estaban encendidas. Hugh Harriman estaba operando en el otro telefono, junto al sofa, a los gritos y con grandes ademanes.
Fue directamente al escritorio. Ellen lo miro. Simultaneamente le preguntaron:
—?Estas bien? ?Esta muy danada la fabrica?
Ellen se paso una mano por la frente.
—Tu no estas muy bien.
—Una copa me vendria de perlas… ?Que noticias hay de los danos? No me quede a esperar los resultados.
—Hugh esta recibiendo los informes de los grupos de mantenimiento.
Subitamente aparecio Chris Perry junto a el.
—?Lo logramos senor! Todo esta seguro. Toda la base es nuestra. La unica resistencia real fue en la fabrica de agua, y esa ha sido sofocada.
—Bien. ?Informes sobre los danos?
La gente rodeaba a Kinsman sonriendo, excitados por la victoria. Pero Harriman seguia todavia escupiendo una corriente continua de palabras a una de las pantallas del telefono en un extremo del sofa.
Kinsman se abrio paso hacia el.
—Hugh, ?malas noticias?
Harriman hizo revolotear una mano regordeta hacia el.
—?Estoy tratando de averiguar, maldicion! ?Dame un minuto o dos!
—?Que hacemos con los, eh… prisioneros de la fabrica de agua? —pregunto Perry.
—Que vuelvan a sus habitaciones. Ponles un guardia armado al final de cada corredor. Simplemente hay que controlar que no hagan mas danos. —A Kinsman le zumbaba la cabeza—. ?Alguna novedad de Leonov?
—Recibimos una llamada de Lunagrad hace mas o menos una hora —respondio Ellen—. No del coronel Leonov, sino de uno de sus cientificos. Era una llamada personal para Landau.
?Landau?
—?Ninguna otra comunicacion?
—No.
Intrigado, Kinsman se abrio camino hasta su escritorio. En una de las pantallas murales vio que todas las secciones de Selene estaban completamente normales, excepto la plaza principal, llena de gente con aire de fiesta. Se paseaban de un lado a otro con caras alegres, excitadas.
Una pantalla mostraba una parte de la fabrica de agua: una explosion habia reventado media docena de canos y la preciosa y sagrada agua salia a borbotones inundando el area hasta la altura de las rodillas, mientras un equipo de reparaciones se movia tratando de detener la perdida. Kinsman sentia como si una de sus propias arterias se hubiera abierto: era como si la sangre vital se estuviera desperdiciando.
Se dejo caer en una silla junto al escritorio y encontro una linea de telefono libre. Apreto un boton y miro hacia arriba. Ellen le alcanzo los auriculares.
—Lunagrad —le dijo a la computadora—. El coronel Leonov.
Pero una de las operadoras aparecio en la pantalla sacudiendo su cabeza:
—Lo siento, senor, pero las comunicaciones con Lunagrad no son continuas. En este momento no tenemos ninguna respuesta.
?Jesucristo!
—Usen el sistema de comunicacion laser de superficie. Saquenlo de su orientacion hacia las estaciones espaciales y dirijanlo hacia el espejo receptor de Lunagrad.
—Senor, necesitare una autorizacion y…
—Habla Kinsman. Voy a poner al capitan Perry al telefono, y sera mejor que cuando el llegue aqui, ese laser este apuntando al receptor de Lunagrad. ?Quiero una comunicacion, y la quiero ahora!
—?Si, senor! —La muchacha tenia los ojos asombrados.
Kinsman llamo a Perry a su escritorio y le explico lo que queria que hiciera. Se dirigio luego al sofa donde Harriman estaba conversando, aun muy animado.
—?Como va todo?
Chet sacudio la cabeza.
—No lo se todavia. Ni una palabra de Leonov.
—?Estas bien?
—Si. Bien. ?Y tu?
—Quiero ayudar. ?Que puedo hacer?
Se encogio de hombros.
—Sientate y sufre, como el resto de nosotros.
En ese momento comprendio por que todos estaban ahi, por que la gente se estaba reuniendo en la plaza principal. Esperaban. Esperaban a ver si todo funcionaria o no. Esperaban, para saber si vivirian o moririan.
Y yo soy el responsable.
Harriman bufo y golpeo sus manos contra los muslos.
—?Muy bien, muy bien, impriman los detalles —grito a una de las pantallas— y manden una copia aqui para que estos enloquecidos lo vean!
Kinsman estaba de pie frente a el.
—?Y bien?
Harriman se volvio a mirarlo y movio bruscamente una mano.
—Ni muy bueno, ni muy malo. He hecho que todos los equipos de inspeccion de danos informen directamente a la computadora, y luego la estupida maquina mezclara todo en unos pocos minutos.
—?Y?
—Analisis preliminar: la produccion de agua se ha reducido en un cuarenta por ciento. Los minerales y otras materias primas se han reducido un poco menos, posiblemente un veinticinco o treinta por ciento. Destrozaron muchas canerias, pero las grandes maquinarias, las trituradoras…
—Bueno, en realidad no tenian suficientes explosivos como para hacer realmente dano alguno a esos monstruos.
—Cuarenta por ciento. ?Por cuanto tiempo, quieres saber?
—Si, ?cuanto estima la computadora que demoraran las reparaciones?
—Dos semanas —dijo Harriman—. Pero aun es demasiado pronto como para saber… ?Maldicion! Digamos un mes, por lo menos.
Kinsman hizo un rapido calculo mental.
—Podemos vivir con eso. Habra escasez de agua durante un mes, mas o menos.
Harriman se levanto de un salto.
—Asi que tendremos que beber nuestro alcohol puro, ?no?
Y subitamente todos se pusieron a reir, casi gritando por el alivio. La energica voz de tenor de Perry se oyo por sobre los otros ruidos.
—?Tengo a Lunagrad en linea! ?Estan buscando a Leonov para que hable!
La oficina quedo en absoluto silencio.
La pantalla del telefono era un confuso arco iris de rayas y colores, producido por la estatica. De pronto se aclaro, y la cara de Piotr Leonov tomo forma. Estaba serio, y su pelo gris acero se veia despeinado.
—Disculpame, mi amigo. —El corazon de Kinsman se detuvo—. Tendria que haber pensado en la comunicacion laser mas temprano. Los de la linea dura trataron de apoderarse de los principales centros de comunicaciones y de energia.
—?Trataron? —Kinsman sintio que su sangre comenzaba a circular nuevamente.