Capitulo 82
Mientras Grace entraba con muchisimo tiempo de antelacion en la gran y animada sala de espera de los tres tribunales que albergaba el hermoso edificio georgiano del juzgado de Lewes, puso su telefono en silencio. Al menos Claudine parecia haber captado el mensaje y habia dejado de escribirle.
Bostezo, notaba el cuerpo pesado, la gran fritanga que acababa de comerse minaba sus energias mas que alimentarlas. Solo queria tumbarse en algun sitio y echarse una cabezadita. Era raro, penso. Hacia una semana, este juicio dominaba su vida, todos sus pensamientos, pero ahora era un tema secundario. Encontrar a Michael Harrison era lo unico que importaba.
De todos modos, el juicio tambien era muy importante. Lo era para la viuda y los hijos de Raymond Cohen, el hombre que habia recibido una paliza con un palo con puas, o de Hossain o de matones. Era importante para todas las personas normales y decentes de Brighton y Hove, porque tenian derecho a estar a salvo de monstruos como aquel, y era muy importante para la credibilidad de Grace. Tenia que olvidarse del cansancio y concentrarse.
Tras encontrar un rincon tranquilo en la sala, se sento y devolvio una llamada de Eleanor, que estaba encargandose de su correo y mensajes de correo electronico. Luego cerro los ojos, agradecido por poder descansarlos, y se sostuvo la cabeza entre las manos para intentar echar una siestecita y taparse los oidos al ruido de las puertas que se abrian y cerraban, los saludos alegres y bromistas, los clics de las cerraduras de los maletines, los murmullos entre abogados y clientes.
Tras un par de minutos, respiro hondo dos veces y la inyeccion de oxigeno le proporciono al instante un pequeno empuje. Se levanto y miro a su alrededor. Dentro de unos momentos, quizas averiguaria si iban a necesitarle hoy o no. Esperaba que no, asi podria regresar a Sussex House, penso mientras buscaba a la persona con la que tenia que hablar, Liz Reilly, de la oficina del fiscal.
Habia unas cien personas en la sala, incluyendo varios abogados y ayudantes en toga. Vio a Liz en el otro extremo, vestida con elegancia. Era una mujer de aspecto conservador de treinta y pocos anos, llevaba una carpeta sujetapapeles y estaba enfrascada en una conversacion con un abogado al que no reconocio.
Grace cruzo la sala, se detuvo cerca de ellos y vio que le indicaba que estaria con el dentro de un momento. Cuando Liz por fin se separo del abogado, parecia emocionada.
– ?Tenemos a un posible testigo!
– ?En serio? ?Quien?
– Una prostituta de Brighton. Llamo a la oficina del fiscal anoche y dijo que estaba siguiendo el juicio por los periodicos y que Suresh Hossain le pego durante una sesion con ella. La sesion de sexo fue la noche del 10 de febrero del ano pasado, en Brighton.
El 10 de febrero era la noche del asesinato por el que se juzgaba a Suresh Hossain.
– Hossain tiene una coartada solida, dice que estaba cenando en Londres con dos amigos aquella noche. Los dos han testificado -dijo Grace.
– Si, asi es, pero los dos trabajan para Hossain. Y esta chica no. Le tiene terror. La razon por la que no hemos sabido de ella antes es que la han amenazado con matarla. Y hay un problema: no se fia de la policia. Por eso ha acudido a nosotros.
– ?Que credibilidad crees que tiene?
– Mucha -contesto-. Necesitamos protegerla al mas alto nivel.
– Lo que quiera. ?Lo que sea!
Grace se retorcio las manos. Queria abrazar a Liz Reilly. Era una noticia estupenda. ?Estupenda!
– Pero alguien va a tener que ir a convencerla de que la policia no va a detenerla, ya sabes, por sus actividades.
– ?Donde esta ahora?
– En su casa.
Grace miro su reloj.
– Podria ir a verla ahora mismo. ?Es posible?
– Ve en un coche camuflado.
– Si, y llevare conmigo a una mujer policia para que se quede con ella. No vamos a darle a Hossain ninguna oportunidad de contactar con ella. Quiero ir a verla y convencerla de que testifique enseguida.
– Si tienes tacto con ella, estaras cruzando una puerta abierta.
De repente, Grace ya no estaba cansado.
Capitulo 83
Eran poco mas de las doce del mediodia cuando regreso al centro de investigaciones. La testigo, Shelley Sandler, era buena, penso. Era una chica de unos veinticinco anos, inteligente, vulnerable y que se expresaba bien. Su credibilidad en el estrado seria muy alta, siempre y cuando no le entrara el panico y cambiara de opinion en el ultimo minuto, como sucedia tan a menudo; sin embargo, ella parecia decidida a vengarse de Hossain. Muy, muy decidida.
Era una noticia maravillosa. Despues de unos dias inciertos la semana pasada, Grace creia factible ahora conseguir el veredicto que tanto deseaba.
Todo el equipo estaba en la zona de trabajo, mas dos ayudantes nuevos, un agente joven y una ayudante de gestion de mediana edad; asi pues, convoco una reunion informativa y les dijo que se quedaran todos sentados.
Nick Nicholl hablo primero, sin alzar demasiado la voz, ya que las otras zonas de trabajo tambien estaban ocupadas con equipos que trabajaban intensamente.
– Roy, el recibo que hemos encontrado esta manana en la casa de la senorita Harper, ?las dos mil cuatrocientas treinta y siete libras por un escaner?
– Si.
– He conseguido toda la informacion sobre el aparato de Century Radio. -Entrego a Grace unas hojas impresas de una pagina web-. Los demas ya lo hemos visto.
Grace las miro.
Receptor AR5000 «Cyber Sean». ?Un rango de frecuencia increible de 10Khz-2600Mhz! El AR-5000 traspasa las fronteras del rendimiento y le proporciona los ultimos avances en recepcion unidos a una muy alta sensibilidad y cobertura de frecuencias, el microprocesador interior nos permite hasta 5 VEO independientes, 1.000 memorias, 20 bancos de busqueda, «Cyber Sean» (barrido superrapido) (incluyendo todas las frecuencias de movil). Velocidad de barrido y busqueda de 45 canales o incrementos por segundo…
Se volvio hacia Branson.
– Eres el mejor experto en informatica que conozco. Creo que ya he adivinado que es esta cosa. ?Puedes confirmarmelo?
– Es lo ultimo en escaneres de frecuencias de radio. Es el tipo de aparato que utilizan los chiflados de la banda ciudadana para encontrar a amigos, escuchar redes de radio de la policia o llamadas de movil.
Grace asintio.
– ?Tenemos pruebas de que Ashley Harper haya estado alguna vez en la banda ciudadana en su encarnacion actual o en cualquiera de las anteriores? -le pregunto entonces a Emma-Jane.
– No -contesto la detective-. No las tenemos.
Miro la fotografia a color del escaner: una caja metalica grande, con un dial en la parte delantera y el mismo despliegue desconcertante de botones de cualquier aparato de radio complejo.
– Asi que el martes por la noche su prometido desaparece. El miercoles por la tarde a las dos y media se va corriendo a Londres y compra un escaner de radio de dos mil quinientas libras. ?Alguien tiene alguna buena teoria de por que? ?Y como diablos sabia como utilizarlo?
– ?Desesperacion? -ofrecio Nick Nicholl.
– No me lo trago -dijo Grace.