laser, la que era imposible de interceptar desde las estaciones espaciales o desde la Tierra.
Todo estaba bajo control, aparentemente. En la Tierra no sospechaban nada. Aparentemente. Podria descender en medio de un comite de recepcion, penso. Quizas no creyeran la historia de la catapulta en reparaciones. Pero aun si no fuera asi, tenia solo veintiseis hombres para apoderarse de la Estacion Espacial Alfa, que contaba con varios cientos de personas a bordo. Aunque la tropa era apenas un punado, no mas de cuarenta. Si podemos sorprenderlos, actuar con la rapidez necesaria…
Ademas ?estaba todo realmente bajo control en Selene? Kinsman dudaba de su decision final de confiar en Frank Colt. Y en Ellen.
Habia ocurrido el domingo, despues de una noche de cautelosa celebracion en la que americanos y rusos se habian mezclado libremente. Todos, menos los muertos y los prisioneros. Aquella manana, mientras Kinsman revisaba las listas de personal disponible y trataba de calcular cuantos hombres necesitaria para apoderarse de las estaciones espaciales y ademas mantener la disciplina en Selene, se dio cuenta de que no habia suficientes hombres para ambos objetivos.
Entonces llamo a Colt, Ellen y Harriman a su oficina.
Harriman se veia cansado pero feliz. Se habia pasado las horas de tranquila celebracion y bebida la noche anterior, diciendole a todo el mundo que por fin podria convertirse en ciudadano de algun pais nuevamente.
Ellen estaba tranquila y se mostraba fria. Demasiado fria, penso Kinsman. Como si tuviera que mantenerse a una cierta distancia de el.
Colt se mostraba prudente y… algo mas. Kinsman no podia definirlo. Confuso. Indeciso, tal vez.
Se sentaron. Colt en una silla, mostrandose tan tranquilo como un gato al acecho. Harriman se echo en el sillon, murmurando acerca del vodka casero y dolores incipientes. Ellen se ubico junto a el en silencio.
Kinsman estaba en su escritorio.
—?Como estan las cosas en el centro de comunicaciones? —pregunto a Ellen.
—Bien —respondio—. Ninguna sospecha en la Tierra. El trafico es perfectamente normal.
Kinsman se paso la lengua por los labios.
—Bien. Ahora el proximo paso es tomar las estaciones espaciales. Si Ellen tiene razon, no sospechan ni remotamente que es lo que ocurrio aqui ayer.
—Sin embargo… —murmuro Colt.
—Y no lo sospecharan —replico Kinsman—, mientras tengamos un equipo leal en el centro de comunicaciones. —Mientras decia esto miraba a Ellen. Ella le devolvio la mirada—. Aparte de la guardia en el centro de comunicaciones y en las instalaciones de lanzamiento —continuo—, no hay ninguna razon para que todo no se desarrolle normalmente aqui en Selene.
—Las barreras entre Moonbase y Lunagrad ya no existen —dijo Harriman, tocandose la cabeza con sus grandes manos.
—Eran solo barreras de papel. Somos parte de una misma nacion, de un mismo pueblo. Lo hemos sido durante anos. No habra muros entre nosotros.
Colt no dijo nada.
—Necesitare todo el personal militar disponible para tomar las estaciones espaciales, mas unos pocos para mantener el centro de comunicaciones y las instalaciones de lanzamiento con la maxima seguridad. La catapulta esta clausurada.
—?Y los rusos —pregunto Colt.
—Leonov esta haciendo lo mismo que nosotros. Sus lanzaderas ya estan en camino hacia sus estaciones. No habra otros vuelos de entrada ni de salida en Lunagrad.
—Es solo cuestion de tiempo —dijo Harriman— antes de que se den cuenta de que nada sale de Moonbase, como de Lunagrad. Y entonces comenzaran a sospechar.
—Es por esa razon que tenemos que movernos con rapidez. —Kinsman se levanto y dio unos pasos alrededor de su escritorio—. Hugh, he pensado pedirte que hagas de gran jefe mientras yo no este…
—?Cielos, no!
Kinsman levanto una mano para calmarlo.
—Lo se. Lo se. No eres el hombre adecuado para el cargo. Los filosofos no son buenos conductores.
—?Mierda! Chet, tienes el mejor de los modos para desinflar a la gente.
Se volvio hacia Colt.
—Pero los militares si lo son, por su preparacion y por su actitud. Los militares son buenos conductores de hombres.
El negro se mostro sorprendido.
—?Que estas diciendo?
—Estoy preguntando, Frank,
Colt rio amargamente.
—Estas loco, hombre.
—Te necesito, Frank. Necesito que alguien haga ese trabajo, y que lo haga bien. Tu puedes hacerlo.
—?Yo no estoy de tu parte! ?No te has dado cuenta de eso todavia?
Kinsman se sento en el borde del escritorio.
—Frank, podrias haberme detenido perfectamente en la fabrica de agua. Pero te pedi que tuvieras confianza en mi, y lo hiciste. Creo que ya puedes darte cuenta de que Leonov ha mantenido su palabra.
—Aun pueden hacerte caer en una trampa en cualquier momento, companero. En cualquier momento.
—Es posible. Es posible que Leonov este mintiendo; sin embargo, no creo que se haya hecho disparar en el trasero solo para…
—?Un disparo donde?
Harriman murmuro:
—?Tendrias que haberlo visto anoche! ?Tenia el culo en cabestrillo! ?Autentico!
Confundido, Colt sacudio la cabeza.
—Frank —Kinsman estaba muy serio—, ahora te pregunto si estas dispuesto a comandar Selene por unos pocos dias, nuestra mitad de Selene por lo menos. Hay que comenzar con las reparaciones de la fabrica de agua. Hay que asegurarse de que todo funcione sin dificultades. Lo que estaras haciendo no tendra nada que ver con tu posicion en este asunto.
»Tendras a tu cargo varios cientos de hombres, mujeres y ninos, haras que todo marche bien. Que yo pierda o gane, es otro asunto totalmente distinto. —Colt comenzo a sacudir la cabeza—. Todo lo que te pido es que prometas no intentar comunicarte con las estaciones espaciales o con la Tierra. Solo debes ocuparte de lo que hay que hacer aqui. ?Puedo confiar en ti?
—Que lo haga Pat Kelly —dijo Colt.
Kinsman sintio que los musculos de su mandibula se ponian tensos.
—No puedo confiar en Pat. Ademas, no esta en condiciones emocionales como para hacer nada. Si logramos nuestro objetivo y se evita la guerra, lo enviaremos a el y a su familia de vuelta a la Tierra.
Colt repitio:
—Yo no estoy de tu parte.
—No me importa de parte de quien estas —dijo Kinsman—. ?Puedes hacerte cargo de nuestra mitad de Selene por unos dias… como un neutral temporario?
—?Eso seria ayudarte, hombre!
—Lo hare yo —dijo Ellen.
Kinsman la miro sorprendido. Harriman murmuro algo indescifrable. Ellen les sonrio.
—No tienen por que estar tan sorprendidos. Yo tambien puedo ser una conductora de hombres, como dijiste con tanta belleza, Chet. Me hare cargo de la base por unos dias.
Pasaron unos pocos segundos antes de que Kinsman dijera:
—?Quieres… colaborar?
Ella asintio con la cabeza y respondio:
—Alguien tiene que hacerlo. Ademas, realmente estoy de tu parte… me guste o no. Y puedo manejar la