que estaba debajo era ese… pozo ciego.
Miles modulo su voz de un modo mas delicado del que nunca se hubiera imaginado.
— No creo que el estuviera mintiendo, Elena. Creo que estaba tratando de forjar una nueva verdad.
Enana tenia los dentes apretados y una expresion de fiereza.
— La verdad es: soy una bastarda engendrada por la violacion de un loco y mi madre es una asesina que odia la sola figura de mi sombra… No puedo creer que no haya heredado de ellos solo mi nariz y mis ojos…
Ahi estaba, el oscuro temor, el mas secreto. Miles reacciono al reconocerlo y se lanzo tras el como un caballero en persecucion de un dragon bajo tierra.
— ?No! ?Tu no eres ellos! Eres tu mismo… totalmente distinta… inocente.
— Viniendo de ti, creo que es la cosa mas hipocrita que jamas he escuchado.
— ?Eh?
— ?Que eres tu sino la culminacion de tus generaciones? La flor de los Vor…
— ?Yo? — La miro, perplejo —. La culminacion de la degenacion, tal vez. Maleza mal desarrollada… — Hizo una pausa; el rostro de ella parecia un espejo de su propia perplejidad —. Ellos tienen sentido, es cierto. Mi abuelo llevaba nueve generaciones sobre sus espaldas. Mi padre llevo diez. Yo llevo once… y juro que la ultima me pasa mas que todas las otras juntas. Es un milagro que no este aplastado hasta ser mas bajo aun. En este momento me siento como si midiera mas o menos medio metro. Pronto desaparecere del todo.
Estaba locuaz, sabia que estaba locuaz. Algun dique se habia roto en el. Se arrojo a la corriente y se dejo escurrir por la compuerta.
— Elena, te quiero, siempre te he querido… — Ella brinco como un ciervo asustado, el jadeo y la rodeo con sus brazos —. ?No, escucha! Te quiero, no se que era el sargento pero tambien a el le queria y, a lo que sea que haya en ti de el, lo honro con todo mi corazon; no se que es verdad y me importa un bledo de todas maneras, haremos lo que nos parezca como el hizo, y creo que hizo un maldito buen trabajo. ?No puedo vivir sin mi Bothari, casate conmigo!
— ?No puedo casarme contigo! Los riesgos geneticos…
— ?Yo no soy un mutante! Mira, no tengo branquias… — Metio los dedos en la comisura de los labios y se abrio la boca exageradamente —. No tengo cuernos… — Y le enseno ambos lados de la cabeza.
— Yo no estaba pensando en tus riesgos geneticos, sino en los mios. Los suyos. Tu padre debe saber lo que el era; jamas aceptara…
— Mira, cualquiera que pueda exhibir un vinculo de sangre con el emperador Yuri el Loco, por dos lineas de descendencia, no tiene derecho a criticar los genes de ninguna otra persona.
— Tu padre es leal a su clase, Miles, como tu abuelo, como lady Vorpatril… Jamas podrian aceptarme como lady Vorkosigan.
— Entonces los enfrentare ante una alternativa; les dire que me voy a casar con Bel Thorne. Asentiran tan rapdido que se tropezaran entre ellos.
Elena volvio a sentarse, impotente, y oculto su rostro en la almohada, sacudiendo los hombros. Miles tuvo un momento de terror, pensando que la habia abatido hasta hacerla llorar. Abatirla, no; animarla, animarla, animarla… Pero ella repitio:
— ?Maldito seas por hacerme reir! ?Maldito seas…!
Miles arremetio, animado.
— Y yo no estaria tan seguro sobre las lealtades de clase de mi padre. Desposo a una plebeya extranjera, despues de todo. — Se puso mas serio —. Y tu no puedes dudar de mi madre. Ella siempre anhelo tener una hija secretamente; jamas lo hizo notorio para no heriri al viejo, por supuesto… Permitele ser tu madre de verdad.
— Oh — dijo Elena, como si el la hubiera herido con un punal —. Oh…
— Veras cuando volvamos a Barrayar…
— Ruego a Dios — le interrumpio Elena con voz intensa — que jamas vuelva a poner un pie en Barrayar.
— Oh — dijo el a su vez. Tras una larga pausa agrego —: Podriamos vivir en algun otro sitio. Colonia Beta. Tendria que ser de un modo bastante moderado, una vez que el indice de cambio acabe con mis rentas… Podria conseguir un trabajo de… de… algo.
— Y el dia que el emperador te llame a tomar tu lugar en el Consejo de Condes, para hablar por tu distrito y todos los pobres terrunos que hay en el, ?donde iras entonces?
Trago saliva, silencioso.
— Ivan Vorpatril es mi heredero — dijo al fin —. Deja que se quede con el Condado.
Elena se levanto.
— ?Vienes a la reunion de la plana mayor?
— ?Para que molestarse? No hay esperanza.
Ella le miro fijamente, con los labios apretados, y desvio un instante los ojos al feretro en el rincon de la cabina.
— ?No es hora de que aprendas a caminar solo… tullido?
Se escapo por la puerta justo a tiempo para esquivar la almohada que el le arrojo, curvando apenas los labios ante esta espasmodica eshibicion de energia.
— Me conoces sumamante bien — susurro Miles —, deberia conservarte solo por razones de seguridad. — Se tamboleo sobre sus pies y fue a afeitarse.
Acudio a la reunion con desgana y se apoltrono en su asiento habitual, a la cabecera de la mesa. Era una reunion completa, por lo que se llevaba a cabo en la espaciosa sala de reuniones de la refineria. El general Halify y un asistente se sentaron. Tung, Thorne, Auson, Arde, Baz y los cinco hombres y mujeres escogidos para mandar a los nuevos reclutas ocuparon sus sitios. El capitan cetagandano se sento opuesto al teniente kshatryano; su mutua animosidad amenazaba equiparar la triple rivalidad que habia entre Tung, Auson y Thorne. Los dos solo se unian lo suficiente para desdenar a los felicianos, al asesino profesional de Jackson?s Whole, o al mayor de comandos retirado tau cetano, quien a su vez atacaba solapadamente a los ex oseranos, cerrando el circulo.
La agenda alegada para este circo era la preparacion del plan final de batalla contra el bloqueo oserano, de ahi el profundo interes del general Halify. Esa profundidad se habia visto bastante mellada por un creciente desaliento durante la ultima semana. La duda en los ojos de Halify era un aguijon en el espiritu de Miles; trataba de evitar cruzar su mirada. Precio de ganga, general, penso malhumorado Miles, tiene lo que ha pagado.
La primera media hora consistio en desmoronar, nuevamente, tres planes favoritos inoperables que ya habian sido propuestos por sus duenos en reuniones anteriores. Rarezas, inconveniencias, requerimientos de equipo y personal mas alla de los recursos que existian, e imposibilidades de oportunidad fueron senaladas con fruicion por una mitad del grupo a la otra, lo que rapidamente degenero en un clasico enfrentamiento de vulgarismos. Tung, quien normalmente reprimia esto, era uno de los principales esta vez, asi que la cosa amenazaba con escalar indefinidamente.
— Mire, maldita sea — grito el teniente kshatryano, golpeando con enfasis su puno contra la mesa —, no podemos asaltar el agujero directamente y todos sabemos eso. Concentremonos en algo que podamos hacer. Naves mercantiles… Podriamos atacar eso, un contrabloqueo…
— ?Atacar naves galacticas neutrales? — grito Auson —. ?Quiere que nos colguen a todos?
— Cuelguen — corrigio Thorne, ganandose una mirada desagradecida.
— No, vean — continuo Auson —, los pelianos tienen pequenas bases en este sistema, a las que podriamos ir. Como guerra de guerrillas, atacar y esfumarse en la arena…
— ?Que arena? — estallo Tung —. No hay ningun lugar donde esconder el culo ahi fuera… Los pelianos tienen nuestra direccion apuntada en su agenda. Es un milagro que no hayn abandonado toda esperanza de capturar esta refineria y no nos hayan arrojado una lluvia de meteoritos todavia. Cualquier plan que no funcione rapido no funciona en absoluto…
— ?Que tal un ataque relampago a la capital peliana? — sugirio el capitan cetagandano —. Un escuadron suicida que suelte ahi una nuclear…
— ?Se ofrece de voluntario? — se mofo con desden el kshatryano —. Eso casi podria valer la pena.
— Los pelianos tienen una estacion de transbordo en orbita alrededor del sexto planeta — dijo el tau cetano —. Un ataque a la misma podria…
— … llevar el confusor orbital de electrones y…