nada -dio media vuelta en la cama y poso una mano en su vientre-. No puedo cambiar, Rachel.

– ?Porque eres demasiado viejo, o porque eres demasiado testarudo?

Mientras Ben consideraba la respuesta, Rachel le aparto la mano y se sento en la cama. Obligando a sus piernas a ponerse en funcionamiento, se levanto y comenzo a buscar su ropa. Que, por cierto, parecia haberse quedado fuera del dormitorio, porque no era capaz de encontrar una sola prenda.

– Toma -Ben se acerco a ella con la bata y la hizo volverse.

Habia en sus ojos tanto dolor que Rachel apenas soportaba mirarlo.

– Manana puedo llevar yo sola a Emily a Los Angeles. Si quieres, puedes tomar un avion que salga antes. Esta noche, por ejemplo.

– Todavia me queda una ultima noche -contesto Ben en voz baja-, no me la quites.

Podria tener un infinito numero de noches si se lo pidiera, penso Rachel, pero el orgullo la impulso a decir:

– Soy incapaz de quitarte absolutamente nada, Ben Asher.

– ?Pero preferirias que me fuera cuanto antes?

Rachel lo miro a los ojos. Podia decir una mentira, pero ya era demasiado tarde para salvar su corazon. Hacia demasiado tiempo que lo habia perdido entregandoselo al unico hombre al que habia amado. El mismo hombre que permanecia en aquel momento frente a ella. Perdido. Solo.

Por su manera de hacer las cosas, se recordo Rachel.

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