un departamento o de un grupo importante de gente o de algun equipo vital. A cada uno de ellos Kinsman le habia dicho lo mismo.
—Estamos ante una situacion de alerta maxima. La guerra es inminente. Mis intenciones son declarar nuestra independencia de la Tierra , y con ello tratar de impedir el comienzo de la guerra. Estamos actuando de comun acuerdo con la gente de Lunagrad. Selene se convertira en una nacion independiente. Tanto los Estados Unidos como Rusia trataran de detenernos, y puede que haya que luchar. Trataremos de evitarlo, pero tenemos que estar listos para enfrentarnos a esa eventualidad.
Los temores de la noche anterior habian desaparecido de su mente, o por lo menos habian sido sepultados tan hondamente que podian ser ignorados por el momento. Kinsman se sentia extranamente tranquilo, en paz consigo mismo por primera vez desde que habia estado en los controles de un avion jet de gran altura.
Aquellos a quienes habia hablado se mostraron sorprendidos. Algunos habian sonreido, repentinamente aliviados. Otros estaban enojados y lo demostraban. A quienes estaban de acuerdo con el, les pidio solo que explicaran la situacion a la gente a su cargo. A quienes habian apretado los labios y los punos les ofrecio una lanzadera para enviarlos a la Tierra , y luego llamo a los segundos jefes.
A medida que pasaba el largo dia, la totalmente absurda idea comenzo a parecer casi natural, inevitable. Nos estamos enfrentando a las dos naciones mas poderosas del mundo. ?Por que? Oh, porque una vez mate a una muchacha rusa. Y de paso se salvara el mundo. ?Que tiene eso de malo? Kinsman comenzo a sentirse aturdido.
Ellen fue una de las ultimas en aparecer por su oficina.
—?Quieres que el centro de comunicaciones sea clausurado? —dijo ella, con voz distante y profesional—. ?Que todos los mensajes de la Tierra pasen directamente a tus manos?
—Correcto —dijo Kinsman, refugiandose en los detalles del trabajo—. Ademas ningun mensaje saldra a la Tierra sin mi aprobacion especifica.
—?Ningun mensaje? —pregunto Ellen—. ?Y eso no los haria desconfiar?
Chet se encogio de hombros.
—No podemos correr el riesgo de que alguien haga llegar un mensaje.
—Yo me hare cargo de eso.
La miro.
—?Estas segura?
—Si.
—?Quieres hacerlo? Te veras implicada…
—Podemos mantener la corriente de mensajes de rutina —dijo ella, ignorando la pregunta—. Y el intercambio de datos de computadora. Puedo revisar los mensajes personales, y asegurarme de que no contengan nada peligroso. Puedo pasarlos incluso por la computadora de criptografia para descubrir si alguien envia mensajes cifrados.
Por un momento, la mente de Kinsman se pregunto si realmente podia confiar en ella. Pero simplemente dijo:
—De acuerdo. Muy bien.
Ellen se levanto y se retiro sin decir otra palabra.
Era ya bien avanzada la tarde cuando Kinsman le pregunto al cariacontecido Pat Kelly:
—?Quien queda?
Kelly hizo pasar la lista por la pantalla visora de la computadora.
—Parece que nadie. —Su voz temblaba.
—?Y Ernie Waterman? —pregunto Kinsman.
Kelly lo miro.
—Ernie no es jefe de departamento.
—Lo se, pero queria conocer su reaccion. Es un hombre clave. ?No te pedi mas temprano que lo llamaras?
Kelly comenzo a sacudir la cabeza.
—?Y Frank Colt? ?Donde esta? Haz que la computadora lo ubique.
—Muy bien.
Kinsman observo a Pat que operaba el teclado de su escritorio. El muchacho estaba mortalmente asustado.
—Pat.
Kelly salto de su escritorio.
—?Si? ?Que?
—Calmate —le dijo Kinsman con suavidad—. Todo va a salir bien. No habra ningun disparo.
Kelly se mordio el labio.
—Si. Es posible.
—Tratare de comunicarme con Leonov por telefono. Mientras tanto, dile a Chris Perry que venga.
—?Perry? ?Para que?
Kinsman se habia inclinado ya a un costado de su sillon y estaba marcando el numero de Leonov en el teclado del telefono.
—Chris encabezara una de nuestras misiones a las estaciones satelites. Su grupo tomara Beta; yo ire a Alfa, y tenemos que encontrar alguien de confianza para…
Kelly parecia como si lo hubieran golpeado. Se puso blanco, la boca abierta, las manos inmoviles sobre el escritorio.
—?Pat! ?Estas bien?
Con un esfuerzo, Kelly se las arreglo para grunir:
—No sabia que atacarias las estaciones. Nunca me lo dijiste…
—No vamos a atacarlas: vamos a apoderarnos de ellas. Rapido, limpio y sin problemas. Leonov hara lo mismo con las rusas.
—Vas a dejar indefensos a los Estados Unidos…
—No —respondio Kinsman—. Vamos a apoderarnos nosotros mismos de las defensas. Entonces podremos asegurarnos de que nadie atacara a nadie.
Kelly se levanto lentamente de su escritorio. Temblaba visiblemente.
—Chet, yo… tienes que dejarme ir. Nunca pense…
—Un momento, Pat. No le haremos dano a nadie.
—No
Kinsman lo miro fijo.
—Muy bien, Pat —dijo finalmente—. No deseo que hagas algo que no quieres hacer. Ni tu ni nadie.
Pero en su mente estaba diciendo:
Kelly escapo de la oficina. Kinsman vio como se cerraba la puerta detras de el. Luego volvio al telefono. La pantalla no mostraba nada, y la voz de un tecnico dijo:
—Senor, todas las comunicaciones con Lunagrad han sido cortadas.
—?Las lineas estan cortadas?
—No senor. No hay dano fisico. Simplemente han cerrado su centro de comunicaciones. No entran ni salen mensajes. Nuestros monitores tampoco indican comunicaciones con la Tierra.
Se dio cuenta de repente.
Justo lo que haria falta: un grupo de americanos armados asaltando Lunagrad.
Pero no pudo permanecer en su oficina por mas tiempo. Kinsman marco el numero del centro de comunicaciones de Moonbase y le dijo al tecnico que respondio:
—Busque al capitan Perry y digale que me encuentre en la portezuela de acceso al tunel principal de Lunagrad.
Habia varios puntos en los que Lunagrad y Moonbase se tocaban: la plaza principal, el hospital, la cupula de descanso. El tunel principal era el mas antiguo y estrategico punto de contacto. Habia sido ahi donde las dos bases