– ?Por ningun motivo! -exclamo ella y con cierto orgullo, tuvo que anadir-: ?Jamas me entrometeria en el trabajo que hace para usted!

– Me alegro -senalo con tono cortante-. Y como de todas maneras estara de viaje un par de dias, no tendras oportunidad de hacerlo.

'?Malvado!', penso ella y le hubiera gustado darle una patada. Miro al otro lado, lejos de su rostro refinado y arrogante, por la ventana. Lo mando al infierno y decidio no volver a hablar con el. No habia hecho mas que iniciar una cordial conversacion. A ella no le importaba un comino que Lubor jamas volviera a acercarse. Aunque, pensandolo bien, el ya habia estado fuera por unos dias la semana anterior, cuando ella llego, y por lo tanto debia tener muchos dias de asueto.

Decidida a no mirar al salvaje hombre frente a ella, Fabia estaba a punto de decidir que no volveria a pedirle nada en el futuro, ni siquiera que la llevara de regreso a Marianske Lazne, tomaria mejor un taxi, cuando se arrepintio. ?Demonios si fuera por ella no volveria a hablar con el, pero tenia que pensar en Cara.

Enfadada volvio a mirarlo. El la observaba en silencio. 'Maldito', se dijo mientas su orgullo luchaba contra el amor por su hermana.

Y triunfo el amor por Cara, como ya lo sabia. De todas maneras el orgullo no le permitia inclinarse ante nadie, de modo que le pregunto con el tono mas helado posible y con una expresion altanera:

– ?Esta usted dispuesto a concederme una entrevista, o no?

?Valgame Dios!, y ella pensaba que el se habia mostrado arrogante. Nunca habia visto un hombre a alguien con tanto desprecio. Ella entendio en ese momento, mientras la contemplaba con un gesto helado que iba a recibir un rotundo, no.

De pronto, cuando Fabia estaba pensando en pedir un taxi, vio, lo hubiera podido jurar, que Ven realizo un minusculo movimiento con su boca. ?El animal se habia estado divirtiendo con ella! ?Aunque hubiera estado tratando de negarlo, se le notaba el buen sentido del humor!

Sin embargo, no termino de sonreir, pero tampoco expreso la negativa de la que Fabia habia estado tan segura. Ven inclino la cabeza hacia ella y, manteniendo le rostro serio, arrastro las palabras:

– Si que sabes como conquistar a un hombre.

Ella tuvo que sonreir a pesar de que el se mantuvo serio.

– Disculpe -murmuro y se sintio mejor cuando lo vio, tambien, sonreir. Habia modos de pedir las cosas y el de ella no habia sido el mas atractivo.

– Te perdono -anuncio Ven.

– ?Y la entrevista? -pregunto ella con tono amable.

– ?Hmm! -murmuro y con expresion cordial lo penso un momento, luego le revelo-: Despues de dos anos sin vacaciones, ni tiempo libre, la semana pasada termine lo que considero uno de mis mayores logros -y mientras ella lo escuchaba sorprendida ante la importancia de esa declaracion para el mundo literario, el prosiguio-. Fue con gran alivio que lleve personalmente, mi obra a los editores en Praga y, una vez terminado, decidi que aparte de mi correspondencia cotidiana, me tomaria un mes de vacaciones o mas para despejar mi mente de todo lo relativo a mi trabajo. Sin embargo, ahora -la miro de forma amigable-, usted, senorita Kingsdale, con sus modales altaneros -?mis modales altaneros?, se pregunto Fabia en silencio-, desea que cancele mis planes y le permita hacerme un interminable cuestionario sobre mi trabajo.

Ella tenia sus grandes ojos fijos en su rostro, y deseaba poder irse y dejarlo en paz ya que habia trabajado tanto tiempo y con tanta intensidad. Pero estaba de por medio su conciencia, el amor a la familia, la vida, de modo que no era tan sencillo como eso.

– ?Me estas diciendo que no me vas a conceder la entrevista?

– Digamos que siendo por ti, y tus poderosos ojos verdes -agrego con una sinceridad que la estremecio-, voy a pensarlo.

– Usted si que sabe como conquistar a una chica -le dijo ella haciendolo reir a carcajadas; y con el corazon danzando de alegria ella acepto que, por el momento, se olvidaria de la lista de preguntas que tenia anotadas.

Quiza, seria la promesa de que iba a pensarlo, lo que le daba aun esperanzas. De todas maneras, la chica pudo dejar a un lado sus preocupaciones y cuando Ven le sugirio dar un paseo alrededor de Karlovy Vary, se entrego a la idea de todo corazon.

Habia dejado de llover, y caminar con el escritor, cuyo conocimiento del area parecia interminable, era una experiencia tan maravillosa que no le hubiera importado que los cielos se abrieran.

– ?Aquello es humo? -pregunto intrigada, deteniendose en el puente para observar mejor, aunque no distinguia ninguna forma de fuego. El de inmediato le aclaro que no era humo, sino el vapor del arroyo caliente que recorria todo el pueblo.

Ven le comento que Karlovy Vary recibia su nombre de Carlos IV, quien en el siglo XIV habia descubierto el manantial de aguas hirvientes por medio de uno de sus perros de caceria.

– ?Hirvientes? -pregunto ella, y supo tambien que las temperaturas excedian los setenta grados centigrados.

Ven le explico despues, cuando pasaban frente a una tienda de vinos, que habia una bebida local, y ella decidio llevar una botella a su padre.

– Se llama Becherovka, es fabricado con el agua de aqui y varias hierbas.

– ?Es sabroso?

– Depende del gusto -respondio el-. Con hielo, sabe bastante bien.

– Entonces voy a comprar.

Ella entro a la tienda y salio con una botella de Becherovka, una de licor de ciruelas Slivovitz y una caja de galletas llamadas Oplatky que eran tradicionales del area.

Un poco despues, empezo de nuevo a llover y Ven declaro que no pararia el resto del dia.

– Mejor regresamos al auto -decidio el, y sin esperar respuesta la tomo del brazo y la guio de regreso al Mercedes.

A ella le hubiera gustado quedarse mas tiempo, pero comprendio que no debia abusar de su amabilidad. Se hubiera empapado de haberse quedado mas y Ven tenia razon al decir que hubiera sido insensato pasear con tanta lluvia. El problema era que Fabia no queria ser sensata. No entendia cual era el motivo, pero no sentia tener mucha cordura.

Fabia trato de eliminar esa idea cuando se alejaron de Karlovy Vary concentrandose en todo lo que habia visto, las aguas termales, las calles empedradas, el jazmin de invierno, la impresionante columnata Mlynska Colonnade, pero de pronto una pregunta surgio de su cabeza, ?se sentia atraida por Ven?

Alarmada por ese pensamiento, fijo la vista al frente. No habia manera de negar que el era sumamente atractivo, pero, por Dios, ella conocia montones de hombres guapos. Bueno, cuando menos uno o dos, corrigio.

Un segundo despues Fabia se preguntaba que demonios estaba pensando. A pesar de que le dolia no conocer Praga, empezaba a pensar que era hora de regresar a Inglaterra.

Todavia tenia que esperar a que compusieran su auto, y confiar en que le concedieran la entrevista, pero… Sus pensamientos dieron un giro cuando, avergonzada, escucho grunir las tripas de su estomago. Solia dejar de comer, a veces, y nunca las habia oido protestar, de modo que parecia que su estomago habia decidido pedir alimentos.

– ?Perdon! -Ven se disculpo-. Olvide que hora era -anadio y cuando Fabia, miro su reloj y vio que era increible, pero ya casi eran las tres de la tarde, decidio que cuando el trabajaba se olvidaba de comer. Como apenas acababa de terminar la obra que le habia tomado dos anos todavia no habia recuperado el habito de almorzar a sus horas.

– Perdon -musito ella, olvido pronto su verguenza y, sabiendo que el conducia el vehiculo sobre terreno montanoso y que estaban cerca de Marianske Lazne, tuvo que decirle con satisfaccion-. Ha sido una manana deliciosa. Deliciosa -repitio al recordar que habian pasado tres horas de la tarde-. Gracias…

– Me gusta la palabra, 'deliciosa' -y se volvio para mirarla antes de anadio-: Te queda bien -y ella se hincho de alegria. Unos segundos despues el regreso por el otro lado de la carretera donde habia un mirador, cerca de una enorme roca. Freno el auto y dijo con encanto devastador-: No puedo dejar que regreses al hotel con el estomago vacio.

– Oh, pero…

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