— Podemos ver ahora a todo el globo en redondo, gracias a los satelites. Y los detallados modelos matematicos permiten a los meteorologos predecir con cierta exactitud como las conformaciones del tiempo se moveran a traves de la superficie de la Tierra.

— Sigue habiendo mucho de presentimiento en esto insistio Ted.

Tuli asintio con la cabeza.

— Resulta algo azorador — dije. Mirando en mi torno pude ver que eramos los ultimos en la cafeteria.

— Van a cerrar — dijo Barney -. Si quieren que las mujeres de limpieza nos echen…

— Esta bien, volvamos a trabajar — asintio Ted.

Nos levantamos y nos encaminamos hacia la puerta.

— ?Hablaba usted en serio acerca de esa idea del control del tiempo? — le pregunte.

Por primera vez, Tuli dejo que una sonrisa rompiera su expresion estolida.

— Sera mejor que le haga una pregunta mas fuerte: como, por ejemplo, ?intentas respirar esta tarde?

— Veo que entonces la cosa es definitiva — comente mientras cruzabamos la puerta y entrabamos en el pasillo.

— Si funciona este esquema de la prediccion — respondio Ted -, solo necesitaremos una cosa mas.

— ?El que?

— Permiso.

— ?Nada mas? Oh, el doctor Rossman se mostrarla encantado de darle a usted el visto bueno.

Ted sacudio la cabeza.

Se trata de una idea nueva. Y, lo que es peor, no es idea suya.

* * *

Se estaba edificando una montana. Mas enorme que los Alpes, mas alta que el Himalaya, una montana inmensa e invisible de aire que se formaba sobre el Oceano Atlantico, entre las Bermudas y el continente de America. Desde una gran altura, el aire frio y denso se hundia, sobrepasado por su baja temperatura y se amontonaba en la superficie del oceano. La montana crecia y se extendia, tan real como un picacho de roca. Pero esta montana se movia. Giraba en el sentido de las agujas del reloj, pivotando sobre el oceano, los vientos esparciendose desde sus bordes a traves de la Tierra y el mar. El sistema de alta presion empujaba su frontera occidental a casi ciento cincuenta kilometros tierra adentro do la costa americana. Aire calido, semitropical del Caribe y del Golfo de Mejico era impulsado hacia el norte por el flujo giratorio en sentido do las agujas del reloj, marchando en chorro a traves de la Costa Este, trayendo calor y humedad consigo. Parte del aire calido, mas ligero y mas boyante que la montana de alta presion, cabalgaba sobre el mas frio, sobre la masa de aire mas denso. Mientras subia se enfriaba; el vapor de agua que llevaba se condensaba y caia come chubascos. Los meteorologos hablaban de la Alta Presion de las Bermudas. Pero la gente do las calles de Boston dijo simplemente: 'La primavera esta aqui; ya era hora que viniese.'

* * *

Volvi a la habitacion del hotel conducido a traves de la suave lluvia de primavera, con el estomago dandome vueltas por la falta de comida y mi mente volando para imaginarse lo que le diria a mi padre. Telefonee desde el coche a Thornton Aerospace y cancele mi reserva para el vuelo de regreso a Hawai. En el hotel dije al conserje que me quedaria de manera indefinida y luego pedi el almuerzo. Por ultimo llame a mi padre.

Y eso es lo que me conto el doctor Rossman — le dije, despues de explicarle la situacion durante quince minutos -. Puede proporcionarnos predicciones ampliadas, pero controlar las tormentas es imposible, en lo que a el respecta.

Mi padre fruncio el ceno.

— Eso no bastara para ayudarnos, Jerry.

— Lo se.

El videofono estaba situado en la mesita de te, cerca de mi bandeja del almuerzo. Me levante del sofa y recorri la habitacion paseando.

— Deja de dar vueltas y quedate donde pueda verte — salto mi padre.

Me sente en el alfeizar de la ventana, junto a la entrada de aire acondicionado, y mire de reojo a las concurridas calles que quedaban muy abajo.

— ?Asi que todo lo que podemos hacer es quedarnos sentados y esperar que la Division de Climatologia nos pueda prevenir de las tempestades a tiempo para que no perdamos personal?. El rostro de mi padre adoptaba la expresion que utiliza cuando piensa en lo mucho que paga de impuestos y en lo poco que consigue a cambio.

— Hay otro aspecto de la cuestion, papa. Algunas personas de Climatologia piensan que puede conseguirse el control del tiempo. Pero no en seguida.

Le hable de las esperanzas de Ted.

— ?Es serio ese individuo? — pregunto mi padre -. ?Es un sonador o podemos fiarnos de el?

— Me parece que es de confianza. El tal doctor Barneveldt, que ya sabes gano el Premio Nobel, parece estar trabajando muy intimamente con Ted. Asi que no debe estar chiflado del todo.

— Los cientificos pueden equivocarse, Jeremy. Hasta los que ganan el Premio Nobel.

— Bueno, quiza. Pero me parece que me gustaria quedarme aqui una temporada y ver que pasa. Quiza tenga la respuesta que buscamos. Incluso sus predicciones a Largo Plazo, por si mismas, podrian ser importantisimas para nosotros.

Mi padre asintio.

— Estoy de acuerdo, aunque no me siento muy seguro de que seas el que le sigas los pasos. Jovencito, te encuentras a mucha distancia de tu casa.

Se cuidar de mi mismo. Y la familia esta a pocos minutos de conduccion desde el hotel.

?Has visto ya a tus tios o a tia Louise?

— Aun no. Pero les hare una visita.

— Si, supongo que no podrias permanecer mucho tiempo en Boston sin visitarles — dijo mi padre de mala gana -… Dales recuerdos de mi parte. Y no te excedas en este problema de las tormentas.

— Si, senor.

— Y permanece lo mas cerca que puedas de ese tipo Marrett. Quiza sea un chiflado, pero es la unica esperanza que tenemos.

Permanecer pegado a Ted no fue tajea facil. Por la manana se encontraba en el MIT, por las tardes en las oficinas de Climatologia y por las noches estaba trabajando en un lugar o en otro. Era un hombre que no paraba nunca.

Barney me informo de que solia pasar una hora, poco mas o menos, las mananas de los sabados, en la YMCA de Cambridge, no lejos del apartamento que compartia con Tuli.

Alli le arrincone, en un pequeno gimnasio compuesto principalmente por un campo de baloncesto y le vi dar una leccion de esgrima a Tuli. Inmovil, con la gruesa chaqueta blanca y la mascara, parecia un gladiador de pesadas caracteristicas. Espere que Tuli le superara facilmente en velocidad. Pero en accion se movia con la gracia relampagueante de un leopardo.

— En el colegio jugue de medio defensa — explico al final de la sesion, el rostro empapado de sudor -. Alli me rompieron la nariz. Tuve un capitan en la Fuerza Aerea al que le gustaba la esgrima. Me enseno y yo hago lo mismo que Tuli. Intente que Barney se interesase tambien, pero al cabo de unas cuantas semanas lo abandono. Una cosa grande, usted deberia probarlo.

Saliamos del gimnasio cuando Tuli dijo:

— En sabados alternos practicamos karate. Entonces yo soy el maestro y el mi discipulo.

— En el karate no hay bastante accion — dijo Ted, cargandose al hombro el saco con el equipo de esgrima -. Se pasan todo el tiempo en ejercicios y en meditacion oriental.

Mientras ibamos hacia el vestuario, Ted sugirio de pronto:

— ?Que les parece un rapido chapuzon? Tenemos casi veinte minutos libres. Vamos, Jerry, le buscaremos un traje de bano.

Me apresure a asentir. Hicimos una carrera a dos largos de piscina y con facilidad les saque ventaja.

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