Siguiendo el hilo de la conversacion, Fabia comprendio que tratar de abrumarlo con docenas de preguntas, en tan acogedora habitacion, seria una imprudencia. De modo que guardo su cuestionario y en cambio empezo a revelarle cuanto la deleitaba la musica y que una de sus favoritas era el sexto movimiento de Janacek.

De hecho, Fabia se preguntaba como demonios habia surgido ese tema cuando pasaron a otra habitacion igualmente acogedora. No supo la razon, ni cuando entro el ama de llaves a servir el primer platillo. Pinena sardelova vejce, era una mezcla deliciosa de huevos con sardinas, y Fabia presto atencion a otras cosas.

– Esto esta delicioso -senalo a su anfitrion y cuando el la observo con afabilidad, sin mostrar la ira que lo habia embargado ese mediodia, decidio que debia hablar del asunto.

– Me alegro de haber almorzado algo ligero -declaro sonriendo.

– Almorzaste con mi secretario, ?verdad? -el la miro fijamente.

– Me lo encontre cuando paseaba -explico ella-. Fue muy amable al invitarme. Es una persona muy cordial - anadio ella.

– ?Te has mirado ultimamente en el espejo? -comento Ven con sequedad. Fabia sintio la mas agradable sensacion pensando que debia ser un halago, pero desaparecio, cuando comprendio la realidad queria decir que Lubor Ondrus seduciria a cualquier mujer que fuera mas o menos presentable.

– No trato de coquetear conmigo todo el tiempo -se defendio y deseo haberse callado-. Charlamos mucho - prosiguio-. Me recomendo ir a admirar el paisaje, pero empezo a llover y…

– ?Que mas te dijo? -por ese habito que se le habia olvidado a ella, Ven Gajdusek la interrumpio de nuevo.

Sorprendida por el tono, la joven lo miro atonita, pero de inmediato se percato de que el pensaba que ella habia interrogado a su secretario sobre el y se ruborizo.

– ?Nada! -exclamo la chica acalorada y relajada a la vez al comprender que esa habia sido la razon de su ira cuando los vio juntos-. ?Por Dios! -exclamo de nuevo irritada, ya que creia que sospechaba de ella-. ?Jamas me hubiera atrevido a interrogarlo acerca de usted!

– ?De veras? -le pregunto con frialdad mirandola a los ojos.

– Claro que no -replico y, aunque furiosa y sintiendose presa de su fija mirada hubiera dado cualquier cosa por averiguar que estaba el pensando.

No pudo insistir en el tema porque entro de nuevo el ama de llaves para llevarse los platos del entremes y mientras Ven intercambiaba con ella unas palabras, les sirvio el platillo principal.

Fabia probo un bocado de la chuleta de puerco rellena de hongos y, en un intento de recobrar el equilibrio inicial, le pregunto:

– ?Como se llama este platillo?

– Me imagine que lo querias saber por eso se lo pregunte a Edita -replico el-. Me temo que no es mas que un simple 'veprove rizky plnene zampiony'

Sencillo o no, Fabia reconocio que le llevaria mas de una semana aprender el nombre, pero, sin parpadear, lo miro.

– ?Y el vino? -volvio a preguntar, esa vez respecto a la bebida transparente y fria que acompanaba al platillo.

– Rulander, un producto de Moravia -le informo el y pregunto-. ?Te gusta?

– Mucho -aseguro, pero de todas maneras ella todavia estaba alterada porque el creia que era capaz de interrogar a su secretario a espaldas suyas y se lo hizo saber unos segundos despues, al estallar diciendo-: La unica vez que mencionamos su nombre fue cuando yo senale que habia venido a Checoslovaquia a entrevistarlo a usted.

– No se si deberia sentirme halagado o no -bromeo su anfitrion y Fabia decidio en ese momento que odiaba a los hombres con genio sofisticado, ?estaba diciendole que en verdad era un halago o que se sentia enfadado de que solo lo hubieran mencionado una vez durante el almuerzo?

– De todas maneras -prosiguio ella, sin darse tiempo para pensarlo-. Lubor Ondrus, parecio muy sorprendido cuando le revele que usted me habia concedido una entrevista. Luego, de pronto, cambio de actitud y me dijo que la entrevista con usted estaba registrada en el diario de su escritorio, pero que la habian pasado por alto -se sintio mejor cuando termino de decirselo. Sin embargo el hombre de ojos negros, frente a ella, tenia una expresion inescrutable y de nuevo Fabia deseo poder adivinar sus pensamientos.

– Lubor Ondrus es un secretario de primera -fue su unico comentario. Y luego haciendola estremecer, anadio-: Y estoy seguro de que tu, Fabia, eres una reportera de primera -santo cielo, penso la chica y sospecho que habia llegado el momento de iniciar su interrogatorio-. ?Hace mucho que te dedicas al periodismo?

'Ayudame Dios, por favor', penso deseando con toda su alma no haberle revelado que tenia veintidos anos.

– Si, desde que deje la escuela -expreso y sintio que se acaloraba temiendo que el le pidiera con detalle su experiencia en el mundo del periodismo.

– ?Utilizas taquigrafia!

– La mia propia -?no deberia ella haber hecho esa pregunta? Estaba lista para iniciar su trabajo e hizo una pausa para sonreir y descubrio que el volvio a adelantarse.

– ?Escribes a maquina, me imagino? -pregunto Ven y Fabia sintio que el panico hacia presa a su estomago. Si el le ofrecia una de sus maquinas de escribir, estaba arruinada.

– Claro -logro afirmar, pero anadio al instante-: De todas maneras prefiero escribir mi trabajo primero a mano. Fabia todavia se estaba preguntando si debia agregar algo mas al respecto, cuando el cambio el tema tomandola por sorpresa.

– ?Eres casada?

– No -contesto con rapidez y de inmediato comprendio su error.

Se suponia que ella era Cara y su hermana era casada, debio haber contestado que si. Demasiado tarde, penso comprendiendo que Cara la mataria si arruinaba el trabajo. Y pensandolo bien, su hermana todavia utilizaba su nombre de soltera en la profesion, no creia que ese error importaria tanto, trato de olvidarlo y, aunque estaba en su cuestionario, le pregunto sin pensar en la lista, y por voluntad propia:

– ?Y usted es casado?

– Nunca he tenido la tentacion -expreso el, y mientras Fabia reconocia que eso podia apenar a muchas mujeres, el pregunto-:

– ?Novios?

– Ninguno en especial.

– Esa debe ser la razon por la que puedes venir sola a Checoslovaquia en vacaciones de trabajo -reconocio el con encanto. Y mientras ella quedaba de pronto hipnotizada por esa renovada actitud, el pregunto-: Le mencionaste a mi secretario que te gustaria conocer algunas partes de mi pais, ?tienes en mente algun sitio en particular?

– Bueno, Praga, claro esta -respondio ella, descubriendo que no lo odiaba a el ni a su sofisticacion, al contrario, te fascinaban-. Y pense en manejar hasta Karlovy Vary para… -se detuvo. ?Como habia podido olvidar algo tan importante?-. ?Mi auto! -exclamo.

Sin embargo en ese momento entro el ama de llaves a la habitacion y suspendieron la conversacion mientras la senora Novakova cambiaba los platos; por otros limpios. Fabia noto que Ven le dirigio unas palabras amables a la trabajadora mujer antes que ella saliera sonriendo de la habitacion.

Con la intencion de no volver a olvidar su auto, Fabia sumergio la cucharita en el postre, lo probo, y descubrio que era una tarta soberbia de ciruela, diferente a la que ella conocia.

– ?Que…? -empezo a decir y tuvo que reir cuando, sin esperar a que terminara la pregunta, Ven le dijo el nombre del platillo.

– Svestkovy kolac na plech -y ella hubiera jurado que cuando fijo la vista en su boca sonriente, el esbozo tambien una sonrisa. Fabia bajo la vista, tomo un par de cucharadas del postre, y recordo:

– Queria preguntar acerca de mi auto. Yo…

– Ah, si, tu auto -la interrumpio -llame por telefono al taller en tu nombre esta manana -le informo e hizo una pausa y esa vez, ella lo interrumpio:

– ?Y…?

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