—No esperaba que entregaras Moonbase a los rusos —respondio Kelly, manteniendo su mirada fija hacia adelante—. O que le entregaras nuestros satelites.

—Te equivocas, Pat. Estamos creando una nueva nacion.

Kelly sacudio la cabeza.

—Sabes que si vuelan la fabrica de agua mataran a todo el mundo aqui.

—Nos pueden enviar agua desde la Tierra.

—?Cuando? ?Dos dias? ?Tres? ?Una semana? ?Un mes? Y ademas, ?cuanta? ?Suficiente para un millar de personas todos los dias? No seas estupido. Y no esperes que los de abajo hagan algo…, especialmente si comienzan los disparos.

Kelly no respondio.

—Tu mujer y tus ninos, Pat. Los mataras a ellos tambien.

—?Tu fuiste quien me hizo traerlos! ?Que pensabas hacer, retenerlos como rehenes?

—Estoy tratando de salvar sus vidas.

Por primera vez, Kelly se dio vuelta para mirar de frente a Kinsman.

—?Entregandolos a los rusos? ?Para que ellos los maten? —Kelly golpeo con un puno el antepecho del pasaje metalico, haciendo que resonara huecamente—. Si entramos en guerra es lo mismo que si todos estuvieramos muertos, de todos modos. No voy a permitir que ayudes a los rusos a derrotar a America.

—Entonces, ?por que no me ayudas a impedir la guerra? —Kinsman elevo su voz lo suficiente como para que el eco resonara por entre la maquinaria metalica que los rodeaba.

—No se puede elegir el camino mas facil para salir de esto —dijo Kelly, caminando nuevamente—. No puedes evitar la guerra dandole al enemigo todo lo que quiere.

—Leonov y su gente no son nuestros enemigos.

—?Son rusos! ?Y ese es el enemigo! ?Yo hice un juramento para preservar y defender a los Estados Unidos de America! —grito Kelly, con voz que comenzaba a quebrarse—. Y tu tambien. Es posible que no haya significado nada para ti, pero eso es lo mas importante de mi vida.

—No resultara, Pat.

—?Yo se cual es mi deber!

—?Y tu familia?

—?Yo se cual es mi deber! —Kelly casi estaba gritando.

Muy quedamente, ignorando la creciente tension en su pecho, Kinsman dijo:

—Joseph Goebbels.

Kelly lo miro extranado.

—?Quien?

—Goebbels. El ministro de Propaganda del partido nazi, en la epoca de Hitler. Durante los ultimos dias de la Segunda Guerra , cuando los rusos estaban convirtiendo a Berlin en ruinas, le dio cianuro a su mujer y a sus hijos. Eran seis o siete, creo. Y luego tomo un poco el mismo.

Con un resoplido de asco, Kelly continuo caminando por el pasaje metalico. Corria casi.

—Nunca pude entender como un hombre pudo hacer eso —continuo Kinsman—. Nunca, desde que lo lei por primera vez en el colegio. Ahora lo se.

No podia ver la cara de Kelly. Pero el color rojo de su nuca era bastante elocuente.

—?Detenganse ahi!

Era la voz de Frank Colt, que venia de algun lugar por debajo de ellos. Kinsman miro por sobre el antepecho del pasaje y lo vio alla abajo en el suelo; tres niveles los separaban. El mayor negro llevaba su uniforme de fajina reglamentario de la Fuerza Aerea , azul, con las doradas hojas de roble en las solapas y una enorme automatica sujeta a la cintura.

—Reviselo —ordeno Colt.

Kinsman saco una radio a transistores del tamano de la palma de la mano del bolsillo de su traje enterizo.

—Esto es todo lo que tengo —dijo.

Ademas del emisor de senales en mi zapatilla izquierda.

Igualmente Kelly lo reviso, aunque sin descubrir el diminuto transmisor mientras pasaba sus manos por los brazos, el tronco y las piernas de Kinsman.

Descendieron entonces por la larga escalera que los condujo hacia Colt. Kinsman lo hacia lentamente. Se dio cuenta de que estaba agitado, le faltaba el aliento. Kelly bajo despues de el.

Cuando Kinsman toco el suelo de piedra, le dijo a Colt:

—Felicitaciones, Frank. Murdock te ha hecho comandante de Moonbase.

Las cejas de Colt se arquearon.

—?Si? Eso esta bien. Ahora todo es legal y oficial.

—Salvo por el hecho de que ya no existe Moonbase. Esta es la nacion de Selene. Las ordenes de Washington ya no nos afectan. Ni tampoco las de Moscu.

Al menos, ?eso espero!

Colt miro su reloj pulsera.

—Dentro de un minuto y medio desaparecera la fabrica de agua, companero. Siempre que no termines con toda esa porqueria.

—Frank, hemos sido amigos por mucho tiempo…

—Esto ya no es amistad, Chet. Es traicion.

Kinsman miro a su alrededor, hacia las formas metalicas que los rodeaban.

—?Donde esta Waterman? —pregunto.

—Esta ocupado —Colt hizo un gesto senalando hacia el nivel principal de la fabrica.

—?Colocando los explosivos?

—Correcto.

—Frank, si sigues con esto no solo mataras a todos en Selene, sino tambien a todos en la Tierra.

—Basta. Nadie va a morir si le dices a tu gente que se olvide de toda esta mierda de la independencia. Yo mismo me encargare de que el asunto sea silenciado. Nada de arrestos ni violencias. Tu puedes volver a la Tierra …

—Y ser bombardeado.

Los musculos de las mandibulas de Colt se pusieron tensos. Miro nuevamente su reloj.

—Los explosivos estan programados para dentro de un minuto. Es mejor que tomes tu decision.

A pesar del zumbido de sus oidos, a pesar del dolor creciente en el pecho, Kinsman se esforzo por decir con calma:

—Cuando ocurra tu explosion, estaras matando a la raza humana entera.

—?Maldito estupido! —La voz de Colt era como acero derretido—. No eres mas que un instrumento de Leonov. ?Te han tendido una trampa, hombre! ?No puedes darte cuenta de eso? ?Es una trampa! Paz, amor y amistad… y tu le entregas el sistema ABM. ?Mierda!

—Estas equivocado, Frank. Podemos confiar en Leonov. Esta con nosotros.

Colt se volvio a Kelly y le dijo:

—Dame la radio que trajo. —La tomo y le alcanzo la pequena caja de plastico a Kinsman—. Dalo por terminado, Chet. Diles que todo termino. Tienes quince segundos.

Kinsman se quedo inmovil, con las manos colgando a los costados.

—?Por el amor de Dios! —grito Kelly—. ?Hazlo! No nos hagas…

Las luces se apagaron. El rumor de la maquinaria ceso. Antes de que nadie pudiera decir nada se encendieron las pequenas luces de emergencia, desparramando manchas de luz grisacea en medio de las oscuras y pulidas maquinas.

Kinsman hablo primero. Con calma, se dijo. Manten la frialdad.

—?Tus explosivos tienen fusibles electricos?

—Hijo de puta…

Aun en la penumbra, pudo ver que Colt acariciaba la pistola que llevaba en la cintura.

—Pronto llegaran las tropas —les dijo Kinsman—. Tienen pistola de dardos y granadas de gas. ?Recuerdas,

Вы читаете Milenio
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату