tiempo la oportunidad de colocarle el brazo sobre sus hombros.

– No se todavia que voy a hacer manana -Fabia no acepto la invitacion. Le simpatizaba, pero sintio que su familiaridad requeria tacticas de rechazo.

Si el penso que ella le estaba mostrando luces de semaforo debio ver la luz verde, porque la apreto mas fuerte, la contemplo con un brillo amoroso en los ojos y la acerco mientras murmuraba seductoramente:

– Me gustas tanto, Fabia.

En cualquier otra circunstancia, ella se hubiera sentido preocupada, no todos los dias estaba en el extranjero con un hombre desconocido quien, despues de haberla invitado a almorzar estaba tratando de seducirla. Pero tampoco todos los dias, a plena luz del dia, se encontraba empapada mientras su enamorado esperaba alguna respuesta. Comprendio que el confiaba que haria algun comentario o algun gesto correspondiendole, pero lo unico que podia hacer, asi fuera imperdonable o no, era reirse y exclamar:

– ?Lubor! ?Estoy empapada!

De inmediato el se mostro preocupado y en unos segundos corrian hacia el auto. En el fondo, donde la entrada al hotel se juntaba con la carretera, Lubor se detuvo a observar el paisaje a su izquierda, y ella todavia alegre, miro hacia la derecha y su felicidad se desvanecio porque dirigiendose hacia ellos iba Ven conduciendo su Mercedes. Un Ven Gajdusek que habia reconocido no solo el Skoda sino a sus ocupantes tambien y ella entendio por la expresion en su rostro iracundo que no le habia dado gusto verlos.

'?Dios santo!', penso Fabia y trato de ignorar el atroz presentimiento de que no estaba furioso tanto con su secretario como con ella, pero antes que siguiera especulando Lubor, que no habia visto pasar a su jefe, se volvio para declarar:

– Te ves aun mas hermosa con el rostro lavado por la lluvia.

Un minuto antes ella hubiera emitido una carcajada por lo que consideraba un halago exagerado, pero habiendo visto a Gajdusek, ya no tenia el humor para reir.

– Gracias, Lubor -acepto en voz baja, recibiendo otra de sus enormes sonrisas antes de que atendiera el fluir de los otros autos.

En unos minutos llegaron a su hotel y cuando Fabia le agradecio el almuerzo y el le entrego su paquete, le dijo:

– Para mi tambien fue divertido -y no perdio tiempo en preguntar-: ?Te gustaria cenar y divertirnos juntos esta noche?

– Temo que no puedo -replico ella sonriendo apenada, ya que estaba segura de que el era bastante inofensivo-. Tengo un compromiso de negocios -admitio disculpandose y se pregunto si Lubor habria adivinado que el compromiso para esa noche era con su jefe. Hizo a un lado esa idea pensando que si hubiera sabido no la hubiera invitado a cenar con el.

Se despidieron y para cuando entro al hotel ya habia dejado de pensar en Lubor. Recordo de nuevo la expresion de ira en el rostro de Ven hacia un rato y mientras esperaba la llave de su habitacion empezo a preocuparse en serio.

Fabia subio a su dormitorio sin comprender el motivo de aquella ira. Por un momento angustiante se pregunto si, siendo el ingles su segundo idioma, no habria querido decir que la invitaba a almorzar en vez de a cenar. Eso explicaria su furia, cualquiera se hubiera sentido asi al verla salir con otro de un hotel a esa hora. Un momento despues, borraba esa teoria al recordar que Ven le habia avisado al despedirse que mandaria a Ivo a recogerla a las siete de la noche y no a la hora del almuerzo.

?Entonces a que venia tanto enfado?, se angustio y luego empezo a dudar si realmente iria a cenar con el o no esa noche. ?Seria posible que le hubiera avisado a Lubor que tenia un compromiso esa noche, simplemente porque no consideraba la cita con ella?

– Sera mejor que cenemos juntos manana -le habia dicho, de manera muy clara, ayer, y no iba a quedar mal, ?o si? Ya se sentia bastante mal de modo que no era momento para indagar si habia pasado por alto la cita del viernes.

Cuando ya no pudo tolerar mas su inquietud en caso de que Ven Gajdusek decidiera no cenar con ella, Fabia se despojo de la ropa mojada y fue a tomar una ducha.

Intranquila, y ya con el cabello seco, se puso una blusa y un pantalon y fue a mandar la tarjeta postal que habia escrito para sus padres.

– Dejuki -dijo gracias en checo al recepcionista que le vendio un timbre y le aseguro que alcanzaria abierto el correo ese mismo dia.

Pero eso no le tomo mas que unos minutos y regreso a su habitacion faltando varias horas para poder averiguar si Ven Gajdusek cumpliria con su cita. Sentia la conciencia sucia, ya que no podia argumentar que habia sido muy honesta al aceptar su invitacion de ir a cenar a su casa haciendose pasar por una periodista cuando que no lo era, pero Fabia empezo a revisar su guardarropa.

Al diez para las siete de la noche ya estaba lista. Faltando solo cinco minutos decidio que su larga cabellera dorada necesitaba otra cepillada y salto del vestidor como si le hubieran disparado cuando un minuto despues sono el telefono y el recepcionista le aviso que un chofer la estaba esperando.

– Gracias -respondio ella, demasiado emocionada para recordar el termino en checo.

Colgo el auricular y tomo un segundo para controlarse. Sentia que le temblaban las entranas, pero tenia motivos para ello. Para empezar, ya para entonces se habia convencido de que el podia olvidarse de mandar a Ivo y sin embargo alli estaba. Recordo, de pronto, que ella no tenia experiencia ni conocia las tecnicas de la entrevista profesional, de hecho ni siquiera sabia hacerlo como aficionada, e iba a tener que comportarse como si realizar entrevistas fuera parte de su naturaleza.

No aminoro su angustia, cuando salio de su habitacion, recordar la imagen del aristocratico Ven Gajdusek. 'Dios mio', penso con panico, mejor se concentraba en representar un buen papel ya que el no era ningun tonto.

No supo como logro sonreir a Ivo cuando lo encontro esperandola en el vestibulo. Pero lo hizo e incluso pudo saludarlo en checo:

– Dobryvecer.

Pero estuvo preocupada todo el camino mientras el auto zigzagueaba para salir del pueblo y enfilar hacia la casa de su anfitrion. La habia animado el hecho de que, quiza, gracias a sus buenos modales habia logrado disimular. Tendria que lograrlo tambien con el patron del chofer ya que estaba hecha un manojo de nervios. Ivo se estaciono frente a la casa y ella baso sus esperanzas en el hecho, muy importante, de que debido a que Vendelin Gajdusek nunca habia concedido una entrevista a ningun reportero, no se percataria de que ella no era una profesional.

– Dekuji mnohokrat -le agradecio a Ivo cuando la acompano a la puerta principal y luego saludo a la ama de llaves con una sonrisa cuando abrio la puerta-. Dobry vecer, Pani Novakova.

– Dobry vecer, Slecno Kingsdale -respondio el ama de llaves sonriendo a su vez, pero algo a su derecha hizo que Fabia se volviera todavia con la sonrisa en los labios y viera a Ven Gajdusek inmaculadamente vestido.

– Buenas noches, Fabia -saludo el viendo que el ama de llaves se iba y luego miro a la joven de pies a cabeza, revisando su cabello rubio, su cutis perfecto, su vestido color lima de fina lana y mangas largas que resaltaba su feminidad hasta en sus zapatos de medio tacon.

– Buenas noches, senor G… -empezo a decir, pero su mirada se detuvo-. Es decir, Ven -y vio como esbozaba una sonrisa con su boca devastadora, antes de colocar la mano en su hombro para guiarla a la sala.

Era una habitacion decorada con muy buen gusto, y acogedora. Con techos altos, muebles de calidad y una que otra antiguedad.

– Sientate donde gustes mientras te preparo algo de beber -la invito senalandole uno de los sofas que parecian el colmo de la comodidad-. ?Que te gustaria? -le pregunto acercandose a la mesita con las bebidas mientras ella descubria que la apariencia del sillon no mentia.

– Un gin an tonic, por favor -y cuando el se lo llevo y lo coloco en la mesita frente a ella, creyo necesario mencionar-: Le agradezco que haya tenido la amabilidad de recibirme.

– Con mucho gusto -murmuro el suavemente y desde ese momento hasta que la senora Novakova entro a avisarles que la cena estaba servida la entretuvo con conversacion superficial que no tenia nada que ver con el motivo por el cual ella habia aceptado la invitacion.

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