hecho, de haberlo sabido, habia estado sentada junto a el en su auto, camino a Marianske Lazne. De pronto casi le da un ataque al corazon.

– ?Crei que usted dijo que se llamaba Fabia?

– Asi es -replico ella, sin saber que responder-. Asi me llaman en mi casa -se disculpo-. Y tambien mis amigos.

– ?Debo agradecerle que ayer me considerara uno de sus amigos? -le pregunto el con tono seco, y por un momento ella creyo notar algo del encanto conocido en su rostro.

– Ayer usted fue un muy buen samaritano -ella sonrio, y tomo la oportunidad, ya que parecia mas amigable, para preguntar-. ?Cree usted que seria conveniente que lo entrevistara ahora, senor Gajdusek?

Durante un momento el la contemplo desde su superior altura. Luego, mientras ella trataba con desesperacion de recordar la cuarta parte de las preguntas que debia hacerle, el respondio:

– No, no seria conveniente -y mientras sus esperanzas se le fueron a los pies, anadio-. Ahora quiero llevar a Azor a pasear.

– ?Oh! -murmuro Fabia sintiendose abrumada. Sin embargo tenia bastantes energias como para acompanarlos en el paseo. De nuevo, no tenia la confianza para mencionarselo, porque ya sabia quien era su heroe del dia anterior. De modo que, colocandose la bolsa en su hombro, con algo de orgullo que por un instante le hizo perder de vista, penso lo importante que era atraparlo para una entrevista y se dirigio hacia la puerta. Sin embargo su voz la detuvo antes de llegar.

– ?Quiere caminar conmigo? -una enorme sonrisa ilumino el rostro de Fabia, incluso sus ojos.

– ?Podria? -acepto ansiosa.

El miro sus labios bien formados, luego sus ojos y mantuvo la mirada antes de parpadear y observar que llevaba zapatos para caminar, Fabia opino que el los aprobaba, pero de todas maneras le advirtio con algo de severidad:

– No pienso regresarme en cinco minutos.

– ?Que bueno! -exclamo ella de inmediato-. Algunos de los perros en mi casa, digo, en casa de mis padres, cuando voy de visita -corrigio de prisa-, tienen que caminar millas.

Vendelin Gajdusek la miro de nuevo, dejandola intrigada, ?la aprobaba o no?, y deteniendose solo a recoger la correa, se dirigio a la cocina.

Como Fabia habia sospechado, no le costo trabajo encontrar a Azor. De hecho, parecia que el dobermann tenia un sentido del oido tan agudo que, incluso con la puerta cerrada, podia escuchar el ruido de su correa en la mano de su amo. Porque, tan pronto el hombre abrio la puerta de la cocina, ya estaba parado esperandolo ansiosamente.

Abandonaron la mansion por el mismo camino por donde ella habia entrado y no estaban lejos cuando el se detuvo a intercambiar unas palabras con un trabajador que estaba haciendo reparaciones en una construccion anexa.

Fabia decidio continuar caminando para cuidar a Azor quien, aun suelto, brincaba alrededor husmeandolo todo.

– Ese era Ivo, el esposo de mi ama de llaves -le explico Vendelin Gajdusek alcanzandola y ella apresuro el paso para ir a su lado.

– Ah, el senor Novakova -pronuncio Fabia pensando que el nombre le daba risa.

Sospechaba que a Vendelin le pasaba lo mismo y cuando lo miro de reojo, noto que estaba esbozando una sonrisa. ?Descubrio que no reia del nombre del trabajador sino que se estaba riendo de ella!

– Senor Novak -la corrigio, y anadio-. En la mayoria de los nombres checos, 'ova' se anade al final del apellido que el hombre dara a su esposa, al casarse.

– No se me olvidara -comento Fabia contenta al mirarlo sonreir.

Despues de eso el paseo progreso de manera esplendida para ella. Disfruto caminar, el aire fresco y cada paso que dio por los senderos viejos bordeados de arboles.

Sin embargo, una milla mas adelante, las ideas bailaban en su cabeza. No podia dejar de pensar, que era conocida por ir a comprar la leche a la esquina de su casa, en coche, alla ya se hubiera dado por vencida. Quizas era mejor que estuviera ella ahi en lugar de su hermana, pensaba, y luego comprendio que era ridiculo. Aparte del hecho de que Cara sabria desarrollar la entrevista como una profesional, jamas hubiera usado zapatos bajos, para empezar. De modo que no hubiera podido caminar cinco millas por terreno a menudo escabroso.

De lo que si se percato en ese momento fue de que, como supuestamente ella era la periodista, no lo estaba haciendo muy bien. Ya le habia resultado dificil convencer a su acompanante, durante la caminata, de que le concediera la entrevista y, por lo visto, podia seguir teniendo dificultades en ese aspecto. ?Entonces por que, por amor de Dios, estaba dejando escapar esa oportunidad mandada del cielo sin preguntar algunas cuestiones pertinentes?

– ?Saca usted a pasear a Azor todos los dias, senor Gajdusek?-pregunto con inocencia.

– Es obvio que a usted le fascina caminar -replico el y la contemplo, notando sus mejillas sonrosadas en su cutis de porcelana. Un segundo despues sus miradas se encontraron y Fabia sintio confusion olvidando que el no le habia respondido.

– Yo creci en el campo -murmuro ella, sin saber por que le estaba diciendo eso ya que no tenia que ver con el tema. Cara tambien habia crecido en el campo y no caminaria ni diez pasos cuando podia evitarlo.

– ?En que parte de Inglaterra? -pregunto el.

– Gloucestershire -no dudo al decirselo y comprendio entonces que habia olvidado su meta, la entrevista.

– Digame senor Gajdusek -empezo a decir Fabia cuando salian del bosque a un claro asoleado-, ?suele…?

– Es un dia demasiado encantador para que usted insista en llamarme senor Gajdusek -la interrumpio con facilidad.

Ella contuvo el aliento y lo miro asombrada, y su corazon se estremecio, emocionado, al notar que sus ojos negros, muy negros y alegres, volvian a mirarla.

– ?Me esta sugiriendo que lo llame Vendelin? -se atrevio ella a preguntar con incredulidad.

– Mis amigos me llaman Ven -le advirtio el y anadio con solemnidad-, Fabia -ella noto su atractiva sonrisa y la respondio.

Entonces sintio que su mundo se enderezaba y que volvia a ser feliz. El hombre que habia buscado tanto acababa de pedirle que lo llamara Ven, incluso, aunque en broma, habia sugerido que fueran amigos. Parecia que acababan de desaparecer todas sus preocupaciones y sus dudas.

Pronto se percato de que su euforia no podia durar. Para empezar, estaba alli para hacer el trabajo de su hermana y ademas todavia estaba preocupada por Barney. ?Y su coche!, ?como habia podido olvidar lo de su auto?

Interrumpio la corriente de sus pensamientos al descubrir que Vendelin todavia la estaba observando, como si hubiera disfrutado del sonido de su risa. Ella miro en otra direccion, sintiendose de pronto insegura, como si todo estuviese fuera de su control.

En ese momento comprendio que Vendelin Gajdusek era de tomarse en cuenta y que ella se habia impuesto severas obligaciones. Unos segundos despues decidio que el no tenia nada que ver con sus peculiares pensamientos y emociones. Por amor de Dios, habia estado bajo bastante tension ultimamente, de modo que, ?que era mas natural, habiendo ya conocido al hombre a quien tanto trabajo le costo encontrar y estar paseando en un dia tan hermoso y asoleado con el, que relajarse un poco?

– Senor Gajdusek…-decidio hacer otra de las preguntas para la entrevista, aunque cometio el error de mirarlo y callo al ver que levantaba una ceja-. Digo… Ven… -tartamudeo.

– Dime Fabia -la interrumpio-, ?hay mas en casa como tu?

– ?Perdon? -dijo ella sin comprender que le estaba preguntando.

– Tienes veintidos, creo que dijiste -le recordo cuando ella hubiera preferido que lo olvidara, deseando con todo su corazon que no la obligara a darle tanta informacion. Fabia no queria que pensara que por su edad no podia ser una periodista de experiencia. Pero su comentario se referia a otra cosa, por lo visto-. ?Eres hija unica?

– Tengo una hermana mayor -ella estaba contenta de que dejaran el tema de su edad y le respondio con sinceridad, aunque luego anadio-, pero por lo pronto esta en Norteamerica -se apresuro a cambiar el tema, pero el le gano.

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