Constantemente entraban y salian hombres, trayendo informes y problemas a Kinsman. El telefono sonaba sin cesar. Inevitablemente los papeles se amontonaban sobre la mesa; crecian como hongos cuando uno no miraba. Al capitan del transporte de tropas que estaba esperando, se le dijo que abandonara su posicion junto a la estacion y dirigiera sus cohetes hacia la Tierra. El capitan protesto con indignacion, aduciendo que parte de las tropas estaban descompuestas por la caida libre… hasta que se le informo que en la estacion habia varios casos de infeccion por un virus no identificado. Kinsman hizo entonces que el centro de comunicaciones llamara a la Tierra pidiendo una mision medica de evacuacion, para sacar a mas de cien personas no infectadas.
Eso provoco una infinidad de llamadas desde la Tierra., incluyendo una del general Murdock. Los oficiales de Kinsman atendian todas desde el centro de comunicaciones, ajustandose a ese pretexto y afirmando que estaban trabajando con equipos reducidos a causa de la infeccion.
A las 18 horas Kinsman pudo descansar lo suficiente como para comer una rapida cena que le trajeron de la cocina. Estaba terminando un bistec de soja no del todo descongelado, cuando el telefono de pared sono, precisamente junto a su oido.
—Kinsman —dijo en el microfono.
—Senor —la voz sonaba preocupada—, uno de los cientificos civiles en el primer Nivel esta haciendo un gran escandalo. Asegura que tiene en marcha un experimento muy importante sobre modificaciones metereologicas, y debe llegar a la seccion del observatorio antes de las 19 horas o se habran perdido varios anos de trabajo.
—El observatorio esta en el area de gravedad cero, junto a las instalaciones de descenso y descarga — penso Kinsman en voz alta—. ?De que nacionalidad es el hombre?
—Americano, senor. Pero afirma que trabaja para las Naciones Unidas… UNESCO, o algo por el estilo.
—Control de clima… —Lo penso un instante—. Mandelo aqui. Quiero hablar con el.
—Si, senor.
—No lo deje solo. Hagalo escoltar.
—Como ordene, senor.
Kinsman termino su breve cena mientras se preguntaba como le habria ido a Leonov.
Pocos minutos mas tarde, un oficial lunik y un civil entraron al area de descanso y atravesaron el acolchado suelo hasta el improvisado puesto de comando de Kinsman. El civil no tenia aspecto de cientifico: media mas de un metro ochenta, tenia hombros anchos y cuerpo de atleta. Se deslizaba suavemente sobre el suelo acolchado; la poca gravedad parecia no molestarlo en absoluto. Su expresion era dura, con esa nariz ganchuda y la frente agresiva. La colilla de un cigarro apagado colgaba de sus dientes. Era completamente calvo, y su craneo estaba cubierto por una finisima pelusa blanca. A Kinsman le hizo recordar mas bien a un luchador turco que a cualquier otra cosa. Y ademas estaba
Kinsman se puso de pie detras de la mesa de tenis.
—Soy Ted Marrett —dijo el civil, manteniendo en los costados sus carnosas manos.
—Chet Kinsman.
—Oigame, no tengo tiempo para cortesias o para repetir lo que digo, de modo que preste atencion. Estoy trabajando en un proyecto para aumentar las lluvias, y he estado en esto durante seis malditos anos. Cambiando las estructuras pluviales a lo largo del valle del Alto Niger, tratando de impedir que el Sahara se extienda hacia el sur, eliminando tierras de pastoreo y granjas. Si no estoy alla para el experimento de catalisis que comienza a las 19 horas, se habran perdido seis anos de trabajo… y unos cuantos millones de personas moriran de hambre.
Kinsman se sento sobre el banco.
—?Y dirige el experimento desde aqui?
—?Desde donde, si no? —exploto Marrett, que seguia de pie—. Desde aqui se puede ver todo el maldito hemisferio. La clave de todo este experimento son las estructuras de vientos y corrientes alrededor de las Islas Canarias. ?Que le parece si…?
—?Eh, un momento! —Kinsman alzo las manos, y sonriendo le dijo—: ?Se da cuenta de lo que ha sucedido hoy aqui?
Marrett lo miro aun mas agriamente.
—Ustedes, un grupo de lunaticos, se han apoderado de la estacion. Su
—Vera, yo soy el
Ahora fue Marrett el que sonrio.
—?Ajaja! Bueno, mi boca siempre fue mas grande que mi cerebro. Pero vamos, estamos perdiendo el tiempo. Tengo que ponerme en comunicacion con mi gente en la Tierra. Es muy importante.
A Kinsman se le ocurrio que si el experimento se cumplia puntualmente ayudaria a desvanecer cualquier sospecha que tuviera Murdock.
—?No mencionara nada de lo que estamos haciendo aqui?
—Demonios, no me interesa. No soy un politico. Y mientras pueda seguir con mi trabajo…
—Muy bien, lo autorizare a hacerlo. Pero el teniente permanecera con usted y se asegurara de que solo habla sobre su trabajo.
—No hay problema —dijo Marrett, tranquilamente—. Solo que este asunto puede demorar unas diez o doce horas.
—En ese caso, enviaremos un relevo.
Marrett se encogio de hombros y se dirigio al joven oficial, a quien habia impresionado.
—Vamos, hijo.
Cuando salieron, Kinsman se pregunto: ?Como demonios nos daremos cuenta si esta hablando de su trabajo, o comienza a decir tonteras en su jerga para despertar sospechas en la Tierra ? Otra cosa era confiar en Frank Colt, a pesar de sus expresiones de lealtad. Frank esta con nosotros, aunque no se de cuenta.
El telefono sono nuevamente. Se oyo una voz asustada y temblorosa.
—Senor, varios miembros de la tripulacion de la estacion han escapado de su encierro aqui en el nivel Cuatro. Dispararon contra dos de los nuestros, senor. Uno esta muerto y el otro malherido, senor.
MARTES 14 DE DICIEMBRE DE 1999, 18:10 HT
Kinsman se echo hacia atras en su banco y sintio que sus hombros golpeaban contra la pared acolchada del gimnasio. Los jovenes oficiales que lo rodeaban interrumpieron lo que estaban haciendo: uno sostenia un manojo de papeles; otro, sentado frente a Kinsman estaba por alcanzar la cafetera; un tercero simplemente se quedo boquiabierto mirando fijamente al telefono de pared.
Extranamente Kinsman no sintio sorpresa alguna, ningun impacto. Todo el tiempo habia pensado que era imposible conseguirlo sin lucha. Nunca se entregarian tan facilmente. Tenia que haber sangre.
Su voz, tan inexpresiva como su espiritu, dijo al microfono:
—Cierren todas las portezuelas que conducen al Nivel Cuatro. Que nadie entre ni salga.
—Pero, senor…, un par de los nuestros estan aun alli. —dijo el muchacho al otro extremo de la linea.
—Aislen el Nivel Cuatro —repitio con voz mas energica—. Hermeticamente. Vayan con un par de tecnicos y controlen las portezuelas exteriores tambien. No quiero que salga una sola molecula de ese nivel. ?Comprendido?
Una minima pausa.
—Comprendido, senor.
Kinsman interrumpio la comunicacion, y dirigiendose al oficial que tenia los papeles en las manos le