totalidad del dinero de la senorita Newbold.
Destrozada por lo que eso provocaria a su negocio, Georgia lloro de rabia.
– Debemos conseguir esa herencia. Ademas de haber pedido un amplio credito en el banco, ya le he contado a demasiadas clientas y amigas mis planes, para retractarme ahora. Sere el hazmerreir de todo Banford si no sigo adelante con ellos.
Farran paso casi todo el dia siguiente entristecida por su hermanastra. Pero no dejo de admirar el estoicismo con el que Henry Presten recibio la noticia. Al principio se lamento de no poder conseguir ahora un nuevo torno, pero pronto estuvo concentrado en otros asuntos… como el invento en que el trabajaba.
Cuando Farran no pensaba en Georgia o en su padrastro, recordaba a Russell Ottley y a ese otro reptil al que tuvo la desgracia de conocer el dia anterior. Cuando pensar en Stallard Beauchamp solo lograba enfurecerla, se concentraba entonces en el hecho de que era una desempleada. El entusiasmo que necesitaba para ir en busca de un empleo la evadio.
Cuando se acerco la hora en que su hermanastra llegaria a la casa, Farran espero que Georgia hubiera ya empezado a aceptar que no recibiria la herencia de la tia Hetty. Y si, le parecio que sus deseos se cumplieron al ver llegar a Georgia esa tarde a casa.
Farran estaba ayudando a la senora Fenner en la cocina, cuando Georgia entro en la casa. Farran se percato con alivio de que parecia estar mucho mas contenta con su suerte que ayer.
Farran contuvo el impulso de hablar del tema que con seguridad estaba en la mente de todos. Era claro que Georgia intentaba olvidar el duro golpe recibido, al charlar con su padre acerca de la jornada. Farran decidio que no serviria de nada recordarle la fuerte desilusion.
– Si a nadie le importa -Henry Preston se dirigio a su hija y a su hijastra-, regresare al taller… Debo resolver un problemilla… -murmuro y siguio murmurando cosas mientras salia de la habitacion.
Despues le llevare una taza de cafe, penso Farran con afecto. De pronto, se percato de que Georgia la miraba con fijeza, con un brillo de decision sus ojos azules. Sabia que Georgia queria hacer algo. Algo que, al igual que en otras ocasiones, no le iba a agradar a Farran.
Estuvo segura de ello cuando Georgia dijo:
– Farran…
– ?No! -interrumpio la aludida, pero con suavidad porque sabia que Georgia debio sufrir mucho por lo sucedido.
– Todavia no sabes de lo que quiero hablarte -sonrio Georgia.
– No, pero tengo la sensacion de que lo remediaras de inmediato -contesto la chica. Su sonrisa desaparecio al enterarse de lo que tenia en mente su hermanastra.
– La cosa es que hoy visite a mi abogado para ver si se puede rebatir el testamento de la tia Hetty.
– ?Rebatirlo? -exclamo Farran al percatarse de que Georgia no dejaria en paz el asunto, como le parecio antes. El corazon de Farran se hundio, pues sabia, por su recuerdo, que Stallard Beauchamp no era un hombre a quien seria facil combatir.
– No te preocupes, no tendremos lios en cortes ni juzgados… no ira tan lejos el asunto -aclaro Georgia-. Primero, porque nunca podriamos pagar si perdieramos el caso y, como Stallard Beauchamp tiene mucho dinero, sin contar la fortuna de la tia Hetty, puede contratar al mejor de los abogados, asi que tal vez de todos modos perderiamos. Yo…
– ?Stallard Beauchamp tiene mucho dinero? -interrumpio Farran-. ?Como lo sabes?
– Al parecer, todo lo saben… menos nosotros. De acuerdo con mi abogado, el es quien dirige a Deverill Group.
– ?Deverill Group? -gimio Farran, atonita-. ?Te refieres a los banqueros e industriales? ?A los…?
– Asi es. Es por eso que no puede necesitar la fortuna de la tia Hetty y, como tu ya lo conociste… -de pronto, dudo, como si, al llegar al punto culminante, buscara la manera mas sutil de exponer el resto de su idea.
Por lo que habia dicho hasta ahora, a Farran se le pusieron los pelos de punta. Sabia que no le agradaria la respuesta, pero de todos modos le hizo la pregunta.
– ?Que quieres que haga?
Georgia sonrio, como si no hubiera nada malo en el pedido que le haria.
– Quiero que vayas a ver a Stallard Beauchamp. Quiero que le senales que la tia Hetty era nuestra parienta y no la suya, y que le digas que, puesto que el no necesita el dinero y nosotros si, por favor se porte como un caballero y rompa el ultimo testamento de la tia Hetty para… que sea valido el anterior.
Farran tenia los ojos abiertos como platos cuando su hermanastra termino de hablar.
– No hablas en serio… ?verdad?
– Claro que si -replico Georgia.
Farran intento que desistiera de la idea a la manana siguiente, mientras desayunaban.
– ?Pero nunca lo has visto! -protesto. La noche anterior ya habia agotado todos sus argumentos-. No tienes idea de como es.
– Es un hombre, ?no? Tambien un soltero que, segun me dijeron mis abogados, no parece dispuesto a sentar cabeza, pero tiene aficion por las mujeres bonitas, segun los rumores.
– Entonces tu ve a verlo -sugirio Farran con rapidez-. Eres muy hermosa y…
– Mi belleza es artificial -Georgia tenia una respuesta para todo-. La tuya es natural -prosiguio-. Te ves bien sin maquillaje, mientras que yo… no me pueden ver hasta que haya pasado media hora sentada frente al espejo del tocador.
– Exageras -Farran estaba sombria, pues sentia que, al final, haria lo que Georgia pedia.
– Tu recibiras una tercera parte de la fortuna, si el esta de acuerdo en anular el ultimo testamento.
– ?Ja! -rezongo Farran sin el menor entusiasmo.
– No se como puedes portarte asi -Georgia ejercio aun mas presion sobre Farran-. Ya te conte mis planes para ampliar mi negocio. Y sabes que mi papa desea mucho un torno nuevo.
Farran recordo, incomoda, que ni Georgia ni su padre le echaron nunca en cara el haberle dado un hogar cuando su madre la abandono. Se le ocurrio que quiza podria devolverles el favor y pagarles su generosidad.
– ?Como puedo ir yo? -Georgia intento darle otra justificacion-. Linda y Christy siguen enfermas. Sabes que trabajo mucho en el salon. Si tu estuvieras trabajando o estuvieras ocupada…
– ?Que le digo? -Farran mordio de inmediato el anzuelo-. ?Como empiezo? ?Que?…
– Ya se te ocurrira algo -sonrio Georgia, y antes de que la otra pudiera cambiar de opinion, hurgo en su bolso-. Anote el numero de telefono de su oficina -le entrego a Farran un pedazo de papel-. Supongo que si lo llamas como a las nueve y media…
Farran no estuvo nada contenta despues de que Georgia se fue a trabajar. Al llegar las nueve y media se percato de que si no llamaba a las oficinas de Deverill Group, Georgia la llamaria para averiguar como le habia ido.
Farran se armo de valor y, aunque tenia la sensacion de que Georgia la forzo a hacerlo, llamo al numero de la oficina.
– Un momento, por favor -dijo la recepcionista de Deverill Group cuando Farran pidio hablar con el senor Beauchamp. En ese momento, la mente de Farran quedo vacia.
Cuando el tono de llamar termino se aferro al telefono y oyo la voz serena de una mujer.
– Diana King.
– Ah… -Farran no logro pensar en nada que emitir mas que ese sonido ridiculo.
– Soy la secretaria del senor Beauchamp -la voz serena intento obtener mas informacion que solo 'Ah'.
Un minuto despues, luego de decirle que no podia hablar con Stallard Beauchamp, la secretaria anoto el numero y nombre de Farran para que el senor Beauchamp le hablara cuando estuviera 'disponible'. Farran colgo el auricular. Una cosa estaba clara para la chica. Si Diana King estaba casada, entonces debio ser la senora King quien, siguiendo las ordenes de Stallard Beauchamp, se hizo cargo de todos los preparativos del funeral de la senorita Newbold.
?Que hombre tan descarado! ?Haberle ordenado a su secretaria hacer algo parecido! Quiza entonces ya sabia que seria el unico beneficiario en el testamento de la tia Hetty, pero, ?que derecho le daba eso para hacerse cargo de un funeral, en vez de que fuera la propia familia la encargada del asunto?
Segundos despues, Farran recobro su sentido de la justicia. Como ningun familiar de la tia Hetty estuvo a su lado en el ultimo ano, quiza el penso que, al no mostrar interes en ella cuando vivia, tampoco lo mostrarian ahora