tapices, el revestimiento de madera y la lujosa caoba de su rico pasado, y se habian reemplazado con blancos rotos, beiges y toda clase de cosas neutras. Era una pena.

Habia estudiantes por todas partes. Su entrada llamo la atencion de algunos, pero no muchos. Se oian estereos, o mas probablemente altavoces de iPod. Las puertas estaban abiertas. Vio posteres del Che en la pared. Tal vez se parecia mas a su padre de lo que creia. Los campus de universidad tambien estaban atrapados en los sesenta. El estilo y la musica puede cambiar, pero el sentimiento permanece.

Subio la escalera principal, tambien despojada de su personalidad. Sylvia tenia una habitacion individual en el segundo piso. Lucy localizo su puerta, de la que colgaba una de esas pizarras de vinilo en las que se escribe con un rotulador, pero estaba inmaculada. La pizarra estaba recta y perfectamente centrada. Arriba habian escrito el nombre «Sylvia» con una letra que casi parecia de caligrafo profesional. Junto al nombre habia dibujada una flor rosa. Toda la puerta parecia fuera de lugar, aparte y ajena y de otra epoca.

Lucy llamo a la puerta. No contestaron. Intento abrirla. Estaba cerrada. Penso que podia dejar una nota, para eso estaba la pizarra, pero no le apetecia ensuciarla. Ademas parecia una medida un poco desesperada. Ya la habia llamado. Le habia enviado un mensaje. Pasar por su habitacion era ir un poco demasiado lejos.

Empezaba a bajar la escalera cuando se abrio la puerta de Stone House y entro Sylvia Potter. Vio a Lucy y se puso rigida. Lucy bajo el resto de escalones y se paro frente a ella. No dijo nada y trato de mirar a la chica a los ojos. Sylvia miro a todas partes menos a Lucy.

– Ah, hola, profesora Gold.

Lucy no dijo nada.

– La clase se ha alargado. Lo siento. Y ademas manana tengo que presentar otro proyecto. Luego pense que ya era tarde y se habria marchado y que podia esperar a manana.

Estaba balbuceando y Lucy la dejo continuar.

– ?Quiere que pase manana? -pregunto Sylvia.

– ?Tienes tiempo ahora?

Sylvia miro el reloj sin mirarlo realmente.

– Es que estoy muy nerviosa con este proyecto. ?No puede esperar a manana?

– ?Para quien es el proyecto?

– ?Que?

– ?Que profesor te ha mandado el proyecto, Sylvia? Si te robo demasiado tiempo, puedo escribirte una nota para el profesor.

Silencio.

– Podemos ir a tu habitacion -dijo Lucy-. Para hablar.

Sylvia la miro por fin a los ojos.

– ?Profesora Gold?

Lucy espero.

– No creo que quiera hablar con usted.

– Se trata de tu diario.

– ?Mi…? -Meneo la cabeza-. Pero si lo mande de forma anonima… ?Como puede saber cual es el mio?

– Sylvia…

– ?Lo dijo! ?Lo prometio! Eran anonimos. Usted lo dijo.

– Se lo que dije.

– ?Como ha podido…? -Se recompuso-. No quiero hablar con usted.

Lucy hablo con voz firme.

– No tienes mas remedio.

Pero Sylvia estaba retrocediendo.

– No, no es verdad. No puede obligarme. ?Como… como puede habernos hecho esto? Decirnos que es anonimo y confidencial y despues…

– Esto es muy importante.

– No, no lo es. No tengo que hablar con usted. Y si se lo dice a alguien, hablare con el decano. La despediran.

Algunos alumnos las miraban. Lucy estaba perdiendo el control de la situacion.

– Por favor, Sylvia, tengo que saberlo…

– ?No tiene que saber nada!

– Sylvia…

– ?No tengo que decirle nada! ?Dejeme en paz!

Sylvia Potter se volvio, abrio la puerta y salio corriendo.

Capitulo 14

Despues de que Flair Hickory acabara con Chamique, yo me reuni con Loren Muse en mi despacho.

– Uau -dijo Loren-. Que bestia.

– Ponte con lo del nombre -dije.

– ?Que nombre?

– Investiga si alguien llamaba «Jim» a Broodway o si, como insiste Chamique, le llamaban James.

Muse fruncio el ceno.

– ?Que?

– ?Crees que servira de algo?

– No puede perjudicarnos.

– ?Todavia le crees?

– Por favor, Muse. Esto es una cortina de humo.

– Pues es muy buena.

– ?Tu amiga Cingle ha descubierto algo?

– Todavia no.

El juez habia dado la sesion por terminada por ese dia, gracias a Dios. Flair me habia tocado la moral. Se que se supone que se trata de la justicia y que no es una competicion ni nada de eso, pero seamos realistas.

Cal y Jim habian vuelto, y con mas fuerza que nunca. Mi movil sono. Mire el identificador de llamadas. No reconoci el numero. Me acerque el telefono a la oreja y dije:

– Diga.

– Soy Raya.

Raya Singh. La bonita camarera india. Se me seco la garganta.

– ?Como esta?

– Bien.

– ?Se le ha ocurrido algo?

Muse me miro. Intente darle a entender que era una llamada privada. Para ser investigadora, a veces Muse es un poco lenta. ?O puede que fuera intencionado?

– Seguramente deberia haberselo dicho antes -dijo Raya Singh.

Espere.

– Es que me sorprendio que se presentara de aquella manera. Todavia no estoy segura de lo que debo hacer.

– ?Senorita Singh?

– Llameme Raya, por favor.

– Raya, no se de que me hablas -dije.

– Fue por eso que le pregunte por que habia venido en realidad. ?Se acuerda?

– Si.

– ?Sabe por que le pregunte que… que era lo que queria en realidad?

Lo pense un momento y decidi ser sincero:

– ?Por la forma tan poco profesional con que te comia con los ojos?

– No -dijo.

– Vale, me rindo. ?Por que lo preguntaste? Y ya puestos, ?por que me preguntaste si le habia matado?

Muse arqueo una ceja. No le hice caso.

Raya Singh no contesto.

– ?Senorita Singh? -y despues-: ?Raya?

– Porque el menciono su nombre -dijo.

Crei que tal vez lo habia oido mal, asi que hice una pregunta estupida.

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