El la estudio un momento, en silencio, antes de guardar el reloj en el bolsillo.

– Nunca habia conocido a nadie como tu.

– Pues entonces debes mezclarte con gente muy dudosa -rio ella-. Bueno, en fin, la verdad es que tambien yo queria hablar contigo.

– ?Que ocurre?

– Pues… -Phinn no sabia como empezar la conversacion. No era facil decirle que aquella Hawkins no estaba interesada en Ash Allardyce… ni en ningun otro Allardyce porque tenia otros pretendientes-. ?Vas a estar aqui manana?

– ?Me estas pidiendo una cita?

Phinn levanto los ojos al cielo para disimular su nerviosismo.

– Ya te gustaria. No, no te estoy pidiendo una cita. Kit, el veterinario, me ha preguntado si quiero cenar con el manana.

– ?El veterinario ha estado aqui?

– Varias veces. Ruby no se encuentra bien.

– ?Pero ahora esta mejor?

– Todo lo bien que puede estar, la pobre. Y si vas a estar en casa este fin de semana, habia pensado que podria salir un rato manana.

Ty la miraba como si la conversacion no le gustase nada.

– Mi querida senorita Hawkins, ?como puede haberlo olvidado?

Ella lo miro, desconcertada.

– ?Olvidar que?

– Que no puedes salir con el.

– ?Por que no?

– ?Como vas a salir con el cuando, supuestamente, estas conmigo?

Phinn lo miro, perpleja. Pero entonces recordo que Ty no queria que su hermano supiera la verdadera razon de su estancia en Broadlands Hall.

– Ah, claro, de modo que soy tu novia…

– Tu lo has dicho -de repente, con un brillo travieso en los ojos, Ty la tomo entre sus brazos. Y luego, sin la menor prisa, inclino la cabeza para buscar sus labios. Y, mientras su corazon latia freneticamente, Phinn se dio cuenta de que no queria separarse nunca de el.

Una discreta tosecilla en la puerta del establo hizo que se apartaran, pero Ty no la solto mientras se volvian para mirar a Ash.

– Lamento interrumpir -les dijo, aunque no parecia lamentarlo en absoluto-. Ha llamado el veterinario para preguntar si podias salir con el esta noche.

– Ah, gracias -Phinn carraspeo, nerviosa.

– Le he dicho que le devolverias la llamada en cinco minutos.

– Muy bien -murmuro ella-. Voy a llamarlo ahora mismo.

– Ire contigo -se ofrecio Ty.

Mientras Ash se alejaba, silbando la cancion Love Is in The Air, Phinn rezo para que su hermano no entendiese la broma.

Estaban en el pasillo, a un metro del telefono, cuando el la tomo del brazo.

– Llama desde aqui y dile que no puedes salir.

– ?Quien eres tu para decirme con quien tengo que salir? -exclamo ella.

Ty se negaba a soltar su brazo y el asunto quedo solucionado cuando sono el telefono. Pero fue el quien contesto.

– Digame… si, Phinn esta aqui -lo oyo decir antes de que le pasara el telefono-. Diselo.

Ella lo fulmino con la mirada mientras tomaba el auricular.

– ?Si?

– Espero que no te importe que vuelva a llamar -dijo Kit-. ?Has pensado en la cena?

Phinn se sentia incomoda con Ty a su lado y se giro un poco, tapando el auricular con la mano.

– Veras, Kit, me temo que no voy a poder…

– Bueno, quiza en otra ocasion entonces -respondio el veterinario, sin poder disimular su decepcion.

– Es que tu invitacion me pillo por sorpresa. Lo cierto es que he empezado a salir con alguien y…

– Ah, ya veo. Lo siento, no lo sabia. Pero en fin… si lo vuestro no saliera bien, llamame.

– Si, claro -dijo ella, sintiendose fatal mientras colgaba-. ?Satisfecho?

– No te enfades conmigo, Phinnie. Ese hombre no significa nada para ti.

– ?Y tu como lo sabes? Podria ser que Kit y yo estuvieramos hechos el uno para el otro.

Ty sacudio la cabeza.

– Te he besado y tu me has devuelto el beso. No me lo habrias devuelto si estuvieras enamorada de ese veterinario.

Phinn se puso colorada hasta la raiz del pelo.

– ?Como sabes tanto sobre las mujeres? -le espeto, sin saber que decir-. No, dejalo, no me lo cuentes. No quiero saberlo.

Y, despues de decir eso, se dio la vuelta para salir del establo.

Pero la verdad era que Ty tenia razon. No le hubiera devuelto un beso a Kit porque no sentia nada por el. Mas aun, estando enamorada de Ty Allardyce, la idea de estar en los brazos de otro hombre le resultaba intolerable.

?Por que habia tenido que enamorarse precisamente de el? Era absurdo. Un hombre como Tyrell Allardyce, millonario y sofisticado, no se enamoraria nunca de una chica de pueblo como ella.

Phinn volvio al establo para charlar con Ruby, sin saber que hacer con esos recien descubiertos sentimientos. Y habia otro problema aun mas grave: ?como iba a esconderselo a Ty durante el resto de su estancia en Broadlands Hall?

CAPITULO 6

EL SABADO amanecio lluvioso, pero Phinn no podia permanecer en la cama ni un segundo mas. Se habia pasado practicamente toda la noche en blanco hasta que, por fin, se quedo dormida al amanecer. Pero cuando desperto sabia que sus sentimientos por Ty no eran cosa de su imaginacion. Y aunque se encargaria de esconderselo, le daba una gran alegria saber que el estaba alli, en casa.

No queria pensar en como serian las cosas cuando volviera a Londres, pero decidio que por el momento se limitaria a disfrutar sabiendo que estaban bajo el mismo techo.

Despues de ducharse y vestirse, con el pelo sujeto en una coleta, bajo al establo para saludar a Ruby. Y mientras charlaba con su yegua se dio cuenta de que habia empezado a enamorarse de Ty cuando le ofrecio su casa. Un sexto sentido parecia haber estado advirtiendole entonces que aquello iba a costarle caro.

Pero ya era demasiado tarde para hacer nada. Se habia enamorado de el y ese amor estaba alli para quedarse.

Cuando volvio a la casa, Ty y Ash estaban desayunando y Phinn subio corriendo a su habitacion para asearse un poco.

– Habiamos pensado a dar una vuelta por la finca cuando deje de llover. ?Quieres venir con nosotros? -le pregunto Ash.

En circunstancias normales nada le habria gustado mas, pero Phinn penso que quiza los dos hermanos querian estar solos para charlar un rato.

– No, yo tengo una cita con… -traviesa, miro a Ty con gesto de desafio- una pala y una carretilla. Tengo que limpiar el establo.

– Ah, si prefieres limpiar el establo antes que pasar la manana en fascinante compania…

Phinn sonrio, contenta al ver a Ash tan animado. Con un poco de suerte, pronto recuperaria los diez kilos que habia perdido.

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