proyecto dieciocho mil dolares; los vuelos orbitales seguian siendo caros).

Pero cada vez que teniamos que enfrentarnos a algun trabajo realmente duro, aparecia Ted para dirigir la batalla. A veces llegaba presuroso hasta su escritorio, llevando en una mano su maletin de viaje y en la otra la bolsa con la ropa sucia, pero siempre se encontraba presente cuando las cosas tenian mal aspecto.

— ?A que vienen todos estos viajes? — le pregunte una tarde. Se efectuaba el cambio de vigilantes en el centro de control y Barney, Ted y yo comiamos bocadillos y bebiamos refrescos en el escritorio de nuestro jefe tecnico.

— Estuve visitando a personas que pueden ayudarnos - Dijo entre bocado y bocado.

— ?En Kansas City?

Sonrio.

— Tambien tienen meteorologos en K.C.

— ?No te parece que eso queda muy tierra adentro para el control de los huracanes? — pregunto Barney. Sentia tanta curiosidad como yo.

— Mirad, a esos individuos no les hablo de THUNDER. Se trata del control del tiempo. Tarde o temprano necesitaremos todas las inteligencias y ayuda que podamos conseguir… cuando empecemos a controlar el tiempo por toda la nacion.

— Pero tu no vas a intentar ningun trabajo de control del tiempo hasta que THUNDER se demuestre util — dije.

— ?Para que esperar? — repuso -. Weis y sus comites quieren ir despacio. Si THUNDER fracasa, todos nosotros tendremos que volver a los laboratorios. Aun cuando si THUNDER tiene exito, ?que pensais que haran? — Antes de que pudieramos contestarle, prosiguio -: Querran que montemos otra vez THUNDER el ano que viene y quiza cada ano. El control de huracanes en grande… pero no suficiente, aun cuando resulte. Yo ambiciono el control del tiempo, no importa lo que sea o lo que tenga que hacer.

Barney me miro de reojo y luego dijo:

— No entiendo como tus viajes por la nacion nos ayudan para conseguir el control del tiempo, Ted.

— Cuando termine la temporada de los huracanes, quiero sorprender a Weis, Dennis y los demas con una solida historia sobre el control del tiempo. Pongo de nuestra parte a tantas personas como me es posible. Quiero mostrar a Washington que ya esta preparado un gran equipo para luchar.

— ?Pero que sucedera si THUNDER fracasa? — pregunte -. Y todo lo que necesitamos es un huracan que se nos escape.

— Aun no hemos fracasado.

— Pero la parte mas dura de la temporada esta solo empezando — indico Barney.

— Lo se. Hasta ahora nos mantenemos Tul y su gente hacen algo de trabajo colateral para mi… no mucho, sin quitar personal del trabajo regular del Proyecto. Pero obtenemos datos suficientes de las tempestades y de sus sistemas del tiempo para empezar a pensar en un sincero y honrado control. Ya sabeis, mantener en el mar a los huracanes, controlando el tiempo en todo el continente.

— ?Investigacion de control del tiempo? ~ Si se entera el doctor Weis…

— Que no se entere. Y, Barney, concede a Tuli todo el tiempo de computadores que necesite.

— Les hacemos funcionar veinticuatro horas cada dia — contesto ella -. Necesitaremos que nos ayuden otros computadores de diversos lugares.

— Esta bien, pidelo. Pero procura mantener el genero que proporcione Tuli en nuestras propias maquinas; que no se escape del Proyecto.

— Ted, eso no me gusta — dije -. Aun nos queda la parte mas dificil de la temporada. Tul nos previno que habra veces que se presentaran sencillamente demasiadas perturbaciones para que las ataquemos al mismo tiempo. Sabemos por experiencia que no podemos efectuar mas de dos o tres misiones cada dia… carecemos de hombres y de equipo para otras empresas mayores. Y ahora te llevas a personal valioso, separandolo del verdadero trabajo en el Proyecto, para investigar en donde no nos permiten hacerlo…

— ?Eh?, ?De que bando estais? Camarada, esta investigacion es para el control del tiempo y esa es nuestra meta. Nada de trastear con los huracanes. THUNDER es solo una gota en el cubo de agua comparado con lo que realmente podemos hacer.

— Pero si tu no pones esa primera gota en el cubo, ?que pasara?

Fruncio el ceno.

— Esta bien, estamos jugando. Pero que el juego sea grande. Tratemos de saltar la banca.

Pudimos haber discutido toda la noche, pero no lo habriamos desviado de su idea ni un solo minuto. Y el maximo argumento de todos se gestaba en el Atlantico mientras nosotros permaneciamos alli, sentados ante el escritorio de Ted.

Fueron precisos unos cuantos dias para que los hechos apareciesen en la gigantesca pantalla de THUNDER. Pero cuando se hicieron evidentes, supimos que todos nuestros suenos iban a desplomarse a causa del viento ululante de un descomunal huracan.

XVII

LA FURIA DEL HURACAN

El mapa de la pantalla visora que se cernia sobre el escritorio de Ted en el Centro de control de THUNDER mostro nuestro campo de batalla: toda Norteamerica y el Oceano Atlantico Norte, incluyendo las costas de Europa y Africa. Al entrar septiembre en sus diez dias finales vimos como las perturbaciones crecian como setas por todo el oceano. A la mayoria las dejamos en paz, puesto que no parecian amenazadoras. Una de ellas se convirtio en huracan, al que llamamos Nora, que permanecio bien mar adentro.

Luego llego por ultimo el dia del aviso de Tuli.

Ted nos reunio en torno a su escritorio, con la gigantesca pantalla cerniendose amenazadora. El huracan Nora bramaba en mitad del Oceano Atlantico; no constituia problema. Pero cuatro perturbaciones tropicales, marcadas con simbolos rojos de peligro, crecian a lo largo del paralelo 15, desde las islas Antillas hasta las de Cabo Verde.

— Ahi esta la historia — nos dijo Ted,paseando nervioso por debajo de la pantalla. Con un gesto hacia el mapa, indico: Nora no es problema, ni siquiera molestara mucho a las Bermudas. Pero esos cuatro gusanitos de borrasca vienen a por nosotros.

Tul sacudio la cabeza.

— Es imposible atacar a los cuatro a la vez. Uno, quiza dos, se nos pasaran.

Ted le miro con viveza, luego se volvio a mi.

— ?Que te parece, Jerry? ?Cual es la imagen logica?

— Tuli tiene razon — reconoci -. Los aviones y sus tripulaciones han estado trabajando las veinticuatro horas del dia durante las dos pasadas semanas y no tenemos bastante…

— Corta la musica de flauta. ?Cuantas de estas balas presiones podemos destrozar?

Encogiendome de hombros, conteste:

— Dos. Quizas tres, si nos esforzamos.

Barney estaba de pie a mi lado.

— El computador acaba de terminar un analisis estadistico puesto al corriente de las cuatro perturbaciones. Sus rutas tormentosas amenazan todas la Costa Este. Esas dos mas proximas tienen muchisimas probabilidades de alcanzar la categoria de huracan. La pareja mas lejana esta al cincuenta por ciento de probabilidades.

— Cara y cruz en estas dos ultimas — murmuro Ted

Pero tienen mucho mas periodo de tiempo para desarrollarse. Sus posibilidades mejoraran manana al atardecer.

— Si esas dos perturbaciones mas proximas son las mas peligrosas — dijo Barney -, el orden de sus posibilidades de convertirse en huracanes es de un ochenta por ciento.

— No podemos contener a todas — dijo Tuli -. ?Que haremos, Ted?

Antes de que Ted pudiese contestar sono el telefono. Se inclino por encima del escritorio y oprimio un

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