— Pero la idea real del Proyecto es aprender como controlar el tiempo lo bastante bien para dirigir a los huracanes lejos de la costa. Solo perseguiremos perturbaciones tropicales y las aniquilaremos hasta que seamos lo bastante listos para controlar los huracanes.

— De eso queria hablarles — indico el doctor Weis -. Esa parte del control del tiempo del plan ha provocado una gran cantidad de criticas. Y vienen de diferentes

— Pero eso es…

— Escucheme ahoraTed cl doctor Weis se inclino hacia adelante y puso sus brazos en el escritorio. Usted admite que no sabe lo bastante para controlar el tiempo de modo que los huracanes no se acerquen a nuestras costas. Aun cuando lo supiese, tendria que controlar el tiempo de la mayor parte de la zona continental de los Estados Unidos…

— Y Canada.

Asintio.

Y Mejico tambien, se lo garantizo.

— Seguro. ?Y que?

— Es peligroso politicamente. Explosivo. Hay demasiadas posibilidades de que algo salga mal. ?Y si comete usted un error? Las consecuencias podrian ser desastrosas.

— Espere un momento — repuso Ted -. ?Que piensa que quiero hacer? ?Desviar el Mississipi por Arizona? Controlaremos el tiempo, claro, pero no lo suficiente para causar desastres. ?Aunque quisieramos, no podriamos! Hay demasiada energia complicada en el asunto. No vamos a hacer que nieve en California ni tampoco deshelar Alaska.

— Usted y yo lo sabemos, Ted, pero ?que creera el elector medio? Muchas personas se enfadan con el Departamento de Meteorologia cuando les llueve en sus posesiones, o cuando padecen sus cosechas. ?Se da usted cuenta de la dinamita politica que seria para el Gobierno aceptar la responsabilidad de controlar el tiempo?

— Tambien fue una bomba politica declarar la independencia en el ano 1776. — ?Hay cosas que es preciso hacer!.

— El control del tiempo llegara a ser una realidad — replico el doctor Weis, su voz un poco mas alta que de ordinario y tambien mas nasal -. Pero no se puede uno meter en eso demasiado rapidamente. El Proyecto THUNDER… la parte de acabar con los huracanes, es decir… es un principio excelente. Despues de un ano o dos de demostraciones triunfales, estaremos dispuestos para intentar el proximo paso. Y, mas importante, el pais se encontrara psicologicamente preparado.

— ?Pero lo podemos hacer ahora, este ano!. Lo unico que nos hace falta es comprobar las teorias y ponerlas en practica.

— Estamos tecnicamente dispuestos, pero no de manera politica. Y aun en el aspecto tecnico, las primeras operaciones en el control del tiempo seran algo mas que jueguecitos cuyos resultados se supone.

Ted dio un punetazo en el brazo de su sillon.

— Mire, no se que es lo que le da miedo. Ahora llueve y nieva sobre las personas. Tenemos inundaciones y sequias. Y el Gobierno recibe las culpas de todos los chiflados. ?Y que? ?Que hay de las sequias en donde el Gobierno se ha apuntado los honores por cortarlas en seco, o las inundaciones que no vuelven a suceder, o las maximas cosechas que el tiempo controlado puede proporcionarles?

El doctor Weis se arrellano y sacudio la cabeza.

— Ted, usted comprende la ciencia, pero no la politica. Las cosas no resultan asi.

— Bueno, THUNDER no ha de funcionar sin control del tiempo. Sera trabajo perdido el prescindir de ese aspecto.

— ?No querra aceptar el proyecto sin anadir tambien el control del tiempo?

Ted contesto rigido:

— Acabar con las perturbaciones tropicales es un callejon muerto, una meta sin salida. A menos que nos conduzca al verdadero control del tiempo, es una manera equivoca de luchar contra los huracanes.

El doctor Weis se levanto de su silla.

— Bueno, vengan, ya hemos hablado bastante. Resolvamos este asunto.

— ?Que nos espera ahora? ?Otro Comite?

— No — contesto, consultando el reloj de su escritorio. Nosotros no confiamos nuestros problemas a los Comites. Vengan conmigo.

Le seguimos por un pasillo y subimos un tramo de escalera. Cruzamos una puerta sin rotular entrando en una amplia oficina ovalada que estaba dominada por un gran escritorio cubierto de papeles y tres telefonos de diferentes colores. Tras el escritorio vacio se veia un par de banderas.

Mire a Ted. Parecio darse cuenta de a quien pertenecia la oficina casi al mismo tiempo que yo.

La puerta de la otra habitacion se abrio y el Presidente camino briosamente hasta su escritorio.

— Hola. Ustedes deben ser los senores Marrett y Thorn.

Nos estrecho las manos, con energia. Era mas alto de lo que me imagine y parecia mas joven que su imagen en la TV. Nos senalo con un gesto a las sillas que habla ante su escritorio. Mientras nos sentabamos, ojeo unos cuantos papeles.

— ?Pueden ustedes, de veras, cortar la gestacion de los huracanes?

— Si, senor — respondio Ted de inmediato.

El Presidente sonrio.

— ?No tiene ninguna duda?

— Podemos hacerlo, senor, si usted nos proporciona las herramientas.

— ?Saben ustedes, verdad, que el Departamento de Defensa tambien ha propuesto un proyecto sobre el tiempo? Si me opongo en esto al Secretario de Defensa, quiza proporcionara municiones para la oposicion este noviembre.

— Los huracanes podrian ser una buena propaganda electoral en toda la vertiente atlantica — respondio Ted -, y en la Costa del Golfo.

Con una sonrisa, el Presidente dijo:

— No obtuve muy buenos resultados en las pasadas elecciones en los distritos de la Costa del Golfo. Y si ustedes no logran detener los huracanes, las cosas se pondran todavia peores. Por otra parte, si no doy el visto bueno al Proyecto THUNDER, los huracanes seguiran siendo algo antipolitico.

Ted no contesto.

— Se ha presentado algo mas — dijo el doctor Weis -. Ted cree que el Proyecto deberia tener como mira principal la amplia meta de controlar el tiempo en todos los Estados Unidos, mas que limitarse simplemente a detener los huracanes.

— Controlar el tiempo cl Presidente aparto los ojos de su consejero cientifico para mirar con llaneza a Ted -. Eso parece… fantastico El tiempo es tan violento, tan enorme y salvaje. No me imagino al hombre que lo controle.

— Nosotros podemos hacerlo — respondio Ted con firmeza -. Si parece salvaje y violento es porque no se le comprende. Hay una logica en el tiempo; obedece a leyes fisicas, al igual que la manzana que se cae del arbol.

Estamos empezando a aprender cuales son esas leyes; una vez hayamos aprendido bastante, podremos controlar el tiempo. Al igual que el fuego… que antano fue salvaje y peligroso y misterioso. Pero el hombre aprendio a domesticarlo. Seguimos sin saber todo lo que existe en esa materia, pero el fuego es una cosa tan vulgar como un estornudo o un escalofrio.

El Presidente chasqueo los labios pensativo.

— ?De manera que hay logica en el tiempo? Con seguridad, si posee belleza, aun cuando sea tormentoso. Digame senor Marrett, ?conoce usted bastante la logica del tiempo para decir cuando va a parar esta nevada? Por la tarde he de volar a Chicago.

Ted sonrio. Consultando su reloj de pulsera, dijo:

— Ya debe haber cesado de nevar.

— ?Esta usted seguro? Pregunto el Presidente, volviendose hacia las cortinas.

Asintiendo, Ted respondio:

— Es preciso.

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