en sus mejores tiempos.

Dos dias despues, abandono palacio diciendo que iba a cazar pero en realidad se dirigio a Whitehall, donde celebro una reunion secreta con su Consejo que duro hasta altas horas de la madrugada. Se acosto, comio un poco y reanudo el encuentro, que se prolongo durante el resto del dia.

Por su parte, Thomas Cranmer estaba convencido de que podia probar que la reina habia cometido adulterio durante los meses que habia durado su matrimonio con Enrique Tudor. No tenia nada en contra de Catherine Howard, pero sentia escalofrios cada vez que pensaba que la joven habria podido engendrar un hijo bastardo que algun dia habria ocupado el trono de Inglaterra. Logro convencer a la mayoria del Consejo (casi todos enemigos de Thomas Howard) de que era necesario proseguir con la investigacion hasta descubrir toda la verdad y de que la reina debia recibir su merecido. El rey, que no deseaba hacer sufrir a Catherine, se opuso, pero acabo accediendo a la peticion del Consejo.

Horas despues, llego la corte proveniente de Hamp-ton Court. El duque de Norfolk estaba contrariado porque la reina no habia obtenido permiso para abandonar su encierro. Cuando Catherine Howard supo que toda la corte habia abandonado palacio dejandola sola volvio a asustarse. A la manana siguiente recibio la visita del arzobispo Cranmer.

– Exijo saber por que me han dejado aqui sola -dijo en cuanto le vio.

– No permanecereis mucho tiempo aqui -replico Thomas Cranmer-. Pronto sereis trasladada a Syon, hasta que el Consejo decida cual sera vuestra residencia definitiva.

– ?A Syon? -exclamo Catherine, estupefacta-. ?Pero si eso esta en el campo! ?Es que no podre volver a vivir en palacio? ?Que ha dicho su majestad sobre la carta que le escribi? ?No me va a perdonar? ?Es este mi castigo: el exilio en una aburrida casa de campo? ?Cuanto tiempo debere permanecer alli?

– Senora, no puedo responder a vuestras preguntas. Todo cuanto puedo deciros es que pronto dejareis palacio. Se os permitira viajar acompanada de cuatro don celias y dos criadas y recibireis trato de reina. Debeis estar preparada para partir dentro de dos dias.

– Dos dias es muy poco tiempo -protesto la reina-. ?Como voy a hacer el equipaje sin la ayuda de mis damas?

– No es necesario que lleveis todas vuestras pertenencias; encontrareis ropa nueva en Syon. Sir Thomas Seymour se ocupara de vuestros vestidos y los metera en los baules junto con las joyas para devolverselos a su majestad.

Al oir esto, lady Rochford contuvo la respiraciori y la reina abrio unos ojos como platos.

– En cuanto a vos, lady Rochford -anadio el arzobispo-, sereis llevada a la Torre, donde sereis interrogada. Sospecho que no nos habeis contado todo cuanto sabeis sobre el comportamiento de vuestra senora durante estos ultimos meses.

– Si os llevais a lady Rochford, ?quien me hara compania? -gimoteo Catherine-. ?Me quedare completamente sola?

– Estan vuestras camareras.

– ?Podre escoger a las damas que me acompanaran a Syon?

– Me temo que no, senora.

– ?Solo a una, por favor! -suplico-. ?Deseo que Nyssa de Winter, la esposa de mi primo Varian venga conmigo! ?Por favor!

– Vere que puedo hacer para complaceros -prometio el arzobispo.

Finalmente, Catherine Howard pudo escoger a tres de las cuatro damas que debian acompanarla. La cuarta era lady Bayton, esposa del chambelan de la reina. Catherine eligio a Nyssa de Winter, Kate Carey y Bessie Fitzgerald.

Varian de Winter monto en colera cuando supo que su prima se llevaba a su esposa a Syon, pero Nyssa salio en defensa de la reina:

– Cranmer esta buscando una excusa para condenarla a muerte y acabara encontrandola, aunque para ello tenga que deformar la verdad -aseguro-. Durante los ultimos meses he aprendido que aqui todo el mundo acaba obteniendo lo que desea. Tu abuelo y eL obispo Gardiner deseaban que la sucesora de lady Ana fuera catolica ortodoxa y lo consiguieron. Ahora Cranmer quiere deshacerse de Catherine y no desistira hasta lograr su proposito. La muy cabeza de chorlito ha firmado su propia sentencia de muerte. El Consejo no tardara en encontrar pruebas de su adulterio y ese sera el fin de Catherine Howard. ?Si el rey se hubiera conformado con divorciarse de ella quiza le hubiera perdonado la vida! -se lamento-. Enrique Tudor ha querido a Cat mas que a cualquiera de sus otras esposas, pero los reformistas no permitiran que tenga compasion de ella. Cat esta condenada a muerte y, aunque se niega a admitirlo, lo sabe. Por eso quiere que sean sus mejores amigas quienes la acompanen en sus ultimos momentos. Me siento orgullosa de haber sido escogida pero todavia estoy furiosa con ella por habernos metido en un lio tan gordo y haber puesto en peligro nuestras vidas.

– ?Que voy a hacer sin ti? -protesto Varian-. Nunca hemos estado separados desde que nos casamos. Me habia acostumbrado a dormir acompanado -anadio estrechandola entre sus brazos y besandola en la frente-. ?Quien sabe cuanto tiempo pasara hasta que volvamos a vernos?

– Recuerda que el rey todavia no ha arremetido contra los Howard. Debes permanecer quieto y callado como el conejo en su madriguera cuando el zorro acecha.

– No te preocupes; me deshare del viejo zorro y esperare impaciente tu regreso.

El duque de Norfolk entro en la habitacion y se dirigio a Nyssa: -No lleves mucho equipaje. A la reina solo se le permite llevar seis vestidos pero ninguna joya, asi que escoge tu vestuario con igual discrecion. Tu doncella personal puede acompanarte pero es posible que tampoco se permita al servicio entrar y salir de la casa.

– Quiero que me prometais que Tillie sera enviada de vuelta a Riveredge si a Varian o a mi nos ocurre algo - pidio Nyssa.

– Os lo prometo, pero no teneis nada que temer. Tu y Varian sois De Winter, no Howard.

– Voy a hacer el equipaje -murmuro Nyssa a modo de despedida haciendo una reverencia y dirigiendose a la puerta.

– ?Espera! -la detuvo el duque de Norfolk-. Quiero decirte que eres una mujer muy valiente, Nyssa. Empiezo a pensar que hice un gran favor a mi nieto cuando arregle vuestro matrimonio -anadio. Aquellas palabras eran lo mas parecido a una disculpa que Tho-mas Howarad diria jamas.

– Me considero una mujer muy afortunada -replico Nyssa-. Varian me ama y yo he aprendido a quererle.

Varian asistio en silencio a aquel acto de perdon entre las dos personas que mas amaba despues de sus hijos. Nyssa y su abuelo eran a la vez iguales y distintos y estaba convencido de que con el tiempo acabarian llevandose bien… Eso si sobrevivian al desastre provocado por Catherine Howard.

Nyssa se dirigio a su habitacion y explico la situacion a Tillie.

– No tienes que venir conmigo si no lo deseas

– dijo-. Si lo prefieres, puedes regresar a casa de mi madre.

– Ni hablar -replico Tillie negando energicamente con la cabeza-. Mi tia Heartha me mataria por haber abandonado a mi senora cuando mas me necesita. Ade mas, estare orgullosa de poder relatar esta aventura a mis nietos dentro de algunos anos.

– Para tener nietos necesitas tener hijos primero -la provoco Nyssa-. ?Tratas de decirme que estas pensando en casarte?

– Si -confeso la joven-. Toby y yo hemos decidido casarnos cuando regresemos a Winterhaven. Es un poco lento y bastante timido, pero es un buen muchacho y ambos tenemos edad suficiente para sentar la cabeza.

Pobre Toby se dijo Nyssa tratando de contener la risa. ?No se imagina donde se ha metido! Tillie y el harian una buena pareja y estaba segura de que serian muy felices. Ordeno a su doncella que la ayudara a escoger seis de sus vestidos mas sencillos y acabaron decidiendose por seis sobrefaldas de terciopelo de colores negro, marron, azul marino, verde oscuro, violeta y naranja y sus correspondientes faldas de saten y brocado. Con la ayuda de una modista arrancaron los adornos de pedreria de los corpinos y solo dejaron el encaje dorado y plateado que bordeaba el escote y las mangas. Incluyo su ropa interior de algodon, lana y seda, sus medias y un abrigo con cuello de piel pero decidio dejar sus joyas excepto un crucifijo de oro y perlas y su anillo de boda.

– Necesitareis algunas cofias -dijo Tillie-. Sabeis que a su majestad le gusta que sus damas lleven cofia.

– Tienen demasiados adornos -replico Nyssa.

– Haremos algunas nuevas. Tenemos tiempo de sobra.

– Gracias, Tillie.

Вы читаете El Honor De Una Dama
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату