violaran, y sabia de manera instintiva como hacerle jadear.
– Oh…
Ethan abrio la boca, sorbiendo aire. Extendio los brazos hacia ella.
– No me toques -le ordeno Lena, y se la apreto mas fuerte para que supiera que hablaba en serio.
Ethan se agarro a la parte superior de la nevera. Se le aflojaban las rodillas, pero consiguio mantenerse en pie.
Lena sonrio para sus adentros. «Que estupidos son los hombres. Con lo fuertes que son, los tienes comiendo de tu palma con tal de que los hagas correrse.»
– ?Por eso me seguias como un perrito? -le pregunto Lena.
Ethan se inclino para besarla, pero Lena aparto la cabeza. El volvio a jadear cuando Lena le froto la punta del capullo con el pulgar.
– ?Esto es lo que querias? -pregunto Lena, manteniendo la mano firme, deseando que el le suplicara-. Dimelo.
– No -susurro Ethan.
Intento ponerle una mano en la cintura, pero ella le toco en el lugar que sabia lo llevaria al septimo cielo.
– Dios… -susurro entre dientes Ethan, derribando un vaso del marmol de la cocina mientras buscaba algo a que agarrarse.
– ?Quieres tirarte a una tia a la que han violado? -le pregunto, como si charlaran-. ?Quieres contarselo luego a tus amigos?
Ethan nego con la cabeza, los ojos cerrados y concentrado en la mano de ella.
– ?Has hecho una apuesta con alguien? ?De eso va el asunto?
Ethan le apreto la cabeza contra el hombro, intentando permanecer de pie.
Lena le acerco los labios al oido.
– ?Quieres que pare? -pregunto, y movio la mano mas despacio.
– No -susurro el, agitando las caderas para hacerla acelerar.
– ?Que has dicho? -pregunto Lena-. ?Has dicho que querias que parara?
El volvio a negar con la cabeza, jadeando.
– ?Has dicho «por favor»? -pregunto ella, llevandole al limite. Cuando el cuerpo de Ethan comenzo a estremecerse, se paro-:
– ?Ha sido eso un «por favor»?
– Si -exhalo, y le puso una mano encima para hacerla continuar.
– ?Te he dado permiso para tocarme?
Ethan aparto la mano, pero agito las caderas y comenzo a respirar muy fuerte.
– No te he oido -le insistio Lena-. Di «por favor».
Ethan comenzo a decir la palabra pero se detuvo, gimiendo.
– Dilo -le ordeno ella, y ejercio la presion adecuada para recordarle lo que podia hacerle con la mano.
La boca de Ethan se movio intentando decirlo, pero o respiraba demasiado fuerte o era demasiado orgulloso para pronunciar las dos palabras.
– ?Que ha sido eso? -susurro Lena, sus labios casi besandole la oreja-. ?Que has dicho?
Ethan emitio un sonido gutural, como si algo en su interior se hubiera roto. Lena sonrio cuando el cedio por fin.
– Por favor… -le suplico Ethan, y como si no fuera suficiente, repitio-: Por favor…
Lena volvia a estar en aquella oscura habitacion, echada boca abajo. Unos besos lentos y sensuales descendian por su espalda hasta el espacio donde comenzaba su rabadilla. Estiro el cuerpo, sintiendo como le bajaban los pantalones, encantada con la sensacion de que le besaran su lugar favorito sin darse cuenta de que no deberia ser capaz de sentir esas cosas. Deberia tener las manos y los pies clavados al suelo. Deberia estar de espaldas.
Se desperto inhalando con brusquedad, salto de la cama tan rapidamente que cayo al suelo, y se golpeo la cabeza en la pared con tanta fuerza que se quedo aturdida unos segundos.
– ?Que te ocurre? -pregunto Ethan.
Lena se levanto y apoyo el cuerpo contra la pared, el corazon desbocado en el pecho. Se llevo las dos manos a los pantalones. Solo el boton de arriba estaba desabrochado. ?Que habia ocurrido? ?Por que estaba alli Ethan?
– Vete -le dijo con serenidad, a pesar del miedo que le recorria el cuerpo.
Ethan le sonrio y extendio los brazos hacia ella. La cama era de una plaza, Lena casi ni cabia en ella, y el estaba apretado contra la pared del otro lado. Ethan estaba completamente vestido, pero llevaba los tejanos desabrochados, la cremallera a medio bajar.
– ?Que cono me has hecho? -pregunto Lena, horrorizada ante la idea de que la hubiera tocado, quizas incluso penetrado.
– Eh -dijo Ethan, sin alterarse, como si hablaran del tiempo-. Tranquila, ?vale?
Se sento en la cama y volvio a alargar los brazos hacia ella.
– Vete a tomar por culo -le advirtio Lena, apartandole las manos de una palmada.
El se puso en pie.
– Lena…
– ?Largate de mi vista! -chillo con voz ronca.
Ethan bajo la vista, se abrocho los pantalones y se subio la cremallera mientras decia:
– Joder, tampoco vamos a casarnos ni…
Lena le empujo el pecho con fuerza. El reculo un paso pero no se cayo. En lugar de captar el aviso, dio un paso hacia ella, el rostro inexpresivo, sin mediar palabra al empujarla por los hombros.
Lena se golpeo contra la pared pero se quedo erguida, impresionada por su fuerza bruta. Habia imaginado que podria enfrentarse a el, pero el cuerpo de Ethan era como el acero.
Ethan abrio la boca, probablemente para disculparse. La palma de Lena le golpeo de lleno en la cara. El ruido resono en la habitacion y, antes de que Lena reaccionara, el le habia devuelto la bofetada, y fuerte.
– ?Cabron!
Ella fue a por el, esta vez con los punos, pero el le agarro las manos, dominandola con facilidad y empujandola contra la pared.
– Lena… -dijo, inmovilizandole las munecas.
Ella penso que le doleria por la lesion anterior, pero estaba tan aterrada a causa de lo que podia haber pasado entre ellos que solo sentia rabia.
Intento liberarse, pero el la sujeto con facilidad. Aun llevaba la navaja en el bolsillo, pero sabia que no podia cogerla si no le soltaba las manos. Lena le dio una patada en la rodilla, y el se inclino, dandole a Lena la oportunidad de golpearle en plena cara. Ethan retrocedio, con las manos en la nariz y la sangre chorreandole entre los dedos. Lena corrio al cuarto de bano y se encerro.
– Oh, Dios -susurro Lena-. Oh-Dios-oh-Dios-oh-Dios.
Le temblaban las manos al desabrocharse los tejanos. Se arano la piel de las piernas al bajarse los pantalones para ver si la habia lastimado. Se busco magulladuras y cortes, y luego examino las bragas buscando manchas delatoras, incluso las olio para ver si habia rastro de que Ethan se le habia acercado.
– ?Lena? -pregunto el, llamando a la puerta.
Tenia la voz apagada, y Lena se dijo que ojala le hubiese roto la nariz.
– ?Vete! -le ordeno Lena, dando una patada a la puerta, y deseando poder darle una a el igual de fuerte y verle sangrar y quejarse de dolor.
Ethan golpeo de nuevo la puerta, tan fuerte que esta temblo.
– ?Lena, maldita sea!
– ?Largate! -chillo ella, la garganta ronca y estridente. ?Ethan le habia puesto el pene en la boca? ?Aun sentia su sabor?
– Lena, vamos -dijo el, moderando el tono-. Por favor, nena.
Ella sintio que se le revolvia el estomago, y corrio al retrete a vomitar, echando bilis por el suelo. Se puso de rodillas, con unas arcadas tan fuertes que sintio que se le contraian las tripas como si alguien le hubiera metido un