– ?Chinaski?

– Si, vamonos.

Entre delante con mi orinal. Me sente sobre una nalga y con las piernas fuertemente cruzadas. Le di la direccion. Y luego le dije:

– Escuche, si me pongo a gritar, pare detras de algun anuncio, en una gasolinera, donde sea. Pero pare de conducir. Puede que tenga que ponerme a cagar.

– De acuerdo.

Nos pusimos en marcha. Las calles tenian buena pinta. Era mediodia. Yo seguia vivo.

– Escuche -le pregunte-. ?Donde hay una buena casa de putas? ?Donde puedo agarrar un buen pedazo de culo limpio y barato?

– No se nada de esa materia.

– ?VAMOS! ?VAMOS! -le grite-. ?Parezco un imbecil? ?Acaso parezco un enano? ?Soy igual que tu, As de monos!

– No, no estoy bromeando. No se nada de esas cosas. Yo conduzco de dia. Puede que un taxi nocturno le sepa guiar en esas cosas.

– Esta bien, te creo. Dobla aqui a la derecha.

El viejo caseron tenia buena pinta en medio de todos esos rascacielos. Mi Plymouth del 57 estaba cubierto con cacas de pajaro y los neumaticos estaban deshinchados. Todo lo que queria era un bano caliente. Un bano caliente. Agua caliente acariciando mi pobre ojo del culo. Tranquilidad. Los viejos folletos de apuestas, las cuentas del gas y de la luz. Las cartas de mujeres solitarias demasiado lejos para follar. Agua. Agua caliente.

Tranquilidad. Y yo mirando a las paredes, volviendo al hoyo de mi condenado espiritu. Le di una buena propina y camine lentamente por el sendero de entrada. La puerta estaba abierta. Todo era espacioso. Alguien estaba martilleando contra algo. Las sabanas estaban fuera de la cama. Dios mio. ?Habia sido olvidado! ?Habia sido desalojado!

Entre.

– ?HEY! -grite.

El casero salio del cuarto de bano.

– ?Eeeh, no esperabamos que volviese tan pronto! El termo del agua caliente estaba roto y se inundo todo y tuvimos que quitarlo. Vamos a poner uno nuevo.

– ?Quiere decir que no hay agua caliente?

– No, no hay agua caliente.

Oh buen Jesus, acepto deseoso esta prueba a la que has tenido a bien someterme.

Su mujer entro.

– Oh, iba a hacerle la cama ahora mismo.

– De acuerdo. Muy bien.

El podria intentar tener el termo montado para ese mismo dia. Podriamos estar faltos de medios. Es dificil obtener medios en domingo.

– Esta bien, voy a hacerme la cama -dije.

– Yo la hare por usted.

– No, por favor, yo la hare.

Entre en el dormitorio y empece a hacerme la cama. Entonces me vino. Saque corriendo mi orinal portatil. Pude oirle a el martilleando contra el termo mientras yo estaba agachado, cagando. Me alegre de que estuviese dandole al martillo. Solte una tranquila retahila de imprecaciones. Luego me meti en la cama. Oi a la pareja de la habitacion de al lado. El estaba borracho Estaban discutiendo.

– ?El problema contigo es que no tienes idea de nada! ?No sabes nada! ?Eres estupida! ?Y por encima de todo, eres una puta!

Era de nuevo el hogar. Era magnifico. Me acurruque sobre mi estomago. En Vietnam los ejercitos estaban en ello. En los callejones los vagabundos chupaban botellas de vino. El sol estaba alto todavia. La luz pasaba a traves de las cortinas. Vi a una arana arrastrandose por el borde de la ventana. Vi un viejo periodico en el suelo. Habia una foto de tres jovencitas saltando una valla, mostrando mucha pierna. El lugar entero se parecia a mi y olia como yo. El papel de la pared me conocia. Era perfecto. Yo era consciente de mis pies, mis codos y mi pelo. No me sentia un viejo de 45 anos. Me sentia como un condenado monje que acaba de tener una revelacion. Senti como si estuviese enamorado de algo que era muy bueno pero no estaba seguro de lo que era, solo sabia que estaba alli. Escuche todos los sonidos, los sonidos de las motos y de los coches. Oi perros ladrando. Gente riendose. Entonces me dormi. Dormi y dormi y dormi. Mientras, una planta miraba por la ventana, mientras una planta me miraba. El sol seguia brillando y la arana se arrastraba por las paredes.

Confesiones de un hombre lo bastante loco como para vivir con las bestias

1

Me recuerdo meneandomela delante del espejo del armario despues de ponerme los zapatos de tacon alto de mi madre, mirandome las piernas, levantandome lentamente la falda por los muslos, mas y mas alta, como si estuviese descubriendo los muslos de una mujer, recreandome en la vision de las piernas oscurecidas por las medias; y siendo interrumpido por dos amigos entrando en la casa.

– Se que esta por aqui en alguna parte.

Y yo vistiendome apresuradamente, y entonces uno de ellos abriendo la puerta y encontrandome.

– ?Hijos de mala puta! -grite yo, y los eche fuera de casa destempladamente, y los oi hablar mientras se alejaban:

– ?Que le pasa? ?Que cono le pasara?

2

K era una antigua modelo, y solia ensenarme sus viejos recortes y fotos. En una ocasion casi gano un concurso de Miss America. La conoci en un bar de la calle Alvarado, lo mas cercano del mar que se puede estar sin tener que mojarse el culo.

Habia ganado peso y edad, pero quedaban todavia signos de una figura, una distincion, aunque fuesen signos muy velados. Ambos estabamos de baja. Ninguno de los dos trabajaba y jamas sabre como salimos adelante. Cigarrillos, vino y una casera que se creia nuestras historias de dinero a punto de llegar, pero no exactamente ahora. En fin, mas que nada necesitabamos tener vino.

Dormiamos la mayor parte del dia. A veces, cuando empezaba a oscurecer, teniamos que levantarnos, y nos parecia como si subiesemos de los abismos de un infierno particular.

K: -Mierda, no puedo aguantar sin un trago.

Yo seguia en la cama fumandome el ultimo cigarrillo.

Yo: -Bueno, leches, baja al Tony's y trae un par de oportos.

K: -?Botellas?

Yo: -Claro, dos botellas. Que no sean Gallo. Ni de ese otro, me ha dado un dolor de cabeza para dos semanas. Y trae dos cajetillas de tabaco. De cualquier clase.

K: -?Pero solo hay 50 centavos!

Вы читаете Mujeres
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×