– En una fiesta de cumpleanos en Solihull.

– Cada vez pinta mejor.

Junto a la hilera de taquillas, Tindall se quito la ropa protectora y la tiro a la basura.

– Que tengas una noche de puta madre, Roy -le dijo-. La proxima vez cargate el fin de semana de otro.

– Ire a hacerte compania.

– No te molestes.

Tindall dio un portazo tras el. Al cabo de unos momentos, Grace oyo la aceleracion furiosa del motor de un coche. Luego se fijo en que, resentido, el experto forense se habia dejado la bolsa de basura negra que contenia las bolsitas de las pruebas. Dudo si correr tras el, pero decidio llevarsela el mismo e intentar tranquilizar al hombre. Podia entender que estuviera cabreado; el tambien lo estaria en las mismas circunstancias.

Entro en la sala de espera, se comio otra galleta digestiva y se acabo el te, que se habia enfriado. Luego cogio la bolsa de basura y Cleo lo acompano a la puerta. Cuando estaba a punto de salir a la lluvia, se volvio hacia ella.

– ?A que hora acabas de trabajar hoy?

– Dentro de una hora o asi, con suerte, si no muere nadie esta tarde.

Grace se quedo mirandola, pensando que era increiblemente preciosa y, de repente, sintio que se ponia nerviosisimo al mirarle las manos y ver que no llevaba anillos. Claro que podria haberselos quitado para trabajar.

– Yo… -dijo-. Yo… me preguntaba… si tu…, ya sabes… Bueno… ?tienes planes para esta noche?

A Cleo se le ilumino la mirada.

– En realidad, he quedado para ir al cine -dijo, pero luego anadio, como para tranquilizarle-, con una amiga, una vieja amiga que esta pasando por un divorcio traumatico.

Mientras toda la seguridad que habitualmente tenia en si mismo le abandonaba, Grace dijo:

– No sabia… si estabas casada… o tenias pareja… Yo…

– Ninguna de las dos cosas -dijo ella, y lo miro larga, cordial y expectantemente.

– ?Te gustaria… algun dia… quiza… salir a tomar algo una noche?

Sin apartar la mirada de el, separando los labios en una sonrisa ancha, contesto.

– Me encantaria.

Grace camino hacia su coche flotando por el asfalto, ajeno a la lluvia que caia con fuerza. Justo al pulsar el mando para abrir el seguro de las puertas, Cleo lo llamo.

– ?Roy! ?Creo que has olvidado algo!

Se dio la vuelta y vio que tenia la bolsa de basura negra en la mano.

Capitulo 49

– Imbecil -le dijo Ashley a Mark, que estaba a su lado, repantigado con la ropa arrugada en la parte trasera de la limusina-. No puedo creer que te hayas comportado asi. ?Por que cono tenias que ponerte tan agresivo con ese poli?

La chica se inclino hacia delante y comprobo que el cristal que los separaba del chofer estuviera bien cerrado.

Mark le puso la mano en el tobillo y fue subiendola por la pierna, por debajo del traje de novia. Ella se la aparto con brusquedad.

– ?Comportate! -le dijo con aspereza-. Por el amor de Dios.

– Essh un capullo.

– Estas pedo. ?Que cono te creias que hacias, enfrentandote a el con eso de los radares de velocidad?

Mark la miro entrecerrando los ojos.

– Le he dicho eso para desshpishtarle.

A traves de la ventanilla, Ashley vio que estaban llegando al edificio Van Alen. Eran las cinco y media.

– ?Como va a despistarle eso exactamente?

– No esshperaria que fuera desagradable sshi tuviera algo que ocultar, ?verdad?

– Entonces, ?a que ha venido eso de lavar el BMW exactamente?

– Ni idea.

– Alguna idea tendras. ?Que ha querido decir?

De repente, sono el intercomunicador y la voz del conductor dijo:

– ?La entrada principal?

– Si -dijo Mark. Luego, se volvio a Ashley-. ?Quieres subir a tomar una copa?

– No se lo que quiero. Podria matarte.

– Que farsa hemos montado.

– Era una buena farsa hasta que casi la echas a perder.

Mark se bajo del coche y casi se cayo de morros en la acera. Fue la mano estabilizadora de Ashley la que lo salvo. Varias personas que pasaban por la calle miraron, pero ella no les hizo caso; su unico objetivo era llevar a Mark adentro antes de que hiciera algo mas que lo incriminara.

Despidio al conductor y ayudo a Mark a llegar a la entrada principal, donde este se quedo mirando el panel de la puerta con los ojos entrecerrados. Luego, logro introducir el codigo de entrada con precision.

Unos minutos despues, estaban en el piso. Mark cerro la puerta y corrio el seguro.

– No puedo quedarme, Mark -le dijo Ashley.

Mark comenzo a manosearle la ropa. Ella lo aparto.

– Vamos a tomar un cafe y luego quiero que me cuentes que ha querido decir el detective con eso de lavar el coche.

Mark la miro fijamente. Llevaba el vestido de novia blanco de encaje, el velo subido. Se abalanzo sobre ella y la beso en la boca. Ella le permitio que la besara en los labios y le dio un beso desganado, luego lo aparto.

– Va en serio, no puedo quedarme. Tengo que pasarme por casa de la madre de Michael e interpretar el papel de novia plantada afligida, o el que sea que se supone que tengo que interpretar, joder. Dios mio, que tarde es. Que pesadilla.

Mark fue tambaleandose hacia la cocina americana, abrio un armario y saco un tarro de cafe. Se quedo mirandolo perplejo, lo devolvio al armario, abrio la nevera y cogio una botella de champan Cristal.

– Creo que deberiamos brindar como Dios manda por el dia de tu boda -dijo.

– No tiene gracia. Y ya has bebido mas que suficiente.

Con la botella sin abrir en la mano, Mark se dejo caer en un sofa y dio unas palmaditas en el cojin de al lado a modo de invitacion.

Al cabo de unos momentos de vacilacion altanera, Ashley se sento en el otro extremo del sofa, tan lejos de Mark como pudo, se quito el velo, luego cruzo las piernas y se quito los zapatos de una patada.

– Mark, quiero saber que ha querido decir Grace con eso de lavar el BMW.

– No tengo ni idea.

Se quedo callada.

– ?Me quieres?

Meneando la cabeza con desesperacion, Ashley se levanto.

– Si, te quiero. En estos momentos, no tengo ni idea de por que, pero si que te quiero. Y la madre de Michael esta esperando a que aparezca y me eche a llorar hasta que me revienten los putos ojos, que es lo que estoy a punto de ir a hacer.

– Toma una copa primero.

– Por Dios, Mark.

El se levanto del sofa, se acerco a ella tambaleandose y la abrazo. Luego le acaricio el cuello.

– ?Sabes? Si no hubiera ocurrido el accidente, la boda habria seguido adelante. Ahora serias la senora de Michael Harrison.

Ella asintio con la cabeza, ligeramente conmovida. Mark la miro fijamente a los ojos.

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