– No finjas. Teniamos poder. Eramos dioses.

– No, Aleksei, eramos matones. No eramos dioses, eramos los esbirros que hacian el trabajo sucio de los dioses. Ellos tenian el poder. Nosotros teniamos miedo y por eso haciamos que los demas tuvieran mas miedo aun que nosotros. Nos hacia sentir grandes aterrorizar a los debiles.

Aleksei hizo un gesto despreciativo en direccion a Sosh.

– Te estas haciendo mayor.

– Los dos nos hacemos mayores.

– No me gusta revivir este asunto.

– Tampoco te gusto que Pavel volviera. Es porque te recuerda a su abuelo, ?no?

– No.

– El hombre que arrestaste. El viejo y su esposa.

– ?Te creias mejor, Sosh?

– No. Se que no lo era.

– No fue mi decision. Ya lo sabes. Les denunciaron y actuamos.

– Exactamente -dijo Sosh-. Los dioses te ordenaron hacerlo. Y lo hiciste. ?Todavia te sientes un gran hombre?

– No fue asi.

– Fue exactamente asi.

– Tu habrias hecho lo mismo.

– Si, lo habria hecho.

– Contribuiamos a una causa mayor.

– ?De verdad te creias eso, Aleksei?

– Si. Todavia lo creo. Aun no estoy seguro de que nos equivocaramos tanto. Cuando veo los peligros que ha traido la libertad, no estoy tan seguro.

– No -dijo Sosh-. Eramos gangsteres.

Silencio.

– ?Y ahora que? -insistio Kokorov-. ?Ahora que han encontrado el cadaver?

– Puede que nada. Puede que muera mas gente. O puede que Pavel Copeland tenga por fin la oportunidad de enfrentarse a su pasado.

– ?No le dijiste que no debia hacerlo, que debia dejar enterrado el pasado?

– Si -dijo Sosh-. Pero no me escucho. ?Quien sabe cual de los dos tendra razon?

Entro el doctor McFadden y me dijo que habia tenido suerte, que la bala me habia atravesado el costado sin danar ningun organo interno. Siempre me llevo las manos a la cabeza cuando el heroe recibe un disparo y despues sigue con su vida como si nada hubiera pasado. Pero la verdad es que hay un monton de heridas que se curan sin mas. Estar sentado en aquella cama no iba a hacerme mas bien que descansar en casa.

– Me preocupa mas el golpe de la cabeza -dijo.

– Pero ?puedo ir a casa?

– Duerma un poco primero, ?entendido? Veamos como se siente al despertarse. Creo que deberia quedarse esta noche.

Queria discutir, pero lo cierto era que no ganaba nada yendome a casa. Estaba dolorido, mareado y sufria. Probablemente tenia muy mal aspecto y asustaria a Cara si me presentaba asi.

Habian encontrado un cadaver en el bosque. Todavia no lograba concentrarme lo suficiente para pensar en esto.

Muse me habia mandado la autopsia preliminar al hospital. Todavia no sabian mucho, pero era dificil creer que no se tratara mi hermana. Lowell y Muse habian realizado una investigacion a conciencia de mujeres desaparecidas de la zona, por si habia alguna otra que pudiera coincidir con la descripcion. La busqueda no habia dado frutos; la unica concordancia preliminar con los registros informaticos de desaparecidos era mi hermana.

Por ahora la forense no habia determinado la causa de la muerte. No era raro con un esqueleto en ese estado. Si la habian degollado o la habian enterrado viva, probablemente no lo sabrian nunca. No habria muescas en los huesos. Los cartilagos y los organos internos habian desaparecido hacia tiempo, victimas de alguna entidad parasitaria que se habia dado un festin con ellos.

Salte al tema clave. La separacion del hueso pubico.

La victima habia dado a luz.

Volvi a pensar en ello. Me pregunte si era posible. En circunstancias normales, eso me daria esperanzas de que la mujer desenterrada no fuera mi hermana. Pero si no lo era, ?a que conclusion podia llegar exactamente? ?Que alrededor de la misma epoca otra chica, una chica que nadie habia reclamado, habia sido asesinada y enterrada en la misma zona que los chicos asesinados en el campamento?

No tenia ni pies ni cabeza.

Algo se me escapaba. Se me escapaban muchas cosas.

Saque el movil. En el hospital no habia cobertura, pero busque el telefono de York en la agenda y utilice el telefono de la habitacion para hacer la llamada.

– ?Alguna novedad? -pregunte.

– ?Sabe que hora es?

No lo sabia. Mire el reloj.

– Las diez pasadas -dije-. ?Alguna novedad?

Suspiro.

– Balistica ha confirmado lo que ya sabiamos. La pistola que Silverstein disparo contra usted es la misma que utilizo para matar a Gil Perez. Y lo del ADN tardara semanas, aunque el grupo sanguineo del asiento trasero del Volkswagen concuerda con Perez. En terminos deportivos, diria que el partido esta sentenciado.

– ?Que ha dicho Lucy?

– Dillon dice que no ha ayudado mucho. Estaba en estado de shock. Ha dicho que su padre no estaba bien, que probablemente se imagino alguna clase de amenaza.

– ?Dillon se lo ha creido?

– Claro, ?por que no? De todos modos, el caso esta cerrado. ?Como se encuentra?

– De muerte.

– A Dillon le pegaron un tiro una vez.

– ?Solo una?

– Muy buena. El caso es que todavia ensena la cicatriz a todas las mujeres que conoce. Dice que las vuelve locas. Tengalo presente.

– Consejos de seduccion de Dillon. Gracias.

– ?Sabe lo que les dice despues de ensenar la cicatriz?

– Eh, muneca, ?quieres ver mi pistola?

– Maldita sea, ?como lo ha sabido?

– ?Adonde ha ido Lucy despues de que terminaran de hablar con ella?

– La acompanamos a su piso en el campus.

– De acuerdo, gracias.

Colgue y marque el numero de Lucy. Salto el contestador. Deje un mensaje y despues llame al movil de Muse.

– ?Donde estas? -pregunte.

– Camino de casa, ?por que?

– Pensaba que podrias ir a la Universidad de Reston para interrogar a Lucy.

– Ya he ido.

– ?Y que?

– No me ha abierto la puerta. Pero he visto luces encendidas. Esta en casa.

– ?Esta bien?

– No sabria decirte.

No me hizo ninguna gracia. Su padre habia muerto y ella estaba sola en su piso.

– ?Estas muy lejos del hospital?

– A unos quince minutos.

– ?Puedes pasar a recogerme?

– ?Te dejan marchar?

– ?Quien va a impedirmelo? Ademas, solo sera un rato.

– ?Mi jefe me esta pidiendo que le acompane a casa de su novia?

– No. Yo, el fiscal del condado, te pido que me acompanes a casa de una persona de gran interes en un homicidio reciente.

– Como quieras -dijo Muse-. Ya estoy llegando.

Nadie me impidio salir del hospital.

No me encontraba bien, pero habia tenido dias peores. Me preocupaba Lucy y me daba cuenta de que era algo mas que una preocupacion normal.

La echaba de menos.

La echaba de menos de la forma que se echa de menos a alguien de quien te estas enamorando. Podria marear la perdiz, suavizar un poco esta afirmacion, decir que mis emociones estaban en modo superacelerado con todo lo que estaba pasando, decir que se trataba de nostalgia de una epoca mejor, una epoca mas inocente, una epoca en la que mis padres estaban juntos y mi hermana viva, y que demonios, incluso Jane estaba bien y hermosa y feliz en algun lugar. Pero no era esto.

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