Danielle se arqueo con un grito y se levanto en la cama… justo hasta la boca de el.
– Perfecto -susurro Nick; empezo a devorarla lenta y concienzudamente.
Danielle intento apartarse de el. Estaba claro que aquello no era el revolcon caliente y rapido que ella le habia pedido, pero el se nego a ceder. Aquello no era un revolcon rapido, era algo mas. Y si el lo reconocia asi, tambien queria que lo hiciera ella.
– Correte para mi -susurro contra su cuerpo.
Y ella lo hizo asi, con un abandono salvaje que lo emociono y excito todavia mas.
Subio despacio por el cuerpo de ella, tan preso de aquella necesidad como Danielle. Froto la mejilla con la de la mujer y ella abrio los ojos.
– Todavia hay mas -dijo el.
– Si -la mujer intento atraerlo dentro de su cuerpo-. Para ti.
– Para los dos.
Le costaba ponerse el preservativo, ya que le temblaban las manos. Danielle no ayudaba mucho acercando sus dedos. Al fin el pudo levantarle las caderas, la miro profundamente a los ojos y se hundio en ella.
La joven lo recibio centimetro a centimetro, hasta que el estuvo muy adentro.
– Esto -consiguio decir el hombre, combatiendo la marea que amenazaba con hacerle perder el control al primer movimiento-. Esto es mas para los dos.
La beso en la boca y empezo a moverse.
Capitulo Nueve
Nick se desperto en la oscuridad. A juzgar por lo que podia percibir con los sentidos que todavia le funcionaban, estaba tumbado de espaldas. Por la brisa que sentia en la parte baja de su cuerpo, asumio que la ventana estaba abierta. Y la restriccion de aire en sus pulmones le indico que Danielle estaba tumbada sobre su pecho.
Tambien estaba desnuda, cosa que a el le parecio de maravilla.
La aparto sonriente y se acomodo entre sus piernas. La mujer murmuro algo somnolienta y lo abrazo.
– ?Nick?
Aquella voz conseguia provocarle sensaciones que no estaba preparado para afrontar, asi que se concentro en lo que ella le hacia fisicamente.
Y fisicamente volvia a desearla otra vez.
– Si. Soy yo. Eres muy hermosa, Danielle.
– Esta oscuro.
– No importa.
– ?Oh, Nick!
– Abrete para mi.
La mujer se arqueo y le paso las piernas en torno a las caderas.
– Si, asi -levanto el rostro para que el lo besara y el entro de nuevo en su cuerpo y volvio a poseerla. A entrar con ella en un lugar donde nunca habia estado con nadie.
La proxima vez que Nick se desperto, la luz de la manana entraba por las ventanas, obligandolo a cerrar los ojos mientras buscaba a… nadie.
Noto que la almohada que habia compartido toda la noche con Danielle estaba fria y se sento en la cama con el corazon en la garganta.
Y se encontro cara a cara con un monstruo, un monstruo enorme de ojos oscuros bordeados de rojo y colmillos capaces de devorarlo de un bocado.
Echo la cabeza hacia atras con un respingo de susto.
El monstruo tambien retrocedio, y solto un ladrido sorprendido.
– ?Maldita sea! -Nick, tumbado de espaldas en mitad de la cama, miro el techo y se esforzo por recuperar el pulso normal-. Vas a hacer que me salgan canas.
Dos patas gruesas golpearon la cama, que se movio bajo el peso.
Nick giro la cabeza a un lado y miro a Sadie con cautela.
– Supongo que crees que es divertido.
La perra bajo la cabeza, lanzando un chorro de saliva a las sabanas, lo miro y se lamio el hocico.
Nick se aparto con rapidez.
– Ni lo suenes. No soy comestible.
– Yo no diria lo mismo.
Nick levanto la cabeza y miro a Danielle, que acababa de entrar en la estancia. Llevaba otros pantalones caquis cortos y una blusa sin mangas, roja es vez. Estaba muy hermosa, aunque parecia algo nerviosa. Llevaba la mochila colgada al hombro y el ordenador portatil bajo el brazo. Sostenia las fotos que el le habia dado.
No parecia que hubiera muchas probabilidades de que pudiera convencerla para que volviera a la cama.
– Queria darte las gracias de nuevo -dijo ella con suavidad.
Oh, oh. Definitivamente, tenia que empezar a hablar deprisa si queria tener posibilidades.
– Estas vestida -dijo.
– Tengo que irme.
Nick no queria. No porque no pudiera dejarla marchar. No. El podia dejar marchar a todo el mundo. No era un hombre que buscara ataduras, pero…
?Maldicion! No podia dejarla marchar.
– Espera.
Miro a la perra, salio de la cama y rodeo al animal con cautela, sintiendose vulnerable en su desnudez. Busco un par de pantalones vaqueros.
– Por lo menos, dejame que te de de desayunar.
Danielle se movio un poco, intentando no mirar detras de los vaqueros levantados, pero sin poder evitarlo, lo cual sirvio para alimentar un poco el ego masculino.
Y por supuesto, alento su ereccion mananera.
– Nick…
Otra vez aquella voz, aquel tono suave y estrangulado que lo impulso a ponerse el pantalon vaquero a toda prisa.
Danielle tenia la mirada clavada en los dedos que intentaban cerrar los botones. Lanzo un suspiro.
– Te dije que tendria que irme por la manana -dijo con rapidez.
– Si, pero eso fue antes de lo de anoche -antes de que hicieran el amor. Ahora que lo habian hecho, pensaba que ella no seria capaz de marcharse.
O quiza era el el que sentia asi.
No. Habia calor y deseo en los ojos de ella, pero tambien algo mas. Ansiedad y un afecto pesaroso. Muy pesaroso.
Nick la imagino alejandose de su casa y sintio dolor de estomago.
– ?A que viene tanta prisa?
– Tu sabes por que tengo prisa.
– Solo es un desayuno, Danielle. No una proposicion de matrimonio.
La mujer se sonrojo.
– No necesito ninguna de las dos cosas. He llamado a Emma, la amiga que me presto el coche, y necesita que se lo devuelva hoy. Vendra aqui con un amigo y luego me llevara a ver a Donald, el director artistico del que te hable.
– Y tu le ensenaras las fotos de Sadie y el te pagara lo suficiente para comprar otro coche y tu te apresuraras a empezar una nueva vida y Sadie y tu vivireis felices y comereis perdices, ?verdad? -Movio la cabeza-. Dime que no eres tan ingenua.
– Podria ocurrir.