puno dentro.
Cerro los ojos para no ver lo que habia en la taza, respirando por la boca y procurando no sentir mas nauseas.
El ruido de una puerta al abrirse le hizo levantar la vista, pero la del cuarto de bano seguia cerrada.
– Contra la pared -dijo una voz masculina. Reconocio la voz de Frank de inmediato.
– Que te jodan -le replico Ethan de mala manera.
Enseguida oyo el familiar sonido de alguien impactando contra la pared. Se dijo que ojala Frank le estuviera haciendo dano. Ojala le machacara las liendres.
Lena se limpio la boca y escupio en la taza. Se sento sobre los talones y se llevo una mano al estomago mientras escuchaba lo que sucedia al otro lado de la puerta. Tenia un dolor de cabeza espantoso, y el corazon acelerado.
– ?Donde esta Lena? -pregunto Jeffrey alarmado.
– No esta aqui, cabron -dijo Ethan en un tono tan convincente que incluso ella le creyo-. ?Donde esta tu puta orden para derribar esa puerta?
Lena se apoyo en el lavamanos y se puso de pie lentamente.
– ?Donde ha ido? -pregunto Jeffrey preocupado.
– Ha salido a tomar un cafe.
Lena se miro en el espejo que habia sobre el tocador. Un hilo de sangre le caia de la nariz, pero no parecia rota. Tenia un morado bajo el ojo, y se acerco la mano. Pero se detuvo cuando los dedos estaban a pocos centimetros de la cara. Un vivo recuerdo de lo que habia ocurrido esa noche atraveso su cerebro como una corriente electrica. Habia tocado a Ethan con esa mano. La habia llevado a la bragueta de el y le habia acariciado ahi abajo mientras le miraba a los ojos, observando el efecto que eso le producia, disfrutando de lo que la noche anterior le habia parecido poder y esta manana resultaba vulgar y repugnante.
Lena abrio el grifo del agua caliente, agarrando la pastilla de jabon. Se enjabono las manos y luego se puso espuma en la boca, intentando recordar si le habia besado. Se froto la lengua con las unas, y le vino una arcada cuando se le metio jabon en la garganta. Lo habia hecho porque estaba borracha. Como una cuba. ?Que otra cosa podia impulsarla a hacer algo tan estupido? Jeffrey llamo suavemente a la puerta.
– ?Lena?
Lena no contesto, y siguio frotandose las manos hasta que le quedaron moradas del calor y la friccion. La muneca dolorida se le habia hinchado hasta ser el doble de gruesa que la otra, pero el dolor no la molestaba, pues era algo que podia controlar. Con la una engancho una protuberancia irregular de una de sus cicatrices, y la sangre fue bienvenida. Hurgo en la abertura, intentando desgarrar la piel, deseando poder arrancarsela.
– ?Lena? -Jeffrey llamo mas fuerte, inquieto-. ?Lena? ?Te encuentras bien?
– Dejala en paz -dijo Ethan.
– Lena -repitio Jeffrey, llamando mas fuerte. Lena no sabia si estaba preocupado, enfadado, o las dos cosas-. Contestame. Lena levanto la vista. El espejo resumia la historia de lo que Jeffrey veria: su vomito en el retrete, las manos ensangrentadas goteando en el lavamanos, Lena de pie, temblando de asco y odio hacia si misma.
– Derriba la puerta -sugirio Frank.
Jeffrey le advirtio:
– Lena, o sales o entro yo.
– Un momento, por favor -exclamo Lena, como si el fuera su pareja y la esperara para salir a cenar.
Lena se saco la navaja del bolsillo antes de volver a abrocharselos. Habia una tablilla suelta en el fondo del botiquin, y metio el arma debajo antes de cerrar el grifo.
Tiro de la cadena del vater mientras hacia gargaras de elixir bucal, escupiendo una parte y tragandose el resto con la esperanza de que su estomago lo aceptara. Se limpio la nariz con el dorso de la mano, y luego se la froto en los pantalones. No habia manera de abrocharse los punos de la camisa, pero sabia que las mangas ocultarian sus munecas.
Cuando por fin salio del cuarto de bano, Jeffrey se disponia a derribar la puerta. Frank estaba detras de Ethan, apretandole la cara contra la pared con tanta fuerza que la sangre de la nariz resbalaba por la pared. Lena se quedo en el umbral. Mas alla de donde estaba Jeffrey, veia la zona que servia de salita y la pequena cocina. Se dijo que ojala hubiera alguna manera de hacer que todos se fueran a la otra habitacion. A Lena ya le costaba mucho dormir por las noches sin tener que enfrentarse al recuerdo de esos hombres en su dormitorio.
Jeffrey y Frank se quedaron paralizados al verla, como si se tratara de una aparicion y no de la mujer con la que habian trabajado todos los dias durante la ultima decada.
Sin pensarlo, Frank aflojo la presion sobre Ethan y murmuro:
– ?Que ha pasado?
Lena se cubrio la cicatriz sangrante de la mano y le dijo a Jeffrey:
– Mas vale que tengas una orden.
– ?Te encuentras bien? -le pregunto Jeffrey.
– ?Donde esta la orden?
– ?Te ha hecho dano? -inquirio Jeffrey en voz baja.
Lena no contesto. Miraba el edredon limpio, se fijo en que apenas estaba arrugado. La tela era de un color burdeos oscuro, y cualquier mancha se hubiera notado a la legua. Respiro al saber que aquella noche no habia pasado nada entre ella y Ethan. Como si lo que ella sabia que habia ocurrido no fuera bastante. Lena cruzo los brazos y dijo:
– Salid todos de mi casa. Esto es allanamiento de morada.
– Hemos recibido una llamada -le contesto Jeffrey, y lo dijo como si hubiera venido dispuesto a echar la puerta abajo. Se acerco y miro las fotos que Lena tenia expuestas en el espejo del tocador-. Alboroto domestico.
Lena sabia que eso era una bola. Su habitacion quedaba al extremo del edificio, y su vecino mas cercano era un profesor que estaba en un congreso. Aun cuando alguien hubiera telefoneado, Jeffrey no podia haber llegado tan deprisa. Probablemente el y Frank estaban cerca de la residencia y se habia servido de la discusion entre Ethan y ella como excusa para derribar la puerta.
– Muy bien -dijo Jeffrey-. ?Cual es el problema?
– No se de que me hablas -contesto Lena, mirandole fijamente.
– Para empezar, tu ojo. ?Te ha pegado? -pregunto Jeffrey.
– Me di contra el lavamanos cuando derribaste la puerta. -Se excuso con una ironica sonrisa-. El ruido me asusto.
– Muy bien -dijo Jeffrey. Senalo a Ethan con el pulgar-. ?Y el?
Lena miro a Ethan, y el le devolvio la mirada por el rabillo del ojo. Lo que habia ocurrido entre ellos esa noche era solo… cosa de ellos dos.
Jeffrey insistio.
– ?Lena?
– Supongo que se lo hizo Frank al entrar -le dijo, sin responder a la severa mirada que aquel le lanzo.
Antes de que la echaran, habian sido companeros, y conocia a Frank lo bastante para saber que acababa de destruir esa relacion. Habia quebrantado el codigo. Tal como se sentia ahora, casi se alegraba.
Jeffrey abrio uno de los cajones superiores del tocador, echo un vistazo y, a continuacion, miro fijamente a Lena. Sabia que observaba su funda tobillera, pero no habia ninguna ley que impidiera guardar un cuchillo envainado en el cajon de los calcetines.
– ?Que estas haciendo? -le pregunto Lena cuando Jeffrey cerro el cajon de golpe.
Abrio el siguiente cajon, donde Lena guardaba las bragas, y metio la mano, apartando lo que habia. Saco un tanga de algodon negro que Lena no habia llevado en anos y le lanzo la misma mirada penetrante antes de dejarlo otra vez en el cajon. Lena sabia que estaba buscando prendas similares a la encontrada en la habitacion de Andy, tan seguro como que jamas se volveria a poner ninguna de las prendas que Jeffrey habia tocado en aquel cajon.
Lena intento no levantar la voz al preguntar:
– ?Para que has venido?
Jeffrey cerro el cajon con otro golpe.
– Te lo dije ayer. Hemos encontrado pruebas que te relacionan con un crimen.