– Y una gran jarra de cerveza con especias y frutas y manzanas asadas -dijo-. Las manzanas asadas nunca faltan en Riveredge en Navidad.
– Me gustaria comer jabali servido con una manzana en la boca -intervino Kate Carey-. ?Ofrece un espectaculo tan impresionante en la mesa!
– Pues yo quiero musica -anadio Bessie.
– ?Tienes razon, la musica no puede faltar! -exclamo Cat.
– ?Ha perdido el juicio? -pregunto lady Bayton, asombrada por el entusiasmo mostrado por Catherine a la hora de organizar los preparativos-. ?No se da cuenta de que su reputacion esta arruinada, de que el rey se va a divorciar de ella y de que es una mujer condenada a muerte?
– Ya lo creo que se da cuenta -respondio Nyssa-. Pero es demasiado orgullosa para mostrar miedo o inquietud delante de sus damas. Ademas, Cat es de esas personas que huyen de los problemas en lugar de enfrentarlos y me temo que es demasiado tarde para hacerla cambiar. Mientras duren los preparativos y las fiestas se sentira feliz; despues… ?quien sabe?
– Dicen que el rey va a volver a casarse con lady Ana de Cleves -dijo la mujer del chambelan bajando la voz-. A mi me parece una buena idea; lady Ana es una dama encantadora y muy discreta.
Lady Bayton sentia predileccion por Nyssa. Como ella, estaba casada, tenia hijos y hacia gala de un gran sentido comun. Kate y Bessie le parecian buenas chicas, pero eran demasiado jovenes e ingenuas.
– No creo que su majestad vuelva a casarse con lady Ana -replico Nyssa-. Son buenos amigos y se tienen un gran respeto, pero no se llevan bien como pareja.
– ?Que lastima! -se lamento lady Bayton sin atreverse a contradecir a Nyssa. Sabia que una gran amistad la unia a la anterior reina y que su hermano menor era uno de sus pajes.
– ?Sabeis cuando piensa el Consejo interrogar a lady Rochford?
– Mi marido asegura que lo haran manana. No comprendo como una dama de su edad y experiencia no supo aconsejar mejor a esta jovencita. ?Cualquiera diria que la empujo a echarse en brazos de su amante! Las camareras aseguran que no hizo nada por evitar esos encuentros y yo las creo. ?Yo, en su lugar, estaria muerta de miedo!
Pero lady Rochford no temia a los miembros del Consejo. Los dias pasados en soledad le habian ayudado a recuperar la cordura y el dominio de si misma. Se presento ante el Consejo vestida con sus mejores galas: un vestido de terciopelo negro y una cofia bordada con perlas. Se sento ante ellos muy rigida y fijo la mirada en el vacio.
– Parece una cuerda de laud a punto de romperse -susurro lord Audley a sir William Paulet, que habia regresado a Inglaterra para entregar a Enrique Tudor la carta del rey de Francia. Sir William miro a lady Rochford y asintio.
– ?Podriais decir al Consejo cuando empezo Ca-therine Howard a ser infiel al rey, senora?
– La pasada primavera -respondio ella sin vacilar.
– ?Fue Catherine Howard quien busco la compania de Tom Culpeper o ocurrio al reves?
– Al principio era el quien buscaba la compania de la reina. Siempre estuvo loco por ella y cuando eran unos ninos hablaban de casarse, pero Enrique Tudor dio al traste con el idilio. Sin embargo, Tom es un joven muy testarudo y nunca dejo de importunarla. La reina solia echarle con cajas destempladas pero cuando su majestad cayo enfermo y la echo de su lado, empezo a sentirse sola.
– ?Estais segura de que ocurrio la pasada primavera? -insistio el duque de Suffolk.
– Si. Si no recuerdo mal, corria el mes de abril.
– ?Donde se producian los encuentros secretos?
– En mis habitaciones -contesto lady Rochford sin poder contener una sonrisa-. Yo hacia guardia en la puerta para evitar que fueran sorprendidos.
– Esta completamente loca -susurro el conde de Southampton.
– Pues yo la veo muy tranquila -replico el duque de Suffolk-. Ademas, su declaracion tiene sentido. Cualquiera diria que se siente orgullosa de ser complice de esta traicion. Podeis continuar, senora -invito.
– Como bien han dicho las camareras, mi mision era hacer de correo entre los amantes. ?Sabiais que la reina llamaba a Culpeper «mi pequeno tontito»? ?Ella si que se estaba comportando como una tonta! Cada vez que Culpeper se negaba a complacerla le recordaba que habia otros esperando ocupar su lugar. ?Se volvia loco de celos!
– ?Sabeis si Catherine Howard y Tom Culpeper mantuvieron relaciones?
– Desde luego que si -asintio lady Rochford-. Este verano, mientras viajabamos hacia el norte, no siempre podia abandonar mis habitaciones sin despertar sospechas, asi que fui testigo de su pasion en numerosas ocasiones.
El duque de Norfolk estaba aturdido como si hubiera recibido un mazazo en la cabeza.
– ?Por que permitisteis que mi sobrina siguiera adelante con esa locura? -espeto-. ?Por que no vinisteis a contarme lo que estaba ocurriendo?
– ?Y por que tendria que haberlo hecho? -replico lady Rochford dirigiendole una mirada cargada de odio-. ?Recordais la ultima vez que fui llamada a declarar ante este Consejo? Malinterpretasteis mis palabras y asesinasteis a mi esposo. Gracias a su sacrificio, su majestad pudo divorciarse de su esposa y casarse con otra. ?Que se le rompa el corazon en mil pedazos como el rompio el mio! -exclamo, histerica-. Por eso permiti que Catherine Howard se lanzara de cabeza al precipicio. ?Por que tendria que haberlo evitado? Incluso si yo no hubiera estado alli para encubrirla, habria acabado traicionando al rey. Es una ramera.
El Consejo Real guardo silencio durante unos momentos mientras lady Rochford estallaba en estridentes carcajadas. Un escalofrio recorrio la espalda de los presentes.
– Llevensela -ordeno el duque de Suffolk a los guardias antes de volverse hacia sus companeros-. Aunque necesitamos testimonios que confirmen el adulterio de la reina, propongo que el contenido de la declaracion de esta dama no salga de esta habitacion. ?Estan de acuerdo, senores?
Todos los miembros del Consejo asintieron. Se acabo, penso el duque de Norfolk, un hombre poco dado a mostrar sus emociones en publico. El testimonio de lady Rochford acababa de hundir definitivamente a la familia Howard y se sentia demasiado abrumado para luchar.
– Creo que hemos tenido suficiente por hoy -dijo el duque de Suffolk dando la reunion por concluida-. Les espero aqui manana a la misma hora para interrogar al senor Tom Culpeper.
Todos asintieron, abandonaron la sala y se dirigieron al embarcadero. Thomas Howard advirtio que nadie queria acompanarle en su barca. Sonrio para sus adentros y ordeno al barquero que se dirigiera a Whi-tehall a toda velocidad. Una vez alli, se encerro en su habitacion y llamo a su nieto.
– Se acabo -dijo-. Lady Rochford nos ha hundido -anadio antes de relatarle la dramatica confesion de la dama.
– ?Cuanto tiempo crees que le queda a Catherine?
– Culpeper y Dereham todavia tienen que ser juzgados. Seran declarados culpables, condenados a muerte y ejecutados antes de las fiestas de Navidad. El Consejo reanudara los interrogatorios despues del dia de Reyes y no los interrumpira hasta conseguir que Catherine sea condenada a muerte y ejecutada en la Torre. Lady Rochford morira con ella.
– ?Y que les ocurrira a Nyssa y al resto de las damas que acompanan a Cat? -quiso saber Varian.
– Permaneceran con ella hasta el dia de su ejecucion.
– ?Saben lo que esta ocurriendo?
– Solo saben lo que les cuentan.
– Quiero ver a Nyssa -declaro el conde de March-. Se que los Howard han perdido el favor del rey, pero ?crees que existe alguna posibilidad de que me dejen verla?
– Sera mejor que esperes hasta que terminen los in terrogatorios -aconsejo Thomas Howard-. Quiza logre convencer a Charles Howard de que te permita hacerle una corta visita.
– ?Que os ocurrira al resto de los Howard que vivis en palacio?
– Volveremos a caer en desgracia, tal vez para siempre -contesto el duque de Norfolk esbozando una sonrisa triste-. Dos mujeres de nuestra familia han sido reinas y ninguna de las dos ha sabido estar a la altura de las circunstancias. No es una buena propaganda, ?no te parece? Considerate afortunado por ser un De Winter.
– Mi madre era una Howard y estoy orgulloso de ello -replico Varian.
– Voy a echarme un rato -murmuro Thomas Howard con lagrimas en los ojos-. Sera mejor que descanse