carcel.

– No se llama Jim. Es James…

– Se lo preguntare una vez mas, senorita Johnson, y despues pedire a la sala que le exija una respuesta…

Yo ya estaba de pie.

– Protesto. Esta acorralando a la testigo.

– Denegada. Conteste a la pregunta.

– Algo habia oido -dijo Chamique, y su tono era sumiso. Flair solto un suspiro dramatico.

– Si o no, senorita Johnson, ?sabia que Jim Broodway esta cumpliendo condena en una penitenciaria del estado?

– Si.

– Ya esta. No ha sido tan dificil.

Yo otra vez.

– Senoria…

– Ahorrese el espectaculo, senor Hickory. Continue.

Flair Hickory volvio a su silla.

– ?Ha mantenido relaciones sexuales con Jim Broodway?

– Se llama James -insistio Chamique.

– Llamemosle «senor Broodway» para acabar con esta discusion. ?Ha tenido relaciones sexuales con el senor Broodway?

No podia dejarlo pasar.

– Protesto. La vida sexual de la testigo es irrelevante para el caso. En esto la ley es clara.

El juez Pierce miro a Flair.

– ?Senor Hickory?

– No pretendo empanar la reputacion de la senorita Johnson o inferir que fuera una mujer de moral dudosa -dijo Flair-. La fiscalia ya ha establecido claramente que la senorita Johnson ha trabajado de prostituta y ha participado en varias actividades sexuales con una amplia variedad de hombres.

?Cuando aprendere a tener la boca cerrada?

– El punto que intento establecer es diferente y no sera ninguna verguenza para la acusacion. Ya ha admitido haber mantenido relaciones sexuales con hombres. El que el senor Broodway fuera uno de ellos no representa ni mucho menos grabarle una letra escarlata en el pecho.

– Es perjudicial -contrarreste.

Flair me miro como si acabara de caerme de un caballo.

– Ya le he explicado por que no lo es. Pero la verdad es que Chamique Johnson ha acusado a dos jovenes de un delito muy grave. Ha testificado que un hombre llamado Jim la violo. Lo que estoy preguntando, pura y simplemente, es esto: ?alguna vez ha mantenido relaciones sexuales con el senor Jim Broodway, o James, si lo prefiere, que esta cumpliendo condena en la penitenciaria del estado por delitos sexuales?

Ahora entendia adonde queria ir a parar. Y no me gustaba.

– Lo permitire -dijo el juez.

Volvi a sentarme.

– Senorita Johnson, ?alguna vez ha mantenido relaciones sexuales con el senor Broodway?

Le resbalo una lagrima por la mejilla.

– Si.

– ?Mas de una vez?

– Si.

Parecia que Flair quisiera intentar especificar mas, pero fue lo bastante listo para parar. Cambio un poco de direccion.

– ?Alguna vez estuvo colocada o ebria mientras mantenia relaciones sexuales con el senor Broodway?

– Podria ser.

– ?Si o no?

La voz de Flair era amable pero firme. Tambien desprendia una pizca de indignacion.

– Si.

Ahora lloraba mas. Me levante.

– Un descanso, senoria.

Flair dejo caer el martillo antes de que el juez pudiera responder.

– ?Alguna vez hubo otro hombre implicado en sus relaciones sexuales con Jim Broodway? La sala estallo en exclamaciones.

– ?Senoria! -grite.

– ?Orden! -El juez uso la maza-. ?Orden!

La sala volvio a quedar en silencio rapidamente. El juez Pierce me miro.

– Se lo dificil que es escuchar esto, pero permitire la pregunta. -Se dirigio a Chamique-. Por favor, responda.

La estenografa de la sala repitio la pregunta. Chamique se quedo quieta mientras las lagrimas resbalaban por su cara. Cuando la estenografa termino, Chamique dijo:

– No.

– El senor Broodway testificara que…

– ?Dejo que un amigo suyo mirara! -grito Chamique-. Nada mas. ?Nunca permiti que me tocara! ?Me ha oido? ?Nunca!

El silencio era total en la sala. Intente mantener la cabeza alta, intente no cerrar los ojos.

– Asi que -dijo Flair Hickory-, tuvo relaciones sexuales con un hombre llamado Jim…

– ?James! ?Se llama James!

– …y habia otro hombre en la habitacion y sin embargo, ?no sabe de donde salieron los nombres de Jim y Cal?

– No conozco a ningun Cal. Y se llama James.

Flair Hickory se acerco mas a ella. Ahora su cara expresaba preocupacion, como si quisiera tocarla.

– ?Esta usted segura de que no se lo ha imaginado, senorita Johnson?

Su voz parecia la de uno de esos medicos que salen en la tele.

Ella se seco las lagrimas.

– Si, senor Hickory, estoy segura. Absolutamente segura.

Pero Flair no se amilano.

– No estoy diciendo que mienta -siguio, y yo me mordi la lengua para no protestar-, pero ?no existe la posibilidad de que tal vez tomara demasiado ponche, y no es culpa suya, por supuesto, ya que no sabia que contuviera alcohol, y participara en un acto consentido y despues recordara algo de otra epoca? ?No explicaria esto que insista en decir que los hombres que la violaron se llamaban Jim y Cal?

Estaba de pie para decir que eso eran dos preguntas, pero Flair sabia perfectamente lo que hacia.

– Lo retiro -dijo Flair Hickory, como si aquel asunto fuera muy triste para todas las partes implicadas-. No tengo mas preguntas.

Capitulo 13

Mientras esperaba a Sylvia Potter, Lucy busco en Google el nombre que aparecia en el diario de visitas de Ira: Manolo Santiago. Habia muchas entradas, pero ninguna le sirvio de nada. No era periodista, o al menos no aparecio ninguna entrada en este sentido. ?Quien era, entonces? ?Y por que habia visitado a su padre? Podia preguntarselo a Ira, por supuesto. Si es que su padre se acordaba.

Pasaron dos horas. Despues tres y cuatro. Lucy llamo a la habitacion de Sylvia. No hubo respuesta. Intento mandarle un correo otra vez a la BlackBerry. No obtuvo respuesta.

Aquello no pintaba bien.

?Como podia conocer Sylvia Potter su pasado?

Lucy busco en el directorio de la escuela. Sylvia Potter vivia en Stone House, en el campus. Decidio acercarse caminando a ver si se enteraba de algo.

En el campus de una universidad reina una magia evidente. No hay entidad mas protegida, mas resguardada, y aunque fuera facil quejarse de esto, era como debia ser. Algunas cosas crecen mejor en el vacio. Es un lugar donde sentirse a salvo cuando eres joven, pero cuando te haces mayor, como ella y Lonnie, se convierte en un lugar donde esconderse.

Stone House habia sido la casa de la fraternidad Psi U. Hacia dos anos, la universidad se deshizo de las fraternidades, calificandolas de antiintelectuales. Lucy estaba de acuerdo en que las fraternidades tenian muchas cualidades y connotaciones negativas, pero la idea de proscribirlas le parecio demasiado fuerte y demasiado fascista para su gusto. Habia un caso abierto en una universidad cercana en la que estaba implicada una fraternidad en una violacion. Pero si no era una fraternidad, seria un equipo de lacrosse o un grupo de jugadores de beisbol en un club de striptease, o unos rockeros alborotadores en un club nocturno. No estaba segura de la solucion, pero sabia que esta no pasaba por deshacerse de todas las instituciones que no te gustaban.

Castiga el delito, penso, no la libertad.

La fachada de la casa seguia siendo de ladrillo y de un precioso estilo georgiano. El interior se habia despojado de toda personalidad. Habian desaparecido los

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