C.J. cogio el plato, pero no lo paso.
—?Opresivo! Faltaria mas. ?Por que no podemos ponerle a algo nuestro nombre? Somos nosotros quienes estamos atascados en este horrible planeta solos en territorio inexplorado durante meses y meses y con vete a saber que peligros acechando. Merecemos algo.
Carson y yo hemos oido este discurso como unas cien o doscientas veces. Antes nos machacaba a nosotros, pero luego descubrio que los prestamistas eran mas receptivos.
—Hay cientos de montanas y arroyos en Boohte. No me direis que no hay algun medio de nombrar a uno de ellos en honor a alguien. Quiero decir que el gobierno ni siquiera se enteraria.
Bueno, en eso creo que se equivoca. Sus Majestades Imperiales comprueban cada nombre, y aunque lo unico que intentaramos colarles fuera un insecto llamado C.J., podrian expulsarnos de Boohte.
—Hay una forma de conseguir que bauticen algo con tu nombre, C.J. —dijo Carson—. ?Por que no dijiste que estabas interesada?
C.J. entorno los ojos.
—?Como?
—?Recuerdas a Stewart? Fue uno de los primeros exploradores de Boohte —le explico a Ev—. Quedo atrapado en una riada y acabo aplastado contra una colina. La Colina de Stewart, la llamaron.
—Muy gracioso —bufo C.J.—. Estoy hablando completamente en serio. —Se volvio hacia Ev—. ?No te parece normal el deseo de dejar alguna huella, para que despues de que te marches no te olviden, una especie de monumento a tu labor?
—?Mierda, si hablamos de labor, quienes tendrian que ponerle el nombre a algo somos Fin y yo! —dijo Carson—. ?Que te parece, Fin? ?Quieres ponerle tu nombre a algo?
—?Y que sacaria de eso? ?Lo que quiero es la carne! —Extendi las manos, pero nadie me hacia caso.
—Lago Findriddy —dijo Carson—. Meseta Fin.
—Pantano Findriddy —intervino C.J.
Era hora de cambiar de tema, o nunca conseguiria nada de carne.
—Asi que, Ev, es usted sexozoologo.
—Socioexozoologo —corrigio—. Estudio conductas instintivas de apareamiento en especies extraterrestres. Ritos de cortejo y conductas sexuales.
—Bueno, ha venido sin duda al lugar adecuado —dijo Carson—. C.J…
—Hablame de las especies interesantes que has estudiado —corto C.J.
—Bueno, en realidad todas son interesantes. La mayoria de las conductas animales son instintivas y condicionadas, pero la conducta reproductora es realmente complicada. En parte es condicionada, en parte se basa en estrategias de supervivencia, y la combinacion produce un numero considerable de variantes. Los charlagartos de Ottiyal se aparean dentro del crater de un volcan en activo, y hay una especie terrana, el parrapajaro, que construye una elaborada parra de cincuenta veces su tamano y luego la decora con orquideas y bayas para atraer a la hembra.
—Vaya nido —dije.
—Oh, pero no es el nido —contesto Ev—. El nido se construye delante de la parra y es bastante corriente. La parra es solo para el cortejo. Los seres inteligentes son aun mas interesantes. Los machos inkicce se cortan los dedos de los pies para impresionar a las hembras. Y el ritual de cortejo de los opantis (los seres indigenas inteligentes de Jevo) dura seis meses. La hembra opanti plantea una serie de tareas dificiles que el macho debe realizar antes de que ella le permita aparearse.
—Igual que C.J. —rei—. ?Que clase de tareas tienen que hacer esos opantis para las hembras? ?Ponerle su nombre a los rios?
—Las tareas varian, pero a menudo consisten en regalar piezas de estima, realizar pruebas de valor o superar retos de fuerza.
—?Como es que los machos tienen que hacer siempre todo el cortejo? —dijo Carson—. Tienen que conseguir dulces y flores, demostrar que son duros, construyen parras mientras la hembra se queda alli sentada tratando de decidir.
—Porque al macho solo le interesa aparearse —contesto Ev—. A la hembra le preocupa asegurar la supervivencia optima de sus retonos, lo que significa que necesita un macho listo y fuerte. Pero el macho no hace todo el cortejo. Las hembras envian senales de respuesta para animar y atraer a los machos.
—?Como luces de aterrizaje? —pregunte.
C.J. me miro desafiante.
—Sin esas senales, el ritual de cortejo se rompe y no puede completarse —concluyo Ev.
—Lo recordare —dijo Carson. Se retiro de la mesa—. Fin, si queremos empezar dentro de dos dias, sera mejor que echemos un vistazo al mapa. Traere las nuevas topograficas. —Se marcho.
C.J. despejo la mesa, y yo eche a Bult del ordenador y emplace el mapa, rellenando los huecos con topograficas extrapoladas antes de regresar a la mesa.
Ev estaba inclinado sobre el mapa.
—?Es esto la Muralla? —pregunto, senalando la Lengua.
—No. Eso es la Lengua. Esto es la Muralla —dije, metiendo la mano en mitad del holo para demostrarle su curso.
—No sabia que era tan larga… —se asombro, siguiendo su curso sinuoso a lo largo de la Lengua hasta las Ponicacas—. ?Que parte es territorio inexplorado?
—La parte en blanco —dije, mirando la enorme extension occidental del mapa. La zona cartografiada parecia una gota en un oceano.
Carson regreso y llamo a Bult y a su paraguas, y discutimos las rutas.
—No hemos cartografiado ninguno de los afluentes norte de la Lengua. —Carson senalo una zona con un marcador de luz—. ?Por donde podemos cruzar la Muralla, Bult?
Bult se inclino sobre la mesa y senalo torpemente dos zonas distintas, asegurandose de que su dedo no entrara en el holo.
—Si cruzamos por aqui —dije, cogiendo el marcador de Carson—, podemos atravesar por aqui y seguir Risco Arenas-negras arriba. —Encendi una linea en el Sector 248-76 y a traves del agujero—. ?Que te parece?
Bult senalo la otra abertura en la Muralla, manteniendo su dedo bien por encima de la mesa.
—Cahmino massh rahpidoh.
Mire a Carson.
—?Que te parece?
El me miro fijamente.
—?Llegaremos a ver los arboles que tienen las hojas de plata? —pregunto Ev.
—Tal vez —contesto Carson, sin dejar de mirarme—. Cualquier camino me parece bueno —le dijo a Bult—. Tendre que comprobar el clima y ver cual sera mas adecuado. Parece que ha llovido mucho por aqui. —Apunto con el dedo la ruta marcada por Bult—. Y tendremos que estudiar el terreno. ?Quieres hacerlo, Fin?
—Apuesta a que si —dije.
—Yo comprobare el clima, y vere si podemos elaborar una ruta a traves de los plataluces para que Evie los vea. Salio.
—?Puedo ver como estudia el terreno? —me pregunto Ev.
—Claro. —Me dirigi al ordenador.
Bult estaba utilizandolo otra vez, agachado bajo su paraguas, comprando una ruleta.
—Tengo que calcular la ruta mas sencilla —declare—. Podras dedicarte al comercio cuando acabe.
Saco su cuaderno.
—Practicas discriminatorias —declaro.
Eso era nuevo.
—?Por que todas esas multas, Bult? —dije—. ?Estas ahorrando para comprar un…? —Estuve a punto de decir «casino», pero solo faltaba que le diera nuevas ideas—. ?Para comprar algo grande?
El volvio a coger su cuaderno.