Mason percibio el cambio. Le ahueco la mano en la cara, haciendole levantar la vista.
– ?Te encuentras bien?
– Deberia volver arriba.
Mason la cogio por el codo y le dijo:
– Vamos.
Ambos echaron a andar por el pasillo.
Sara le escucho hablar mientras se dirigian a cuidados intensivos, sin prestar atencion a sus palabras, sino tan solo a la suave y balsamica monotonia de su voz mientras le hablaba de lo que habia sido del hospital y de su vida desde que Sara abandonara Atlanta. Mason James era de esos hombres que parecian tomarselo todo con calma. Recien salida de Grant County, a Sara, que hasta entonces solo habia salido con Steve Mann, un tipo que pensaba que una buena cita tenia que rematarse magreando a Sara en el asiento trasero del Buick de su padre, Mason le parecio un hombre cosmopolita y adulto.
Doblaron la esquina, y Sara vio a sus padres en el pasillo, en lo que parecia una acalorada discusion. Eddie fue el primero en divisar a Sara y a Mason, y se callo de inmediato.
A Eddie se le cerraban los parpados, y Sara nunca le habia visto tan cansado. Su madre parecia haber envejecido mas en la ultima hora que en los ultimos veinte anos. Se les veia tan vulnerables que a Sara se le cayo el mundo encima.
– Voy a ver como esta Tess -dijo para excusarse.
Apreto el boton que habia a la derecha de las puertas y entro en cuidados intensivos.
Como en casi todos los hospitales, la unidad de cuidados intensivos era una zona pequena y apartada. Las luces estaban mitigadas en las habitaciones y los pasillos, y la atmosfera era fresca y relajante, tanto para los pacientes como para los pocos visitantes a los que se permitia entrar cada dos horas. Todas las puertas de las habitaciones eran cristaleras correderas, lo que no permitia mucha intimidad, pero casi todos los pacientes estaban demasiado enfermos para quejarse. Sara oyo los bips de los monitores del corazon y el lento resollar de los respiradores cuando se acerco a la parte de atras. La habitacion de Tessa estaba al otro lado del mostrador de enfermeras, lo que indicaba que su estado era critico.
Devon estaba en la habitacion con ella, de pie, a un par de pasos de la cama, con las manos en los bolsillos. Estaba apoyado en la pared, aunque tenia una comoda silla al lado.
– Hola -dijo Sara.
Devon apenas le presto atencion. Tenia los ojos enrojecidos, y su piel oscura se veia palida a la luz artificial de la habitacion.
– ?Ha dicho algo?
Devon tardo en responderle.
– Ha abierto los ojos un par de veces, pero no se.
– Esta intentando despertarse -le dijo Sara-. Eso es bueno.
La nuez de Devon se movio arriba y abajo al tragar.
– Si necesitas un descanso… -comenzo a decir Sara, pero Devon no espero a que acabara.
Se alejo sin mirar atras.
Sara acerco la silla a la cama de Tessa y se sento. Se habia pasado sentada casi todo el dia a la espera de noticias, pero estaba agotada.
Tessa tenia la cabeza vendada, y le habian cosido el cuero cabelludo. Tenia dos drenajes conectados al estomago para extraer fluido. Un cateter colgaba del barrote de la cama, solo parcialmente lleno. La habitacion estaba a oscuras, y la unica luz procedia de los monitores. Le habian quitado el respirador hacia una hora, pero aun tenia conectado el monitor cardiaco, y un bip metalico anunciaba cada latido de su corazon.
Sara acaricio los dedos de su hermana, y se dijo que nunca se habia fijado en lo pequenas que eran sus manos. Aun se acordaba del primer dia de Tessa en la escuela, cuando Sara le cogio la mano para llevarla a la parada del autobus. Antes de marcharse, Cathy le solto un sermon a Sara para que cuidara de su hermana. Aquello se repitio a lo largo de toda su infancia. Incluso Eddie le habia dicho a Sara que cuidara de su hermana, aunque posteriormente Sara se imagino la verdadera razon por la que su padre siempre animo a Tessa a acompanar a su hermana en sus citas con Steve Mann: Eddie sabia lo que pasaba en el asiento trasero del Buick.
Tessa movio la cabeza, como si hubiera intuido que habia alguien.
– ?Tess? -dijo Sara, cogiendole la mano y apretandola suavemente-. ?Tess?
Tessa emitio un ruido que parecio un grunido. Se llevo la mano a la barriga, igual que habia hecho un millon de veces en los ultimos ocho meses.
Lentamente, Tessa abrio los ojos. Paseo la mirada por la habitacion y sus ojos encontraron a Sara.
– Hola -dijo Sara, sintiendo que una sonrisa de alivio le asomaba a la cara-. Hola, carino.
Tessa movio los labios. Se llevo una mano a la garganta.
– ?Tienes sed?
Tessa asintio, y Sara busco el vaso de hielo picado que la enfermera habia dejado junto a la cama. El hielo casi se habia derretido, pero Sara encontro unos trocitos para su hermana.
– Te han puesto un tubo en la garganta -le explico Sara, deslizando el hielo en la boca de Tessa-. Lo tendras dolorido, y te costara hablar.
Tessa cerro los ojos al tragar.
– ?Te duele mucho? -pregunto Sara-. ?Quieres que llame a la enfermera?
Sara se incorporo para ponerse en pie, pero Tessa no le soltaba la mano. No tuvo que vocalizar la primera pregunta que le vino a la cabeza. Sara la leyo en sus ojos.
– No, Tessie -dijo, sintiendo como las lagrimas le resbalaban por la cara-. Lo hemos perdido. La hemos perdido. -Se llevo la mano de Tessa a los labios-. Lo siento mucho. Lo siento…
Tessa la hizo callar sin decir una palabra. El bip del monitor era el unico sonido de la habitacion, metalico testimonio de que Tessa estaba viva.
– ?Recuerdas algo? -le pregunto Sara-. ?Sabes lo que paso?
Tessa movio una vez la cabeza a un lado para decir no.
– Te adentraste en el bosque -dijo Sara-. Brad te vio coger una bolsa y meter basura dentro. ?Te acuerdas?
Volvio a indicar que no.
– Creemos que alli habia alguien. -Sara se interrumpio-. Sabemos que habia alguien en el bosque. Puede que quisiera la bolsa. A lo mejor el…
No acabo todo lo que pensaba decirle. Demasiada informacion solo serviria para confundir a su hermana, y Sara no estaba segura de lo ocurrido.
– Alguien te apunalo -afirmo Sara.
Tessa espero a oir mas.
– Te encontre en el bosque. Estabas en medio del claro, en el suelo, y yo… hice lo que pude. Intente ayudar. Pero no pude. -Sara estaba a punto de perder la compostura otra vez-. Dios mio, Tessie, intente ayudarte.
Sara apoyo la cabeza en la cama, avergonzada de llorar. Debia ser fuerte para su hermana, queria demostrarle que podian superar eso juntas, pero lo unico que tenia en la cabeza era su propia culpa. Despues de cuidar de Tessa toda la vida, Sara le fallaba en el momento que mas la necesitaba.
– Oh, Tess -sollozo Sara, que necesitaba el perdon de su hermana mas que ninguna otra cosa en la vida-. Lo siento.
Sintio que Tessa le ponia la mano en la nuca. Al principio movio la mano con torpeza, pero Sara comprendio que intentaba atraerla hacia ella.
Sara levanto la mirada. Tenia la cara a pocos centimetros de Tessa.
Su hermana movio los labios, aun no acostumbrada a utilizar la boca. Musito la palabra: «?Quien?». Queria saber quien lo habia hecho, quien habia matado al nino.
– No lo se -dijo Sara-. Intentamos averiguarlo, carino. Jeffrey hace todo lo que puede. -Se le hizo un nudo en la garganta-. Se asegurara de que el que lo hizo no vuelva a hacerle dano a nadie.
Tessa llevo los dedos a la mejilla de Sara, debajo del ojo. Con una mano temblorosa, le seco las lagrimas.
– Lo siento mucho, Tessie. Lo siento mucho. -Sara le imploro-: Dime que puedo hacer. Dimelo.