me ayudaras a ir hacia el sur, hasta la tierra de los gredosos, podria apoderarme de la nave y utilizarla aqui, en el planeta, para explorar. Al menos, si no logro neutralizar su piloto automatico, podria enviar un mensaje a Kerguelen. Pero yo permanecere aqui.

— Semley los hallo, segun dice la leyenda, en las cuevas de los Gdemiar proximas al Mar de Kirien.

— ?Me prestaras una de tus monturas aladas, Senor Mogien?

— Tambien mi compania, si la quieres.

— ?Mucho te la agradecere!

— Los gredosos son malos anfitriones para los visitantes de lejos — dijo Mogien, y su rostro reflejaba satisfaccion.

Ni aun la imagen de aquel horrible hoyo abierto en la ladera de la montana podia sofocar el impetu de las dos enormes espadas pendientes de la cintura de Mogien. Largo era el tiempo que habia transcurrido desde las ultimas batallas.

— Que nuestro enemigo muera sin hijos — clamo con tono grave el Angya, levantando su copa, otra vez llena.

Rocannon, cuyos amigos habian sido asesinados sin piedad, en una nave desarmada, no tuvo un instante de vacilacion.

— Que muera sin hijos — respondio, bebiendo con Mogien, alli, en la debil luz amarilla, bajo la luna, en la Alta Torre de Hallan.

II

Al atardecer del segundo dia, Rocannon estaba envarado y curtido por el viento, pero habia aprendido a permanecer bien sentado sobre la alta montura y a guiar con cierta pericia a la robusta bestia alada de los establos de Hallan. Ahora el encendido aire de la prolongada y lenta puesta de sol le envolvia por entero, luz cristalina y rosacea. Las monturas aladas volaban muy alto para permanecer durante el mayor tiempo posible a la luz del sol, porque, como grandes gatos, buscaban calor. Sobre su negro cazador, Mogien observaba la superficie del terreno, buscando un lugar para acampar, pues no queria que las bestias volaran de noche. Dos hombres normales los seguian, en monturas blancas, de menor tamano, tenidas con el rojizo resplandor del gran sol poniente de Fomalhaut.

— ?Mira, alla, Senor de las Estrellas!

La montura de Rocannon se refreno bufando, al ver el objeto que Mogien senalara: un pequeno punto negro que se movia mucho mas abajo, a traves del cielo y por delante de ellos, mientras rasgaba el atardecer silencioso con un debil zumbido. Rocannon indico con un gesto que debian bajar a tierra en seguida. Cuando estuvieron en el claro del bosque que hablan elegido, Mogien pregunto:

— ?Es una nave como las vuestras, Senor de las Estrellas?

— No. Esta destinada a viajes dentro de un planeta, es un helicoptero. Solo pueden haberio traido en una nave mucho mas grande que la mia, uno fragata interestelar o un transporte. Han de haber venido muchos y, sin duda, comenzaron a llegar mucho antes que nosotros lo hicieramos. Pero ?que estaran haciendo aqui, con bombarderos y helicopteros?… Pueden disparar desde el cielo a mucha distancia. Debemos tener mucho cuidado con ellos de ahora en adelante, Senor Mogien.

— Ese objeto volaba desde los campos de arcilla. Espero que no llegaran antes que nosotros.

Rocannon asintio apenas, cargado de ira ante la vista de aquel punto negro en el atardecer, aquel insecto en un mundo no contaminado. Quienesquiera que fuesen los que habian bombardeado una nave de estudio desarmada sin lugar a dudas querian explorar el planeta y apoderarse de el con fines de colonizacion o bien para utilizarlo como base militar. Con respecto a las formas de vida de elevado cociente de inteligencia del planeta, de las que por lo menos subsistian tres especies, todas de bajo nivel de desarrollo tecnologico, aquellos intrusos adoptarian una actitud de ignorancia, las esclavizarian o bien las aniquilarian, segun les pareciese mas conveniente. Porque para un pueblo agresivo solo la tecnologia cuenta.

«Y tal vez — se dijo Rocannon, mientras observaba como los hombres normales desensillaban las cabalgaduras y las dejaban libres para que se entregaras a la caza nocturna — este es el punto debil que posee la Liga. Solo la tecnologia cuenta.» En el siglo anterior las dos misiones que llegaran al planeta habian comenzado por llevar a una de las especies hacia una tecnologia preatomica, aun antes de haber explorado otros continentes o de haber establecido contacto con todas las especies inteligentes. El habia considerado que aquello era un error y, por fin, habia logrado organizar su propio viaje de estudio etnografico, para aprender algo acerca del planeta. Pero no se habia autoenganado: su trabajo podria servir exclusivamente como base informativa para estimular un desarrollo tecnologico en la especie mas apta o en la cultura mas prometedora. Asi era como la Liga Mundial se preparaba a enfrentarse con su enemigo fundamental. Un centenar de mundos habian recibido entrenamiento y armas, un millar mas recibia informacion sobre la utilizacion del acero, de la rueda, de la traccion y de la reaccion. Pero Rocannon, el etnologo, cuyo oficio era aprender, no ensenar, que habia vivido en varios planetas subdesarrollados, dudaba de la sabiduria de jugarlo todo a la carta de las armas y de la utilizacion de las maquinas. Dominada por las agresivas especies humanoides, fabricantes de herramientas, de Centauro, Tierra, y por los Cetios, la Liga habia desdenado ciertas habilidades, poderes reales y potencialidades de la vida inteligente y las habia evaluado con un criterio demasiado estrecho.

Aquel mundo, que ni siquiera tenia otro nombre mas que Fomalhaut II, tal vez nunca habria prestado mucha atencion a estos hechos, ya que antes de la llegada de la Liga ninguna de sus especies habia avanzado mas alla de la palanca y la forja. Otras razas, en otros mundos, podian ser llevadas hacia un desarrollo mas rapido, para que sirviesen de ayuda cuando el enemigo extragalactico volviese por fin, lo cual era inevitable. Penso en Mogien ofreciendose a pelear contra una escuadrilla de bombarderos veloces como la luz con las espadas de Hallan. Pero ?que ocurriria si los bombarderos luminicos o incluso los HL fuesen como espadas de bronce, comparados con las armas del Enemigo? ?Que ocurriria si las armas del Enemigo fueran mentales? ?No seria util aprender algo acerca de los distintos tipos mentales que habian conocido y sobre sus poderes? La politica de la Liga era muy limitada; tenia un objetivo demasiado amplio, pero ahora resultaba evidente que habia conducido a una rebelion. Si la tormenta que brotara diez anos atras en Faraday habia estallado, esto significaria que un mundo joven de la Liga, tras haber adquirido prontamente el conocimiento necesario para la guerra y tambien las armas, estaba ahora en condiciones de establecer su propio imperio entre las estrellas.

Rocannon y Mogien y los dos sirvientes de cabellos oscuros comieron gruesas rebanadas del pan de las cocinas de Hallan, bebieron el amarillo vaskan de una bota de piel y luego se echaron a dormir. En la noche fria una densa llovizna murmuraba entre los arboles. En torno de la diminuta fogata se elevaban los arboles, con sus ramas oscuras cargadas de puntiagudas y negras y abundantes pinas. Rocannon se cubrio hasta la cabeza con la gualdrapa de plumas de su montura y durmio toda la noche entre el susurro de la llovizna. Las bestias regresaron al amanecer; antes de que saliera el sol ya estaban otra vez cabalgando en los aires hacia los descoloridos campos cercanos al golfo en que habitaban los gredosos.

A mediodia aterrizaron en una planicie de arcilla; Rocannon y los dos sirvientes, Raho y Yahan, lanzaron una mirada de desesperanza a su alrededor al no advertir signos de vida. Mogien, con la absoluta confianza de los de su casta, dijo:

— Ya vendran.

Y llegaron; seis hominidos rechonchos, como los que Rocannon viera anos antes en el museo, ninguno sobrepasaba la altura del torax del etnologo o la cintura de Mogien. Estaban desnudos, la piel cenicienta, como sus campos arcillosos, un grupo que se confundia con la tierra.

Cuando hablaban, no se podia determinar cual habia hecho: parecia que todos utilizaran voz aspera. Telepatia colonial parcial, recordaba haber leido en el Manual, y observo con creciente respeto a los horribles hombrecillos poseedores de tan raro don. Sus robustos companeros no compartian ese sentimiento; sus rostros estaban cenudos.

— ?Que buscan los Angyar y los sirvientes de los Angyar en la tierra de los Senores de la Noche? — dijo uno de los gredosos, o tal vez todos, en la Lengua Comun, un dialecto Angyar conocido por todas las especies.

— Yo soy el Senor de Hallan — contesto Mogien, que alli parecia un gigante —. Conmigo esta Rokanan,

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