– Si. Y mi hermana y Doug seguian siendo pareja. No es que estuvieran enamorados, pero ya sabes a que me refiero. Lo que quiero decir es que si Gil y Margot ya no salian, ?por que iban a escaparse juntos al bosque?
– Ya. Por tanto, si ella y Gil habian roto y sabemos que Gil no murio en el bosque…
Pense en lo que habia insinuado Raya Singh, una mujer que por lo visto habia conocido e incluso habia intimado con Gil Perez, alias Manolo Santiago.
– Quiza Gil mato a Margot. Quiza Camille y Doug solo le interrumpieron.
– Y Gil les silencio.
– Si. Y eso seria un problema. Piensalo. Es un chico pobre. Tiene un hermano con antecedentes. Solo por eso ya sera sospechoso.
– Por eso fingio que tambien habia muerto -dijo Lucy.
Nos quedamos callados.
– Se nos escapa algo -dijo.
– Lo se.
– Puede que nos estemos acercando.
– O puede que nos estemos alejando.
– Una de dos -convino Lucy.
Dios, que bien sentaba estar con ella.
– Algo mas -dije.
– ?Que?
– Esos diarios. Lo que decian, que me encontraste cubierto de sangre y que yo dije que no podiamos decirselo a nadie.
– No se que decirte.
– Empecemos por la primera parte, la parte que concuerda. La de que nos fuimos a escondidas.
– Vale.
– ?Como pueden haberse enterado?
– No lo se -dijo.
– ?Como pueden saber que tu me convenciste?
– O… -trago saliva- lo que sentia por ti.
Silencio.
Lucy se encogio de hombros.
– Puede que fuera evidente para cualquiera que viera como te miraba.
– Estoy intentando concentrarme y no sonreir.
– No hace falta que te esfuerces -dijo-. En fin, hemos visto la primera parte del diario. Pasemos a la segunda parte.
– Lo de verme cubierto de sangre. ?De donde demonios habran sacado eso?
– Ni idea. Pero ?sabes lo que mas me asusta?
– ?Que?
– Que supieran que nos separamos. Que nos perdimos de vista.
Yo tambien habia pensado en eso.
– ?Quien podria saberlo? -pregunte.
– Yo nunca se lo he dicho a nadie -dijo Lucy.
– Yo tampoco.
– Alguien podria haberlo imaginado -dijo Lucy. Se callo y miro al techo-. O…
– ?O que?
– Tu nunca le dijiste a nadie que nos separamos, ?no?
– No.
– Y yo nunca le he dicho a nadie que nos separamos.
– ?Y?
– Entonces solo existe una explicacion -dijo Lucy.
– ?Que es…?
Me miro directamente a los ojos.
– Que alguien nos vio aquella noche.
Silencio.
– Puede que Gil -dije-. O Wayne.
– Son nuestros dos sospechosos de asesinato, ?no?
– Si.
– ?Quien mato a Gil, entonces?
Calle.
– Gil Perez no se suicido y traslado su cuerpo -siguio ella-. Y Wayne Steubens esta en una carcel de maxima seguridad de Virginia.
Lo pense un momento.
– Por lo tanto, si el asesino no fue ni Wayne ni Gil -dijo-, ?quien mas puede ser?
– La encontre -dijo Muse, entrando en la oficina.
Cingle Shaker entro detras de ella. Cingle sabia como hacer una entrada, pero no estoy seguro de que lo hiciera de una forma consciente. Sus movimientos desprendian cierta ferocidad, como si amenazara de algun modo al propio aire. Muse no era precisamente una mosquita muerta, pero junto a Cingle Shaker lo parecia.
Las dos se sentaron y Cingle cruzo sus largas piernas.
– Bueno, MVD te esta poniendo bajo el microscopio -empezo Cingle.
– Eso parece.
– Es lo que es. Me he asegurado. Es una operacion de tierra quemada. No reparan en gastos. No reparan en vidas tampoco. Ya han destruido la de tu cunado. Han mandado a un hombre a Rusia. Han puesto a gente en la calle, no se cuantos hombres. Han enviado a alguien a sobornar a tu ex amigo Wayne Steubens. En resumen, no piensan dejar piedra sin remover para hacerte dano.
– ?Tienes idea de lo que han conseguido?
– Por ahora no. Solo lo que ya sabes.
Le hable de los diarios de Lucy. Cingle asintio mientras yo hablaba.
– Ya lo han hecho antes. ?Son muy precisos los diarios?
– Muchas cosas no concuerdan. Nunca me manche de sangre ni dije que debiamos mantenerlo en secreto ni nada por el estilo. Pero si sabian lo que sentiamos el uno por el otro. Saben que nos fuimos a escondidas y todo eso.
– Interesante.
– ?Como podrian haber obtenido esta informacion?
– Es dificil saberlo.
– ?Alguna idea?
Reflexiono un momento.
– Como te he dicho, esta es su forma de trabajar. Quieren agitar las aguas. Da lo mismo que sea verdad o no. A veces necesitas modificar la realidad. ?Entiendes a lo que me refiero?
– No, la verdad es que no.
– ?Como te lo explicaria? -Cingle lo penso un momento-. Cuando entre a trabajar en MVD, ?sabes para que me contrataron?
Sacudi la cabeza.
– Para atrapar a maridos adulteros. El adulterio es un gran negocio. Para mi empresa tambien. Ha llegado a ser el cuarenta por ciento de nuestro trabajo, o puede que mas. Y MVD es la mejor en esto, aunque sus metodos sean mas bien poco ortodoxos.
– ?Por que?
– Depende del caso, pero el primer paso siempre es el mismo: estudiar al cliente. En otras palabras, ver lo que quiere realmente el cliente. ?Quiere la verdad? ?Quiere que le mientan? ?Quiere que le tranquilicen, un medio para obtener el divorcio, que?
– No te sigo. ?No todos quieren la verdad?
– Si y no. Mira, yo no podia soportar esta parte del trabajo. No me importaba realizar vigilancias ni investigar antecedentes, seguir a un marido o una esposa, comprobar los cargos de la tarjeta de credito, los registros de llamadas, esa clase de cosas. Es todo un poco sordido, pero bueno. Me parece razonable. Pero despues estaba la otra parte del trabajo.
– ?Que otra parte?
– La parte en la que se quiere que exista un problema. Algunas esposas, por ejemplo, quieren que sus maridos las esten enganando.
Mire a Muse.
– Estoy perdido.
– No, ya lo veras. Se supone que un hombre debe ser siempre fiel, ?no? Conozco a un tipo. Hablo con el por telefono, antes de que nos veamos en persona, y me dice que jamas, nunca, enganaria a su esposa, porque la ama, bla, bla, bla. Pero el hombre es un pringado feo que trabaja de ayudante de direccion en una cadena de