Era Lucy.
Ira oyo su voz y algo en sus ojos cambio.
– ?Suelte el arma! ?Ya! ?Ahora!
Era York otra vez. Mis ojos seguian fijos en Ira. Ira mantuvo su mirada sobre mi.
– Tu hermana esta muerta -dijo.
Despues aparto la pistola, se la metio en la boca y apreto el gatillo.
Capitulo 38
Me desmaye.
Esto es lo que me dijeron. Pero conservo algun recuerdo borroso. Recuerdo que Ira cayo sobre mi, con la parte trasera de la cabeza destrozada. Recuerdo que Lucy grito. Recuerdo que mire hacia arriba y vi el cielo azul, y vi pasar las nubes. Supongo que estaba boca arriba, en una camilla, y me llevaban a la ambulancia. Ahi se acababan mis recuerdos. Con el cielo azul. Con las nubes blancas.
Y entonces, cuando empezaba a sentirme casi en paz y en calma, recorde las palabras de Ira.
«Tu hermana esta muerta…»
Sacudi la cabeza. No. Glenda Perez habia dicho que Camille habia salido viva del bosque. Ira no lo sabia. No podia saberlo.
– ?Senor Copeland?
Parpadee antes de abrir los ojos. Estaba en la cama, en una habitacion de hospital.
– Soy el doctor McFadden.
Pasee la mirada por la habitacion. Vi a York detras de el.
– Le dispararon en un costado. Le hemos cosido la herida. Se pondra bien, pero le dolera…
– ?Doctor?
McFadden habia utilizado su entonacion mas medica, y no se esperaba que yo le interrumpiera tan rapidamente. Fruncio el ceno.
– ?Si?
– Estoy bien, ?verdad?
– Si.
– ?Podemos hablar de esto mas tarde? Necesito hablar enseguida con ese policia.
York disimulo una sonrisa. Esperaba que el medico discutiera. Los medicos son aun mas arrogantes que los abogados. Pero no se tomo la molestia. Se encogio de hombros y dijo:
– Por supuesto. Pida a la enfermera que me llame cuando haya terminado.
– Gracias, doctor.
Se fue sin decir mas. York se acerco un poco a la cama.
– ?Como supieron lo de Ira? -pregunte.
– Los tecnicos de laboratorio descubrieron que las fibras que hallaron en el cadaver de… esto… -A York le fallo la voz-. Bueno, no tenemos todavia una identificacion positiva pero si quiere podemos llamarle Gil Perez.
– Estaria bien.
– Bien; en fin, encontraron unas fibras en el cadaver. Sabiamos que procedian de un coche viejo. Tambien encontramos una camara de seguridad que estaba cerca de donde se abandono el cadaver. Vimos que era un Volkswagen amarillo, igual que el de Silverstein. Y nos apresuramos.
– ?Donde esta Lucy?
– Dillon le esta haciendo algunas preguntas.
– No lo entiendo. Ira mato a Gil Perez.
– Si.
– ?Ninguna duda?
– Ninguna. Primero, encontramos sangre en el asiento trasero del Volkswagen. Estoy seguro de que concordara con la de Perez. Dos, el personal de esa residencia ha confirmado que Perez, bajo el nombre de Manolo Santiago, visito a Silverstein el dia antes del asesinato. El personal tambien ha confirmado que vio a Silverstein salir con el Volkswagen a la manana siguiente. La primera vez que salia en seis meses.
Hice una mueca.
– ?No se lo dijeron a su hija?
– El personal que le vio no estaba de turno la siguiente vez que Lucy Gold fue de visita. Ademas, el personal ha insistido mucho en que a Silverstein nunca se le declaro incompetente ni nada por el estilo. Era libre de entrar y salir a voluntad.
– No lo entiendo. ?Por que iba a matarle Ira?
– Por la misma razon que queria matarle a usted, supongo. Los dos estaban investigando lo que ocurrio en el campamento hace veinte anos. El senor Silverstein no queria que lo hicieran.
Intente entenderlo.
– ?Asi que el mato a Margot Green y a Doug Billingham?
York se demoro un segundo, como si esperara que anadiera a mi hermana a la lista. No lo hice.
– Podria ser.
– ?Y Wayne Steubens que?
– Probablemente trabajaron juntos, no lo se. Lo que si se es que Ira Silverstein mato a mi hombre. Ah, otra cosa: la pistola con la que Ira le disparo. Es del mismo calibre que la que se utilizo para matar a Gil Perez. Estan realizando la prueba de balistica, pero usted sabe que concordara. Anada esto a la sangre en el asiento trasero del Escarabajo, las cintas de vigilancia que tenemos de el y el vehiculo cerca del lugar donde se abandono el cadaver… y bueno, el caso esta resuelto. Pero Ira Silverstein esta muerto y, como sabe, es muy dificil juzgar a un muerto. En cuanto a lo que hizo o no Ira Silverstein hace veinte anos… -York se encogio de hombros- yo tambien siento curiosidad. Pero este misterio tendra que resolverlo otro.
– ?Nos ayudara, si le necesitamos?
– Claro. Me encantara. Y cuando lo descubra, ?por que no pasa por la ciudad y le llevo a comer un buen filete?
– Hecho.
Nos estrechamos la mano.
– Debo darle las gracias por salvarme la vida -dije.
– De nada, pero no creo que se la salvara yo.
Recorde la expresion de la cara de Ira, su determinacion de matarme. York tambien lo habia visto: iba a matarme, fueran cuales fueran las consecuencias. La voz de Lucy habia sido lo que me habia salvado, mas que la pistola de York.
York se marcho y me quede solo en la habitacion de hospital. Probablemente hay lugares mas deprimentes donde estar solo, pero no se me ocurrio ninguno. Pense en mi Jane, en lo valiente que habia sido, en que lo unico que realmente la asustaba, la aterraba, era quedarse sola en una habitacion de hospital. Por eso pasaba la noche con ella. Dormia en una de esas butacas que pueden convertirse en la cama mas incomoda sobre la faz de la tierra. No lo digo para que me aplaudan. Fue el unico momento de debilidad de Jane, la primera noche en el hospital, cuando me cogio la mano e intento que no se le notara la desesperacion en la voz cuando dijo:
– No me dejes aqui sola, por favor.
No la deje. Entonces no. No la deje hasta mucho mas tarde, cuando habia vuelto a casa, donde ella queria morir porque la idea de volver a estar en una habitacion como aquella en la que yo me encontraba…
Ahora me tocaba a mi. Estaba solo en una habitacion de hospital. No me asustaba demasiado. Pense en eso, en donde me habia llevado mi vida. ?Quien estaria a mi lado si lo necesitaba? ?A quien podia esperar junto a mi cama cuando me despertara en un hospital? Los primeros nombres que me vinieron a la cabeza fueron Greta y Bob. Cuando el ano pasado me habia cortado la mano abriendo una barra de pan, Bob me habia acompanado al medico y Greta se habia ocupado de Cara. Eran mi familia, la unica familia que tenia. Y ahora ya no la tenia.
Recorde la ultima vez que habia estado hospitalizado. Tenia doce anos y sufri una fiebre reumatica. Entonces era una enfermedad bastante rara, mucho mas que ahora. Pase diez dias en el hospital. Recuerdo que Camille venia a visitarme. A veces traia a sus insoportables amigos porque sabia que eso me distraeria. Jugabamos mucho a las palabras con el juego de Boggle. Los chicos se volvian locos con Camille. Ella traia las cintas de musica que le regalaban ellos, de grupos como Steely Dan, Supertramp y Doobie Brothers. Camille me decia que grupos eran buenos, que grupos eran flojos, y yo seguia sus gustos como si fuera la Biblia.
?Sufrio Camille en aquel bosque?
Esto era lo que me mortificaba. ?Que le hizo Wayne Steubens? ?La ato y la aterrorizo, como hizo con Margot Green? ?Forcejeo ella y sufrio heridas defensivas como Doug Billingham? ?La enterro viva, como a las victimas de Indiana o Virginia? ?Cuanto dolor habria sufrido Camille? ?Habian sido sus ultimos momentos aterradores?
Y ahora… la nueva pregunta: ?de algun modo Camille habia salido viva del bosque?
Volvi mis pensamientos hacia Lucy. Me imagine lo que estaria pensando, despues de ver a su amado padre volandose la cabeza, preguntandose sobre los porques y los comos de todo. Queria estar con ella, decir algo, intentar algo que la consolara un poco.
Llamaron a mi puerta.
– Adelante.
Esperaba que fuera una enfermera, pero era Muse. Le sonrei. Esperaba que me devolviera la sonrisa, pero no lo hizo. Su cara no podria haber sido mas