tenido tiempo para guardar recuerdos, o no habia pensado en hacerlo.
Wayne se nego a hablar. Se declaro inocente y dijo que le habian tendido una trampa.
Le condenaron por los asesinatos de Virginia e Indiana. Era de los que tenian mas pruebas. No tenian suficientes para imputarle los del campamento. Con este caso se planteaban problemas. Solo habia usado un cuchillo. ?Como se las habia arreglado para matar a los cuatro? ?Como los habia hecho entrar en el bosque? ?Como se habia deshecho de dos de los cadaveres? Todo esto se podia explicar -solo habia tenido tiempo de deshacerse de dos cadaveres, se habia adentrado mucho en el bosque persiguiendolos-, pero el caso no quedaba bien atado. En los asesinatos de Indiana y Virginia, los casos estaban perfectamente cerrados.
Lucy me llamo cerca de medianoche.
– ?Como te ha ido con Jorge Perez? -pregunto.
– Tienes razon. Mienten. Pero tampoco ha querido hablar.
– ?Cual es el siguiente paso, entonces?
– Ire a ver a Wayne Steubens.
– ?En serio?
– Pues si.
– ?Cuando?
– Manana por la manana.
Silencio.
– ?Lucy?
– Si.
– Cuando le arrestaron, ?que pensaste?
– ?A que te refieres?
– Aquel verano Wayne tenia veinte anos, ?no?
– Si.
– Yo era monitor de la cabana roja -dije-. El estaba dos mas abajo, en la amarilla. Le veia cada dia. Estuvimos trabajando en la cancha de baloncesto toda una semana, los dos solos. Y es verdad que me parecia un poco raro. Pero ?un asesino?
– No es como si llevaran un tatuaje o algo por el estilo. Tu trabajas con delincuentes y lo sabes.
– Supongo que si. Tu tambien le conociste, ?no?
– Si.
– ?Que pensabas de el?
– Pensaba que era un gilipollas.
Sonrei a pesar de todo.
– ?Creiste que era capaz de hacerlo?
– ?De hacer que? ?De degollar y enterrar personas vivas? No, Cope. No lo creia capaz.
– No mato a Gil Perez.
– Pero si mato a las otras personas. Eso lo sabes.
– Supongo que si.
– Por favor, tu sabes que tuvo que ser el quien mato a Margot y Doug. ?Que otra teoria puede haber? ?Resulta que estaba en un campamento en el que se produjeron unos asesinatos y despues el mismo se convirtio en un asesino?
– No es imposible -dije.
– Ya.
– Es posible que esos asesinatos fueran un desencadenante para Wayne. Tal vez ya tenia el potencial y ese verano, en que fue monitor en un campamento donde degollaron a unos chicos, fuera el catalizador.
– ?Lo crees de verdad?
– Supongo que no, pero vete a saber.
– Recuerdo otra cosa de el -dijo Lucy.
– ?Que?
– Wayne era un mentiroso patologico. Mira, ahora que tengo mi gran titulo de psicologa, conozco el termino tecnico que lo define. Pero ya entonces lo vi. ?Te acuerdas? Mentia sobre cualquier cosa. Por el gusto de mentir. Era su reaccion natural. Mentia hasta sobre lo que habia desayunado.
Lo pense un momento.
– Si que me acuerdo. En parte eran las fanfarronadas normales de campamento. Era un chico rico y tenia que adaptarse a un punado de pringados como nosotros. Dijo que era camello. Que estaba en una banda. Que tenia una novia en casa que habia salido en Playboy. Todo lo que decia eran tonterias.
– Recuerdalo cuando hables con el -dijo Lucy.
– Lo recordare.
Silencio. La serpiente dormida habia desaparecido. Ahora sentia otros sentimientos dormidos agitandose. Con Lucy seguia habiendo algo. No sabia si era real, simple nostalgia o el resultado de tantas tensiones, pero lo sentia y no queria ignorarlo, aun sabiendo que debia hacerlo.
– ?Sigues ahi? -pregunto.
– Si.
– Todavia nos sentimos raros, ?verdad?
– Si, es verdad.
– Solo para que lo sepas, no estas solo en esto -dijo Lucy-. Yo tambien me siento asi, ?vale?
– Vale.
– ?Te sirve de algo?
– Si. ?Te sirve a ti?
– Si. Seria un asco ser la unica que se siente asi.
Sonrei.
– Buenas noches, Cope.
– Buenas noches, Lucy.
Lo de asesinar en serie, o al menos tener una conciencia gravemente defectuosa, debe de ser muy poco estresante, porque Wayne Steubens apenas habia envejecido en veinte anos. Cuando le conoci era un chico guapo, y seguia siendolo. Ahora llevaba el pelo muy corto, en comparacion con las ondas de peluqueria pagada por mama de antes, pero le quedaba igual de bien. Sabia que solo salia una hora al dia de la celda, pero debia de pasarla al sol porque no tenia en absoluto la palidez tipica de la prision.
Wayne Steubens me ofrecio una sonrisa encantadora, casi perfecta.
– ?Has venido a invitarme a una reunion de campamento?
– La celebraremos en el Rainbow Room de Manhattan. Oye, espero que no faltes.
Se rio como un loco, como si yo hubiera hecho la broma del siglo. No tenia ninguna gracia, evidentemente, pero su interrogatorio seria un baile. Le habian interrogado los mejores agentes federales del pais. Lo habian evaluado psiquiatras que se conocian todos los trucos del Manual del Psicopata. Las tacticas normales no servirian. Teniamos un pasado comun. En cierto modo habiamos sido amigos. Tenia que utilizarlo.
Se calmo, dejo de reirse y la sonrisa se desvanecio.
– ?Todavia te llaman Cope?
– Si.
– ?Como estas, Cope?
– Genial -dije.
– Genial -repitio Wayne-. Hablas como el tio Ira.
En el campamento llamabamos a los mayores tio o tia.
– Ira estaba como una cabra, ?no te parece, Cope?
– Un poco colgado.
– Ya lo creo.
Wayne aparto la mirada. Intente fijar mis ojos en los suyos, pero el los desviaba hacia todas partes. Parecia un poco alterado. Me pregunte si estaria medicado, y despues pense que probablemente si y que deberia haberlo preguntado.
– Bueno -dijo Wayne-, ?vas a contarme a que has venido realmente? -Y entonces, antes de que pudiera responder, levanto las palmas de las manos-. No, espera, no me lo digas. Todavia no.
Me esperaba algo diferente. No se que exactamente. Esperaba que su locura fuera mas evidente o que la exteriorizara mas. Con «locura» me refiero a los chalados espeluznantes que te vienen a la cabeza cuando piensas en asesinos en serie: la mirada penetrante, mascando chicle, la intensidad, relamiendose, cerrando y abriendo los punos, la rabia bajo la superficie. Pero con Wayne no senti nada de esto. Con «evidente» me refiero a la clase de sociopatas con los que tropezamos cada dia, los tipos listos que sabes que estan mintiendo y son capaces de hacer cosas espantosas. Esas vibraciones tampoco me llegaban.
Lo que recibia de Wayne era mucho mas terrorifico. Sentado alli hablando con el, el hombre que con toda probabilidad habia asesinado a mi hermana y al menos a siete personas mas, me sentia normal. Incluso bien.
– Han pasado veinte anos, Wayne. Necesito saber que paso en aquel bosque.
– ?Por que?