– En el pasillo no esta -anuncio-. Yo voy por la derecha, tu ve por la izquierda.
Danielle salio por la puerta y giro a la izquierda hasta llegar a unas escaleras. Se pregunto si debia subir o bajar y opto por esto ultimo. Sadie habria bajado, sin duda. Era lo mas facil, y despues de todo, la perra era increiblemente perezosa.
Al llegar abajo, empujo una puerta entornada que llevaba a un jardin. El resplandor del sol la obligo a levantar la mano para protegerse los ojos.
Flores de todos los tonos y colores cubrian cada rincon. En los senderos, donde paseaba bastante gente, se alineaban bancos. Parecia que el hotel estaba ofreciendo una recepcion de algun tipo, ya que habia bastantes personas bien vestidas que sostenian copas de champan y platos llenos de comida.
Y en el centro del jardin, en un lecho de flores que habia aplastado por completo, se hallaba Sadie, con la lengua colgando fuera, la piel cubierta de tierra de las plantas y moviendo la cola.
Danielle suspiro aliviada, a pesar de que fruncio el ceno ante los danos que habia causado la perra en las flores, pero su alivio no duro mucho. Porque al lado de Sadie, con la lengua tambien colgando y moviendo la cola perezosamente, habia… otro perro.
Un perro aun mas grande, de pelo largo y oscuro y un tamano impresionante que no podia ser otra cosa que un perro de Terranova.
Cuando Danielle se detuvo a verlos, el Terranova se puso en alerta y se coloco delante de Sadie.
No hacia falta ser muy listo para ver que era un macho y que acaba de reclamar a Sadie como propiedad privada.
En mas de un modo.
Nick llego a su lado y se detuvo tambien al ver a Sadie con su enamorado; los dos mostraban una expresion somnolienta, feliz y sedada.
– Vaya -Nick miro a Danielle-. No sabia que los perros pudieran parecer tan… relajados.
– ?Oh, no! -gimio ella-. Esto no puede ser cierto.
– Adivino que ella no esta… operada.
– Pensaba cruzarla antes o despues, pero con uno de su raza.
El novio de Sadie seguia sentado con aire satisfecho y la lengua colgando.
Nick se froto la barbilla; tenia aspecto de estar reprimiendo la risa.
– Parece un perro bastante decente -comento.
El animal levanto una pata con elegancia y empezo a lamerse.
Nick solto una carcajada.
Danielle gimio, negandose a reconocer que la risa de Nick poseia un poder de contagio tal que daban ganas de unirse a el.
– Tu tienes la culpa.
– ?Yo? -Nick parpadeo; hizo una mueca comica de sorpresa-. ?Y por que?
– Me has distraido con ese beso; de no ser asi, no me habria olvidado de Sadie ni un segundo -tiro de la correa de la perra. Y tuvo la mala suerte de que justo en ese momento empezaran a funcionar los aspersores.
– No digas ni una palabra -advirtio a Nick; salio de la tierra sin dignidad y empapada-. Ni una sola palabra.
Sadie, que estaba llena tambien de agua y barro, se sacudio con fuerza sobre Danielle y lanzo un aullido, volviendo la cabeza para lanzar una ultima mirada a su amante con ojos brillantes.
El amante devolvio el aullido y solto un ladrido agudo.
Nick, apartado de la tierra y el agua, se mantenia seco y… sospechosamente divertido.
Danielle no sabia si queria golpearlo o levantar el cuello hacia el y aullar tambien.
– ?Tu no te lo preguntas? -inquirio Nick cuando volvieron a pararse delante de sus habitaciones.
Danielle se preguntaba si alguna vez el sonido de su voz dejaria de provocarle escalofrios en la espina dorsal.
– ?Que me pregunto?
Nick le hablo al oido.
– Si ella ha disfrutado tanto como disfrutaste tu conmigo.
– Apartate -dijo ella, que seguia goteando. Abrio la puerta-. O vas a terminar tan mojado y caliente como yo.
El pecho de el rozo su espalda y su mandibula subio por el pelo de ella. Una simple caricia, pero… bueno, no tan simple, ya que las rodillas de ella chocaron entre si.
– Lo digo en serio -le advirtio ella.
– ?De verdad estas caliente y mojada? -pregunto el con voz suave-. ?Y que mas? ?Estas tambien cremosa?
Como sus palabras hicieron que se le acelerara el pulso, lo ignoro y metio a Sadie en el cuarto de bano, cerrando luego la puerta.
Se miro en el espejo la piel brillante, los ojos, que estaban mas vivos de lo que los habia visto nunca, y respiro hondo.
– Es una verguenza que el me vuelva tan loca -se dijo.
Porque podia encarinarse mucho, mucho con el.
Nick no habia huido de un reto en su vida, y la puerta cerrada del bano era un reto sin precedentes.
Teniendo en cuenta eso, que Danielle acababa de abrir los grifos de la ducha, y que a el no le gustaba perderse ninguna diversion, tendio la mano hacia el picaporte.
No habia cerrado con pestillo… buena senal. Se asomo por la puerta y vio a Danielle, todavia completamente vestida, que intentaba convencer a una Sadie somnolienta de que entrara en la ducha.
– Vamos -resoplaba empujando a la perra desde atras-. Estas muy sucia. Tienes que… ?Agh!
Dio la vuelta y probo a tirar del animal; al retroceder entro de pleno bajo el chorro y cerro los ojos cuando el agua la golpeo de pleno.
Sadie se limito a grunir y empujar en sentido contrario, hasta que las manos de Danielle resbalaron y ella cayo contra la pared de la ducha.
Sadie salio huyendo.
Danielle, todavia debajo del chorro, cerro los ojos y movio la cabeza.
Nick, sonriente, entro de puntillas y se metio en la ducha con ella completamente vestido.
– Eh, puedes lavarme a mi si quieres. De la cabeza a los pies.
La abrazo y la apreto con fuerza, dando gracias en su interior porque el agua que le caia en la cara fuera caliente.
– Estas loco -gruno ella, pero le echo los brazos al cuello-. Completamente loco.
– Si -bajo la cabeza y le mordisqueo el cuello-. Sabes muy bien.
Empezo a quitarle la ropa mojada, impaciente por tocar la piel caliente y humeda.
– Nick -solto un gemido cuando el le agarro las nalgas, acercandola al bulto inconfundible de sus pantalones. Un sonido que sugeria que ya se sentia menos grunona-. No podemos.
Nick bajo la boca por su cuello y su hombro desnudo, que mordio con gentileza, haciendo que se aferrara a el. Le gustaba como lo abrazaba, como si no quisiera soltarlo nunca.
– No podemos hacer esto delante de Sadie.
– ?Te refieres a la perra que hacia lo mismo hace un rato? -senalo el suelo, donde roncaba Sadie con los ojos cerrados y la boca abierta-. No creo que le importe mucho en este momento. Esta agotada -bajo las manos por el cuerpo de ella y le tomo los pechos, pasando los pulgares por sus pezones-. Vamos a cansarnos nosotros tambien.
Los ojos grises de ella se llenaron de deseo, y se apoyo en el, provocando que a Nick le diera un vuelco el corazon. Queria que en el rostro de ella se quedara permanentemente esa expresion… la que indicaba que el era el centro de su universo. Para lograrlo, se apoyo en el deseo que lo inundaba, dejandose llevar por la pasion, el anhelo, el deseo desesperado, hasta que ambos estuvieron jadeantes. Solo cuando ella habia perdido ya el control una vez, la penetro llevandola consigo al paraiso.