– Si, como siempre. Su madre le hacia pagar un alquiler y toda esa mierda. ?Que tomadura de pelo es esa? Su propio hijo, y le hacia pagarse la ropa y toda la pesca como si estuviera en la puta beneficencia. -Se arreglo los shorts-. Ese coche era cojonudo. -Se volvio hacia Ethan-. ?Viste el automovil que le habia comprado su padre?

Lena intento que Scooter se centrara.

– ?Tenia dinero el sabado por la noche? ?Si o no?

– Joder, no lo se. Eso creo. Al final pillo algo.

– Crei que le habias vendido tu.

– Joder, no, tia. Ya te lo he dicho, sabia lo que pretendia hacer. A mi no me pillan en esa mierda. Le vendes algo a un tio y la palma de sobredosis y al dia siguiente tienes el culo entre rejas acusado de homicidio, y yo no voy a la carcel, tia. Ya tengo un empleo apalabrado para cuando salga de aqui.

– ?Donde? -pregunto Lena, sintiendo curiosidad por saber quien cono contrataria a ese patetico desecho humano.

Ethan no le dejo contestar.

– ?Sabias que iba a matarse?

– Supongo. -Scooter se encogio de hombros-. Eso es lo que hizo la ultima vez. Compro una bolsa de mierda y se rajo el brazo con una hoja de afeitar. -Se dibujo una linea en el brazo para ilustrarlo-. Tia, mas falso imposible. Sangre por todas partes, ni te lo imaginas. ?Crees que deberia haber dicho algo, tio? Yo no queria meterme en lios..

– Si, joder -dijo Ethan, acercandose a la cama. Le dio una colleja a Scooter-. Si, deberias haberle dicho algo. Tu le mataste, capullo, eso es lo que hiciste.

Lena dijo:

– Ethan…

– Vamonos de aqui -ordeno Ethan, abriendo la puerta con tanta fuerza que el pomo mello la pared del golpe.

Lena le siguio, pero cerro la puerta y se quedo en el cuarto.

– ?Lena!

La puerta temblo con los golpes de Ethan, pero ella cerro con llave, con la esperanza de que eso le dejara fuera unos minutos.

– Scooter -dijo, asegurandose de que el le prestaba atencion-, ?quien le vendio las drogas?

Scooter se la quedo mirando.

– ?Que?

– ?Quien le vendio las drogas a Andy? -repitio-. El sabado por la noche, ?donde consiguio las drogas?

– Mierda -dijo Scooter-, no lo se. -Se rasco los brazos, incomodo ahora que Ethan no estaba-. Dejame en paz, ?entendido?

– No -nego Lena-. No hasta que me lo digas.

– Tengo mis derechos.

– ?Ah si? ?Quieres que llame a la policia? -Tenia la botella en una mano, y cogio las jeringuillas llenas con la otra-. Vamos a llamar a la poli, Scooter.

– Ah, joder, tia, vamos.

Hizo un debil intento de llegar hasta las jeringuillas, pero Lena fue mas rapida.

– ?Quien le vendio la droga a Andy?

– Vamos -gimio Scooter. Al ver que eso no funcionaba, capitulo-. Deberias saberlo, tia. Trabajas con el.

Lena dejo caer las jeringuillas y casi suelta la botella antes de poder reaccionar.

– ?Chuck?

Scooter se tiro al suelo, recogiendo las jeringuillas como si fuesen dinero encontrado.

– ?Chuck? -repitio Lena.

Estaba demasiado atonita para decir nada mas. Echo un trago de vodka y, a continuacion, apuro el resto de la botella. Se sentia tan confusa que tuvo que volver a sentarse en la cama.

– ?Lena? -chillo Ethan desde el otro lado de la puerta.

Scooter comenzo a inyectarse. Lena se lo quedo mirando, hipnotizada, mientras se sacaba un poco de sangre y luego se bombeaba la droga en la vena. Tenia el extremo de la banda elastica entre los dientes, y la solto con un chasquido cuando el embolo de la jeringa llego al final.

Scooter solto un grito ahogado, y todo el cuerpo sufrio una sacudida. Tenia la boca abierta, y el cuerpo le temblaba al entregarse a la droga. Los ojos vagaban sin rumbo, desorbitados, y le castaneteaban los dientes. Le temblaba tanto la mano que la jeringa se le cayo al suelo y rodo debajo de la cama. Lena lo contemplaba, incapaz de desviar los ojos, mientras su cuerpo experimentaba las acometidas del ice en las venas.

– Oh, tia -susurraba Scooter-. Joder, tia. Oh, si.

Lena contemplo la otra jeringa que habia en el suelo, preguntandose como se sentiria si se dejaba ir, si permitia que la droga controlara su cuerpo durante un rato. O le quitara la vida.

Scooter se puso en pie de un salto tan bruscamente que Lena reculo y se golpeo la cabeza contra la pared.

– Joder, que calor hace aqui -dijo Scooter, y sus palabras le salian como balas de una ametralladora mientras caminaba por la habitacion-. Que calor, hace demasiado calor para respirar, no se si puedo respirar, tu puedes respirar, pero no se esta mal, no crees.

Parloteaba sin cesar, tirandose de las ropas como si quisiera quitarselas.

– ?Lena! -chillo Ethan.

El pomo sufrio una violenta sacudida, y la puerta se abrio de golpe, golpeando de nuevo la pared.

– ?Gilipollas! -grito Ethan, empujando a Scooter tan fuerte que, este cayo contra la nevera.

Lleno de energia a causa del speed que le corria por las venas, Scooter se levanto de otro salto, y no dejaba de parlotear acerca de la temperatura de la habitacion.

Ethan vio la otra jeringuilla en el suelo y la pisoteo hasta que el plastico se hizo anicos, y el claro liquido formo un charquito alrededor. A continuacion, como si previera hasta donde era capaz de llegar Scooter con tal de colocarse otra vez, deslizo la suela del zapato por el charco hasta que ya no quedo nada que se pudiera recuperar.

Ethan agarro a Lena de la mano y le dijo:

– Vamos.

– ?Mierda! -grito Lena.

Le habia cogido la muneca dolorida. Casi se desmaya del dolor, pero Ethan no la solto hasta que no estuvieron en el pasillo.

– ?Capullo! -dijo Lena, golpeandole el hombro con la mano-. Estaba a punto de averiguar algo.

– Lena…

Ella se dio la vuelta para marcharse. Ethan intento agarrarla del brazo, pero ella fue mas rapida.

– ?Adonde vas? -pregunto Ethan.

– A casa.

Lena continuo pasillo arriba, mientras su mente le daba vueltas a lo que le habia dicho Scooter. Necesitaba anotarlo todo ahora que aun lo tenia fresco. Si Chuck estaba implicado en algun tipo de red de traficantes de droga, cabia la posibilidad de que se hubiera cargado a Andy Rosen y a Ellen Schaffer para cerrarles la boca. Todas las piezas comenzaban a encajar. Solo tenia que retenerlas en el cerebro lo suficiente para poder anotarlas.

De pronto, Ethan se acerco a ella.

– Deja que te acompane a casa.

– No necesito escolta -dijo Lena, mientras se tocaba la muneca y se preguntaba si se la habia roto.

– Has bebido mucho.

– Y lo que me queda -dijo ella, apartando a un grupo de gente que bloqueaba la entrada.

En cuanto lo hubiera anotado todo, nada como un trago para celebrarlo. Unas horas atras le preocupaba perder el empleo, y ahora estaba en condiciones de quedarse con el puesto de Chuck.

– Lena…

– Vete a casa, Ethan -le ordeno Lena, tropezando con una piedra del jardin.

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