no vio a nadie.

Tal vez no la hubieran echado de menos.

Cuando entro en la habitacion, le quito la correa a Sadie. Se incorporo y respiro hondo. Quiza Nick se hubiera marchado ya, despues de decidir que ya se habia molestado bastante por ella. A lo mejor en aquel momento daba gracias a las estrellas por haberse librado tan facilmente de ella. Tal vez…

– Hola -dijo el con suavidad.

La joven se volvio con un sobresalto y lo vio sentado en el sillon cerca de la ventana, con las piernas extendidas ante si y las manos apoyadas en los muslos.

Tranquilo y relajado.

Excepto por las chispas que salian de sus ojos.

– No te habia visto -dijo ella, llevandose una mano al corazon.

– Si -repuso el-. Ese es un gran problema entre nosotros.

No estaba contento. De hecho, parecia furioso.

– Nick…

– Tu no me ves.

Se acerco lo suficiente para que ella pudiera ver que no habia solo furia en sus ojos, sino tambien algo mas profundo. Miedo. Ansiedad.

Y la causante era ella.

– Primero de todo -dijo el, apartandole el pelo de la cara con una gentileza sorprendente-. ?Estas bien?

– Si.

– Me alegro -la miro un momento-. ?Maldita sea! Estoy tan furioso, que he olvidado que era lo segundo.

– Nick…

– Has ido a la exhibicion canina. Te has puesto en peligro. Lo has hecho sola porque eso era lo que querias.

– ?Tenia que hacerlo! -grito ella-. Nick, me estoy volviendo loca esperando que ocurra algo. No puedo seguir asi. Tengo que actuar, asumir el control. Necesito esos papeles de Laura y ha prometido enviarmelos.

– Yo tambien necesito algo y voy a tomarlo ahora mismo.

La hizo ponerse de puntillas y la beso. El beso sabia a rabia y frustracion, pero tambien a algo mas: afecto y necesidad. Una mezcla intoxicante que hizo que Danielle tuviera que admitir que alli habia algo mas que un intento vago de recuperar los dias del instituto con emociones baratas.

– Nick…

– Mirame, Danielle. Oyeme. Deja de gritarme que me vaya y sienteme -llevo las manos a las caderas de ella y la atrajo hacia si, besandola con ternura a pesar de la pasion.

La joven respondio al beso entregandole tambien su frustracion y rabia, y de repente sintio el anhelo de acercarse mas, de sentirlo mejor.

– Tu querias que me hubiera ido cuando volvieras -dijo el; se aparto para mordisquearle la oreja-. Ahora quieres que me vaya.

– Nick…

?Como explicarselo cuando ella misma no lo entendia? Solo sabia que el unico lugar donde se habia sentido sana y salva era alli en sus brazos.

?Como era eso posible?

– Se que hemos empezado deprisa -murmuro el-. Pero no quiero terminar deprisa -subio las manos por las costillas de ella, hasta colocar los pulgares en la parte baja de los pechos.

Danielle abrio la boca para decir que le gustaba deprisa, pero solo le salio un gemido. Nick, alentado, le acaricio los pezones hasta que ella se estremecio y se apreto desvergonzadamente contra el. Nadie la habia tocado nunca como aquel hombre. Fascinada, lo exploro a su vez con las manos, que introdujo bajo la camisa para sentir endurecerse los musculos de su espalda ante su contacto.

– Quiero mas -dijo el.

Bajo las manos hasta las bragas de ella. Danielle se movio para facilitarle el acceso; y le gusto el sonido que salio de su garganta cuando la encontro humeda para el.

– No puedo irme -dijo Nick con voz ronca. Le beso el cuello, con las manos aun en sus bragas y las caderas apretando las de ella-. Ya deberias saberlo.

– Si… -apenas podia tenerse en pie-. Y tu deberias saber que me das muchisimo miedo.

Al oir aquello, Nick aparto las manos de ella y se quedo completamente inmovil.

– Fisicamente no -se apresuro a anadir ella; le echo los brazos al cuello y lo atrajo hacia si-. Pero Nick… - consiguio mirarlo a los ojos-. Eres una amenaza para mi corazon. Supongo que lo sabes.

– Solo se que tu eres un peligro para el mio.

– Por eso esto no saldra bien. No…

– Besame, Danielle -dijo el con voz ronca de deseo-. Callate y besame.

– Eso puedo hacerlo.

Acerco su boca a la de el y lo beso con fiereza. Cuando ya no podian respirar pero tampoco deseaban apartarse, Nick apoyo la mejilla en su pelo. Danielle percibio que sus corazones latian al unisono.

Podia amarlo.

Podia enamorarse sin ningun esfuerzo. Con un suspiro leve por lo que podia haber sido y que tal vez fuera solo su ultima noche con el, se dejo llevar hasta la cama.

Nick se perdio en el momento, concentrandose en abrazar a Danielle con tanta fuerza que por una vez ella no pudiera reconstruir despues el muro que rodeaba su corazon. Para ello utilizaba la lengua, los dientes, la hacia temblar y arquearse bajo el.

– Me cuesta trabajo respirar -le dijo ella.

Mejor. A el le ocurria lo mismo.

La noche se habia echado encima. La lampara de la mesilla de noche arrancaba brillos a la piel de ella, volvia sus ojos suaves y sonadores, y el sabia que no olvidaria nunca el aspecto que tenia en aquel momento, suspirando del placer que el le daba. Queria darse una sobredosis de ese placer, mantenerla entregada y debil de deseo.

Por el.

Estaban en ropa interior, arrodillados en la cama, con las bocas unidas. El plan de Nick era volverla loca, pero ella volvio las tornas y lo enloquecio a el con caricias.

– ?Estas tan bien hecho!

– Mmmm, no como tu -inclino la cabeza y lamio la parte de seno que el sujetador dejaba al descubierto, inhalando su aroma femenino al tiempo que le desabrochaba el sujetador para dejar caer los pechos encima de sus manos extendidas.

– Todavia necesito mas -decidio. Y termino de desnudarla y desnudarse antes de tumbarla sobre el lecho y colocarse sobre ella.

Cuerpo contra cuerpo. Moviendose, tocando, acariciando, probando con lentitud y erotismo, regodeandose en su placer mutuo. En su alegria mutua.

Definitivamente, encontro mas de lo que buscaba. Encontro algo que inundo sus sentidos e hizo abrirse su corazon.

– Nick -susurro ella, cuando el la penetro, con la voz impregnada de una admiracion que el ya conocia.

– Lo se.

Comenzo a moverse y ella le siguio el ritmo, y la pasion se elevo, tomandolo por sorpresa. El deseo se volvio mas intoxicante porque lo acompanaba el miedo de que aquello era unico. Suyo.

Para siempre.

Fuera habia oscurecido, pero a Ted aquella oscuridad le llegaba hasta el alma.

Estaba en el exterior de una posada olvidada de Dios llamada Twin Oaks.

El la habria llamado Infierno. Los habia visto. Habia permanecido fuera, oculto por la noche, y los habia visto abrazarse a traves del cristal de la ventana.

Danielle y su nuevo novio. Habia encontrado otro hombre.

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